Emilio
Cuando termine de acomodar todo para poder quedarme aquí, me decidí a ayudar a Tom así que ahora estoy reparando el coche en el que pase la noche, creo que es lo menos que puedo hacer por él ahora que me deja quedarme aquí, estoy concentrado en eso, cuando escucho el sonido de un auto acercarse al lugar, levanto un poco la vista a un lado del cofre y puedo ver a Joaco estacionarse frente al granero, suspiro y me recargo de nuevo usando como escudo el cofre del coche.
Cuando escucho sus pasos dentro del granero me armo del poco valor que me queda y me levanto un poco para poder verlo, su mirada sorprendentemente para mi está más cargada de confusión que de enojo.
-Decidí no ir- lo miraba y luego al motor, los nervios me están consumiendo y no se si decir eso empeoro las cosas.
-Mhm, si lo deduje- habla con cierto sarcasmo en su voz mientras entrecierra los ojos y aprieta los labios, se ve tan lindo de ese modo.
-No sabía como avisarte- trato de sonar seguro de mi mismo y levanto un poco las cejas como en muestra de obviedad.
-Oh estaba en Tino's pudiste haberme avisado ahí- su tono de voz suena más sarcástico que molesto, no sé como debería tomar eso, ni siquiera entiendo porque vino hasta acá a verme después de que lo deje plantado.
Nos quedamos mirándonos fijamente un momento, hasta que me di cuenta que no se que contestar, así que me inclino de nuevo hacia el motor cubriendo mi vista otra vez de Joaco con el capo del auto.
-¿Vives aquí?- ahora su tono de voz suena igual de dulce que siempre.
-Es un juego lo que estas haciendo ¿verdad?- frunzo el ceño mientras me enderezo de nuevo y lo veo fijamente mientras se coloca detrás del auto cerca de la entrada del granero -un experimento científico con tus amigos ¿o que?- comienza a reírse lo que me hace fruncir aún más el ceño.
-Que locura- aun se ríe.
-¿Una locura o te gustan los casos perdidos?- mi rostro se relaja un poco, mientras el peina su cabello y muerde su labio.
-O tal vez me gustan mucho los chicos listos que no han tenido ningún privilegio- camina un poco hacia mí con un tono de voz serio que no le había escuchado antes.
-Si claro- dejo de mirarlo, mi tono de voz es de burla y vuelvo a recargarme en el auto.
-Ay no lo entiendes- suena molesto y de reojo puedo verlo caminar fuera del granero.
-Si no lo entiendo- trato de seguir la pelea con él para que no se vaya pero quizás no me escucha y para cuando me enderezo de nuevo ya no está, escucho la puerta de su auto abrirse y mi corazón se acelera con el miedo que me da haberla cagado con él, me siento raro, no se si debería ir a alcanzarlo antes de que se vaya, esto considerando la idea cuando vuelve a entrar molesto alzando la voz un poco.
-¿Sabes que? solo quería una cita- hasta en su forma de caminar se nota su molestia, así que vuelvo a agacharme en el coche como respuesta, no se como responder.
Se coloca casi enfrente de mi, separados por el coche, levanto la cara con cuidado de cubrir la mitad lastimada con el cofre del auto.
-Quería salir por ahí y que me invitaras un café o invitarme un helado, hago un par de preguntas, tu también y si resulta que nos gustan las respuestas entonces podríamos planear otra cita, y si no, no vamos y ya, pero entonces si eso es mucho pedir, solo olvídalo- conforme va hablando su tono de voz va bajando hasta que llega al que usa normalmente, hace ademanes divertidos mientras habla que me dan mucha ternura, me quedo pensando que decir pero no encuentro una respuesta para darle, por lo que solo nos quedamos viendo hasta que suspira, rueda los ojos y se lleva las manos al cabello peinándolo desesperadamente.
-Mejor olvídalo, estoy exhausto y harto- se da la vuelta, suspira y una vez más sale del granero, me quedo pensando las cosas hasta que escucho como cierra la puerta de su auto, doy un golpe en la parte del auto en la que estoy recargado y me enderezo, cierro con fuerza el cofre y camino decidido hacia el lindo chico de ojos miel antes de que se vaya.
Estoy a unos pasos de salir del granero cuando me lo encuentro de frente a punto de entrar, de inmediato enfoca su vista en el enorme moretón que rodea mi ojo goleado por mi padre, me mira confundido como esperando respuesta de mi estado.
-Es por lo que no quería verte en público- bajo la vista un momento y cuando la regreso a él, me mira con ternura y me regala una sonrisa de lado tan bonita que no creo ver jamás algo igual.
-Pues vamos a algún lugar privado- me sonríe por completo, le regreso la sonrisa y con el corazón a punto de salirse de mi pecho lo tomo de la mano para llevarlo a mi lugar favorito en el mundo.
Conforme nos vamos acercando al mirador siento mi corazón latir con fuerza en mi pecho, Joaquín es un chico guapo, demasiado, cualquier chica o chico que lo conoce se siente atraído por él, sigo un poco confundido porque alguien como él podría tener interés en acercarse a un chico como yo, pero algo dentro de mi me pide encarecidamente que deje de ponerle barreras, que si estuvo dispuesto a buscarme después de haberle quedado mal, es porque se interesa en mi de forma real, así que aparto todas las dudas respecto a él de mi cabeza justo cuando llegamos a mi lugar, sonrío ampliamente decidido a abrirme con él y permitirme descubrir las maravillosas cosas que parece traerá a mi vida.
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Una parte de mi
RomanceEmilio y Joaquín se enamoraron cuando eran jóvenes, por circunstancias de la vida sus caminos se separaron por muchos años, hasta que la muerte de una persona importante en la vida de ambos los reúne una vez más ¿quedarán rastros del amor que una ve...