Una parte de mi

Se acabó

Joaquín

Desperté en los brazos de Luke, nos encontrábamos recostado en el sillón de la habitación mientras los niños seguían dormidos en la cama, por un momento recordé la noche anterior y como al decidir hablar con Emi lo busque con la mirada en el lugar donde alcance a ver que se sentó cuando salió poco tiempo después de nosotros al jardín pero ya no estaba, así que suspire resignado y me fui a dormir, los brazos que me abrazaban se movieron un poco regresándome al ahora, mire al hombre a mi lado durmiendo tranquilo y pase mis manos por su rostro con delicadeza cuidando no despertarlo, deje un beso en la comisura de sus labios y abrió los ojos poco a poco.

-Hola precioso- dije en un susurro mientras me abrazaba a su pecho.

-Hola bebé- dejó un beso en mi cabeza mientras sobaba mi espalda con cariño y me abrazaba más a su cuerpo con cariño.

Nos quedamos así todo el tiempo que pudimos antes de que los niños despertaran y tuviéramos que cambiarlos para que se fueran junto con Luke de regreso a casa.

Cuando salimos de la habitación para darles algo rápido de desayunar a los chicos y no se fueran con el estómago vacío no encontramos a Emilio por ningún lado, así que supuse no querría despedirse de mi familia, pero al terminar con el desayuno apareció con el cabello mojado, al parecer venía del lago. 

-Buenos días- saludó con un movimiento de cabeza sin dejar de verme a mi. 

Todos lo saludamos, desayuno junto a Ricky que era el único que aún no terminaba, pude ver que mi pequeño lo miraba de una forma extraña y con duda reflejada en su rostro. 

Una vez terminamos de limpiar el lugar para dejarlo como lo encontramos era hora de despedirme, así que acompañe a Luke a la puerta y dije a los niños que se despidieran de Emilio quién nos miraba desde el marco de la sala. 

Los trillizos corrieron a abrazar las piernas de Emilio quién hasta entonces dejo de verme fijamente a los ojos para llevar su vista a mis pequeños.

-Adiosh- dijeron los tres al mismo tiempo acompañado de pequeñas risitas que hicieron sonreír a Emilio de una forma adorable. 

-Adiós pequeños- acaricio el cabello de cada uno y Luisa jaló su playera pidiéndole que se agachara, lo hizo y ella depositó un beso en su mejilla, Emilio me miro de una forma extraña mientras mis niños corrían hacia afuera siguiendo a Luke. 

-Em, adiós- Ricky habló desde la puerta con su pequeña maleta en mano y viendo a Emilio de forma acusadora, tomé su pequeña mano y salimos para encontrarnos con Luke. 

-Bueno mis papás ya nos están esperando en casa de los tuyos, ya sabes cuál es el plan bonito, de verdad espero con todo mi corazón verte entrar por esa cafetería, tu chocolate favorito te estará esperando al igual que yo- habló Luke mientras me abrazaba fuerte una vez más a pocos pasos de la entrada de la cabaña después de guardar las cosas que trajeron él y los niños consigo en la cajuela de la camioneta de sus padres.

Iba a responderle pero me calló con un beso que correspondí de inmediato dejándome llevar por las emociones tan intensas y hermosas que Luke provoca en mí, al separarnos caminamos a las puertas del auto, subimos a los chicos, puse el cinturón en las sillitas unidas que compramos para los trillizos quienes no paraban de reír y me hacían sentir completamente feliz, termine con eso y me paré atrás de Luke mientras abría la puerta del piloto para subir después de que ayudó a Ricky. 

-Nos vemos luego mi amor, te amo- dijo girando sobre sus pies y dejando un corto beso en mis labios se separo lentamente y entró en el auto.

-Adiós papito- gritaron los trillizos despidiéndose con la mano desde sus lugares dentro de la camioneta, Ricky me miro como con incertidumbre, le regale una sonrisa que buscaba calmar las inquietudes que crecieron en su pequeño interior cuando Luke les dijo que yo regresaría después, al parecer funcionó ya que relajo un poco su semblante, me sonrió de lado y se recostó en el asiento dejándome más tranquilo.