Emilio
Desperté más temprano de lo usual pero quería preparar un desayuno solo para Joaco y para mí, no estoy seguro de a que hora llega su familia pero esperaba que llegaran justo a tiempo para encontrarnos desayunando juntos como la pareja que debíamos ser hasta ahora y quizás así el tipo ese se diera cuenta del gran amor que nos tenemos.
Termine de hacer unos huevos bastante decentes con cosas que fui a comprar una vez me levante, en la cabaña no había nada así que tuve que hacer un super de emergencia, me apure e hice todo lo más rápido que pude, una vez la mesa estuvo lista me encamine hacia el cuarto donde estaba Joaco para despertarlo pero me gano apareciendo en la entrada de la cocina luciendo hermoso recién levantado.
-Buenos días don madrugador- saludo bostezando y tallando su ojo con el dorso de su mano, se veía tan adorable que tuve que reprimir las ganas de correr a abrazarlo y repartir besos por su cara preciosa.
Se veía tan guapo, usaba una playera amarilla pegada a su cuerpo que resaltaba su pequeña cintura, acompañada de un pantalón negro rasgado de las rodillas y unos tenis blancos a juego con su chamarra tipo top, no pude evitar sonrojarme al verlo tan hermoso como siempre.
-Buenos días flojo- reí suave mientras nos sentábamos cada quién en su lugar, uno frente al otro -¿a que hora dijiste que van a llegar?- pregunte tratando de sonar casual y no muy obvio, me miro con una sonrisa mientras se metía un poco del desayuno en la boca.
-No deben tardar, dijo que llegarían temprano pero no me especificó hora- contestó una vez termino de masticar.
-Entonces tenemos un poco de tiempo para nosotros todavía- mierda el que no quería sonar obvio pero ¿que puedo decir? tener a Joaco conmigo después de todo este tiempo me descontrola totalmente.
-Eh pues supongo, no sé- frunció el ceño para después desviar la vista de mi y enfocarla en su plato.
Estábamos por terminar con el contenido en nuestros platos y me sentí un poco decepcionado de que no logre mi objetivo de ser vistos, hasta que la puerta de la entrada sonó con unos pequeños golpecitos, Joaco sonrío de inmediato y salió corriendo a abrir, lo seguí de la misma forma quedándome de pie en seco en cuanto lo vi acercarse a los tres pequeños que al parecer habían tocado la puerta.
-Hola monstruos ¿cómo se han portado eh? espero que bien- saludo a los pequeños mientras los abrazaba al mismo tiempo haciéndolos reír.
-Si papi, eso siempre- aseguro la pequeña niña con una sonrisa traviesa que me hizo sentir algo cálido, por un momento me imagine que eran nuestros, míos y de Joaco, me empece a acercar con esa idea en mi cabeza, hasta que atrás de los niños apareció un hombre bastante alto, vestido todo de negro, se ve que tiene dinero y buen porte, llevaba de la mano a un niño más grande que los primeros que vi pero no se ve que tenga más de once años, Joaquín los miro y abrazo primero al niño que apretó con fuerza a mi castaño y después dejó un beso en los labios de aquel tipo y se abrazaron, no soporte ver eso así que termine de acercarme a ellos con pasos pesados y aclare mi garganta con fuerza para llamar su atención.
Joaco lo soltó y todos voltearon a verme, me sentí un poco intimidado pero feliz de lograr alejar el contacto de ese hombre sobre mi chico.
-Ah si, Emilio te presento, él es mi esposo Luke- señalo al mencionado que para mi sorpresa me sonrío amable mientras extendía su mano hacía mi.
-Un placer- su voz ronca sonó fuerte en mis oídos haciéndome reaccionar, tome su mano con un poco de fuerza mientras sonreí confundido, no debería ser amable para que así pueda odiarlo sin sentirme mal por eso.
-Él es Ricky- señalo al chico que venía de la mano de su papá, me miro con una sonrisa que devolví -y ellos son los trillizos Paco, Hugo y Luisa- los mire con una sonrisa divertida, ellos hicieron un ademán de saludo con la mano, los imite y regrese a la cocina para limpiar en lo que ellos se acomodaban o lo que sea.
-Amor ¿y Hal? ¿por qué no vino con ustedes?- escuche la voz de Joaco mientras salía de la cocina, no es que sea chismoso pero me dio curiosidad, ahora que lo recuerdo ella es la niña de la foto y hubiera sido lindo conocerla, así que me acerque en silencio a la sala donde escuche que provenían sus voces y me escondí en el marco de la entrada.
-Fue a la fiesta de Aria, ¿no te acuerdas que le diste permiso hace como una semana amor?- se escucho que le dio un beso pero no vi donde y prefiero no saber.
-A si, solo olvide que era hoy, espero le hayas recordado que no debe tomar de más y no subirse al coche si quien maneje tomo alcohol- no esperaba menos de Joaco siempre se preocupa tanto por los demás, obvio lo haría por sus hijos.
-Si amor, de hecho dudo en ir, ella quería estar aquí para acompañarnos y despedirse de Tom, sabes lo mucho que lo quiere, pero sus amigas llegaron por ella y noté el conflicto en su mirada, así que le dije que podía ir con ellas y después podríamos volver aquí para que pueda despedirse de Tom, de alguna forma siempre estará aquí ¿no es así?- me asome un poco para verlos, estaban dándome la espalda por lo que pude ver como Joaco asentía mientras se acercaba a dejar un beso en la mejilla de ese tipo, él se volteo para besar sus labios y no pensé muy bien lo que hacía, solo actué.
-¡Joaco!- entre gritando haciendo que saltaran en su lugar y me miraran con los ojos abiertos como platos.
-¿Qué paso Emilio?- pregunto asustado y me quede como tonto viéndolo ¿ahora que le invento?
-Eh no nada, solo creo que los niños los buscaban para ya despedirse de Tom y eso, o no sé- me miraron confundidos, luego se miraron el uno al otro y Luke le dedico una sonrisa extraña a Joaco, acaricio su mejilla lentamente y dejo un corto beso en sus labios para después levantarse y caminar hacia mí, apreté los puños listo para pegarle en cuanto el soltarla el primer puñetazo.
-Gracias por avisarnos Emilio- palmeo mi hombro acompañado de una sonrisa y salió dejándome con los puños apretados y la confusión que sentía reflejada en mi rostro, voltee la cara para ver a Joaco que me veía con una expresión divertida en su rostro negando con la cabeza.
-¿Qué?- pregunte entre molesto y confundido.
-Nada es solo que no entiendo porque te pones celoso de mi esposo- soltó una pequeña risita mientras se levantaba, camino hacia mi, tomó mi muñeca y me dio la espalda -vamos- dijo antes de caminar conmigo hacia el jardín.
Los niños dijeron unas cuantas cosas dirigidas a Tom, Luke compro unas de esas linternas de papel que prendes y se van volando, pero estas eran más pequeñas y tenían una pequeña base de madera, entrego una a sus hijos, luego a mi y él compartió una con Joaco, en ella escribimos una palabra que nos recordara a Tom y todos juntos las fuimos dejando en el lago, se veía realmente bonito, nos quedamos como se iban alejando dándole una despedida a esa persona tan importante que era él para cada uno de los presentes.
Cuando terminamos con eso ya estaba bastante oscuro, así que decidimos pasar la noche ahí, Joaco y Luke llevaron a sus niños a dormir a la habitación donde estaba quedándose Joaco, por mi parte me quede sentado en el jardín viendo la luna mientras bebía una cerveza tratando de entender que pasaría a partir de ahora.
Me la termine y entre por otra a la cocina, mientras la abría vi por la ventana a Luke y Joaco salir al jardín tomados de la mano, estuvieron hablando de algo que evidentemente no alcance a escuchar pero supongo pelearon o algo por el estilo, porque la mirada de Joaco se veía entre triste y frustrada no lo sé, así que aproveche la oportunidad que se me estaba presentando de consolarlo y camine rápido hacia afuera para sentarme en el mismo lugar en el que estaba hace unos momentos esperando a que se separaran para poder hablar con él.
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Una parte de mi
RomantikEmilio y Joaquín se enamoraron cuando eran jóvenes, por circunstancias de la vida sus caminos se separaron por muchos años, hasta que la muerte de una persona importante en la vida de ambos los reúne una vez más ¿quedarán rastros del amor que una ve...