Adiós

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Joaquín

No estoy seguro de cuanto tiempo paso, de alguna manera creo que dentro de un hospital el tiempo se mueve diferente a como lo hace afuera de, pero lo sentí como más del que podría soportar, hasta que Samuel apareció por aquellas puertas que tenían mi atención por completo desde que Hal paso por ellas, nos acercamos rápidamente a su lado y con solo ver su rostro entendimos todo.

Lu me atrajo a sus brazos con fuerza mientras Sam confirmaba nuestras sospechas haciendo que me sienta sufrir de una forma insoportable, por un momento sentí que me faltaba el aire, mis pulmones se estaban cerrando en mi pecho apachurrando con fuerza mi frágil corazón, mis ojos se inundaron de lágrimas con cada palabra que volvía real aquel doloroso hecho, Hal nos dejó.

-Lo siento mucho, más que como médico como su amigo, hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos pero el cerebro de Haley no respondió más, fue una contusión fuerte, en verdad no saben como lo siento- su voz se entrecorto y en sus ojos pude ver el dolor que sentía por no haber podido salvar a nuestra pequeña, él es amigo muy cercano de la familia y vio crecer a nuestra niña, verla morir en sus manos no debió haber sido fácil, pero cuando sus palabras se cuelan de nuevo en mi cabeza como una repetición es como si mi mente entendiera de pronto que no volveré a ver a mi chiquita preciosa nunca más, que la perdimos para siempre.

Puedo sentir como los brazos de Lu se aprietan a mi alrededor con más fuerza, tratando de darse sostén y no derrumbarse, pero no soy tan fuerte como él así que dejo caer todo mi peso sobre su pecho siendo incapaz de mantenerme en pie por mi propia cuenta, dejó salir mis lágrimas sin control alguno, lloro desesperado por no poder hacer nada para salvar a nuestra niña, siento un horrible dolor en el pecho que me consume, no puedo dejar de temblar y gritar, hasta que siento que caemos de rodillas al frío suelo, me acomodo entre sus piernas recargando mi cabeza en su hombro, siento sus lágrimas combinarse con las mías y el dolor hacerse más profundo.

-¡No!, ¡¿Porqué ella?!- grito sintiendo que mi garganta se cierra y Luke me abraza más fuerte -¡Devuélvanme a mi pequeña por favor! ¡Haley princesa regresa a nosotros!- no puedo dejar de llorar desconsoladamente mientras Lu solo llora un poco más contenido y deja salir de sus labios pequeños quejidos del dolor que está sintiendo, tiembla tanto conmigo en sus brazos que seguramente la gente que nos vea pensará que hay un terremoto o algo así.

-Lukey, Joaco, sé que esto es difícil para ustedes y que no es un buen momento, pero recuerdo alguna vez Hal comentó que le gustaría donar sus órganos cuando muriera para con ellos salvar a más vidas, así que necesito decirles que en este momento un hombre fue herido de bala, tuvo un problema con una de las válvulas de su corazón y necesita un trasplante, se hicieron pruebas de urgencia y parece ser que Haley es compatible con él, así que necesito me autoricen para donar su corazón, si es lo que quieren- suspiró limpiando sus mejillas por las lágrimas que salieron de sus ojos -pero debe ser ahora, porque el tiempo corre para el paciente que está en quirófano justo ahora- nos mira con ternura esperando nuestra respuesta. 

Siendo honestos en este momento lo menos que quiero pensar es en cosas como esa pero sé que Sam solo está haciendo su trabajo como médico y entiendo la urgencia porque la vida de otra persona está en riesgo ahora y Hal lo puede salvar, sé que Lu piensa lo mismo cuando trato de regular mi respiración y giro mi rostro en busca de sus bellos ojos.

Nos quedamos un momento solo mirándonos el uno al otro como comunicándonos de una forma que solo nosotros entendemos, quiero transmitirle con mis ojos que por mi está bien, sé que es lo que Hal haría, pero me siento incapaz de hablar, es como si mi voz se hubiera acabado con los gritos tan desgarradores que pegué hace un momento, por suerte Lu me entiende, asiente lentamente mientras limpia sus mejillas inútilmente porque sigue llorando así que se vuelven a llenar de lágrimas.

-Está bien Samy, procede al trasplante, no pierdas más tiempo, pídele a Rosy que me traiga los papeles y los firmo- la única vez que había escuchado la voz de mi Lu tan rota fue cuando murió su mejor amigo, su hermano por elección y en esa ocasión desee con todas mis fuerzas no volverlo a escuchar así, ahora lo deseo aún más porque el dolor de perder a mi pequeña y ver tan roto y destrozado al amor de mi vida me parten el alma.

Sam asintió dándonos una mirada de tristeza antes de volver a pasar aquellas puertas por las que vi a mi niña por última vez, nos quedamos sentados en el suelo solo abrazándonos y llorando en silencio hasta que mis padres y los de Luke llegaron, nos ayudaron a ponernos de pie y se quedaron a hacernos compañía en lo que decidíamos que hacer a partir de ahora.

Lu dejo un beso en mi frente y manos antes de irse a firmar los papeles correspondientes para el trasplante, al verlo recargado en la barra de recepción firmando mientras las lágrimas seguían saliendo de sus hermosos ojos me di cuenta de que no importa lo difícil que pueda ser superar esta situación o las que se nos presenten en el futuro mientras estemos juntos podremos con todo.

Emilio

El sonido de una máquina que me resulta familiar provoca que me despierte, siento un dolor extraño en el pecho, abrí los ojos pesadamente, al hacerlo me sentí confundido no tenía idea de donde estaba ni que había pasado, pasee la vista por la habitación descubriendo que no estaba en mi casa, poco a poco fui reconociendo el lugar como un cuarto de hospital, trate de levantarme pero no pude, no tenía fuerza y además estaba conectado a varios aparatos, apreté los ojos con fuerza tratando de recordar como llegue aquí y poco a poco los recuerdos de mis hermanos tratando de matarme con el auto y luego a mi padre disparándome llegaron a mí, me sorprendí de seguir vivo, después de haber visto a Joaco en aquel jardín como cuando tuve el accidente en la plataforma creí que había llegado mi final, pero de alguna forma de nuevo estoy aquí.

-Buenos días, Emilio Marcos- escuché la voz de una mujer mientras entraba en la habitación, abrí los ojos para encontrarme con una enfermera que llevaba un medicamento en la mano y lo inyectaba en uno de los tubos conectados a mi brazo izquierdo.

-¿Qué está pasando?- fue lo único que logre decir, mi garganta se sentía seca y aún me sentía un poco adormecido.

-Bueno, fue herido de bala hace unos días, una de las válvulas de su corazón se rompió, no se podía reparar por lo que necesitaba de un trasplante lo más rápido posible, para su suerte una joven falleció cuando ingresó a quirófano y era compatible con usted, así que se le realizó la cirugía, estuvo dormido mientras su cuerpo se acostumbraba al nuevo órgano en su sistema, hasta ahora que reaccionó favorablemente y podemos decir con certeza que el procedimiento fue un completo éxito, pronto podrá volver a casa- hablo como si me estuviera contando lo que hizo en un día común sin medir la fuerza que sus palabras tienen en mí, ahora tengo el corazón de otra persona para vivir, estoy agradecido por eso pero no imagino el dolor de la familia de aquella chica.

Varias veces pensé en llamar a Joaquín pero no quería que me viera así, prefería buscar un momento para hablar con él una vez estuviera mejor, pero mi recuperación me llevó más tiempo del que pensé, sumando que tenía que hacer varias pruebas al día para asegurar por completo que el corazón en mi pecho funcionaba correctamente y lo haría por mucho más tiempo. 

Unas semanas después me dieron el alta y salí con toda la motivación necesaria para seguir viviendo mi vida como hasta ahora pero tratando de ser más feliz, una vez llegué a mi casa me quede viendo una foto de Joaco en mi teléfono por horas, debatiéndome en si debía llamarlo o no, me decidí a hacerlo en un ataque de valentía pero no contestó y lo vi como una señal, debo respetar su decisión, él ya eligió y sin importar lo que pueda sentir que no pueda tener felicidad plena sin Joaco en mi vida, tengo que dejarlo ir, es lo que él quiere, después de que es mi culpa que no estemos juntos ahora, al menos le debo eso que no le permití tener años atrás, la libertad de elegir, así eso me destruya el corazón. 

Una parte de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora