Emilio
El fin de semana después de nuestro hermoso encuentro, hubo una fiesta en casa de Joaco a la que me invito, así que le pedí a Tom que me acompañara a comprar con mis ahorros un traje que aunque no sea costoso se viera bien para poder dar una buena impresión a la familia y amigos de mi lindo chico.
Cuando llegué pude ver el enorme jardín adornado con sillas y mesas que se ven más caras de lo que puede costar incluso mi casa, todas las personas ahí presentes se ven demasiado elegantes, los niños corren de un lado a otro entre los múltiples juegos que se instalaron para su diversión, tomo un respiro profundo concentrándome en mi motivo para estar ahí y me adentro en el lugar decidido a encontrarlo.
Mientras sigo mi camino adentrándome más puedo ver a una banda estilo Luisiana tocando animosos con unos trajes de color pastel y sombreros café claro en sus cabezas, algunos niños los ven divertidos mientras pasan a su lado, busco a Joaco con la mirada pero no lo encuentro, para mi suerte la gente a mi alrededor parece no notar mi presencia o simplemente no me dan relevancia, bajo la mirada tratando de relajarme cuando su voz llamándome logra calmarme por completo y eliminar le ceño fruncido de mi rostro para dar paso a un suspiro de alivio.
-¡Emiliooooo!- grita emocionado corriendo hacia mí, me giro para tomarlo entre mis brazos con la sonrisa más grande que mis labios me permiten formar.
Me tomó de la mano en cuanto sus pies tocaron de nuevo el piso, dejo un corto beso en mis labios y me llevo con él a una mesa de bebidas, me pidió esperarlo ahí en lo que iba al baño, eso hacía tratando de adivinar las diferentes mezclas que hay frente a mi a lo largo de la gran mesa cuando un hombre alto, delgado, cabello corto con unas pocas canas que se asoman en la raíz de los laterales, impecable con un traje hecho a la medida y con un porte que te cagas, es el padre de Joaco, se para enfrente de mi del otro lado de ella.
-Ah Emilio dime, ¿cuáles son tus planes para el futuro?- habla mirándome mientras toma una copa de un líquido rojizo en sus manos.
-Espero ir a la universidad señor- en ese momento aparece Joaco a mi lado tomándome del brazo para estar más cerca de mí.
-Él irá a la universidad, tiene buenas calificaciones y un fabuloso examen diagnóstico- habla como si fuera la persona más brillante del mundo, con un orgullo que nunca pensé alguien sentiría respecto a mi.
-Ah eso suena bien- dice mirando a Joaco -¿a que universidad enviaste solicitud?- ahora me mira a mi un momento para después ver la bebida en su mano.
-A Wayne, la estatal y Maygrove, seguramente acabaré en la estatal, hay que ser realistas y ya- mi nerviosismo se puede notar en mi voz por lo que Joaco trata de calmarme interviniendo en lo que parece ser un interrogatorio intenso por parte de su padre.
-Eso no queda lejos de mi, seguiremos viéndonos ¿cierto?- habla mientras me voltea a ver y acaricia mi brazo.
-Escuche que sabes un par de cosas sobre autos- la voz del hombre frene a nosotros llama nuestra atención en su dirección, entrecierra los ojos mientras toma un poco de su bebida sin apartar la vista de mi.
-Si, algo creo- le sonrío más tranquilo, creo que esto no salió tan mal como creí que podría resultar cuando Joaco me invito.
-Yo tengo muchos en la parte de atrás- dice mientras deja la copa en la mesa y levanta ambas cejas de modo sugerente.
-Si, Joaco me dijo que tiene una colección- en este momento me siento mucho mejor, en especial porque estamos hablando de algo en lo que me siento seguro de hablar -¿cuántos autos tiene?- sigo el flujo de la conversación naturalmente.
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Una parte de mi
عاطفيةEmilio y Joaquín se enamoraron cuando eran jóvenes, por circunstancias de la vida sus caminos se separaron por muchos años, hasta que la muerte de una persona importante en la vida de ambos los reúne una vez más ¿quedarán rastros del amor que una ve...