Breve historia de cómo superar un trauma (3)

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No os lo voy a negar, este capítulo es un poco de relleno, pero no me matéis, voy a subir el siguiente capítulo prontito en compensación jeje

~•~

—Buenos días —me desperecé llegando al sofá donde Hank dormía. Me senté en él y fijé mi mirada en la nada.

—Buenos días —me contestó con retintín—. ¿Ya has despertado de la hibernación?

— ¿He dormido mucho?

— ¡Diez horas!

Miré a Hank, que estaba en la cocina desayunando, con odio.

—Eso no es dormir mucho.

—Para mí sí. Me voy al trabajo, y no quiero que Connor se quede aquí solo.

—Lo dices c-c-c-como si yo sirviera de algo. Va a seguir ahí encerrado.

—Ya, bueno, pero no quiero que se sienta solo. Podrías intentar hablar con él.

—Bah, p-p-p-p-paso. Además ya hemos rot-t-to. Oye p-p-p-p-por ciert-t-t-t...

— ¿Qué?

— ¿C-c-c-cu-cu-cu-cuando emp-p-p-pieza a t-t-t-t-t-t-trabajar él?

—La semana que viene. ¡Y es un milagro! He tenido que luchar porque lo dejen volver. Les daba miedo que siguiese sin ser divergente. Supongo que todos estamos tan consternados como tú.

Hank se fue arrasando la puerta, y me dejó sola. Desayuné en silencio y di vueltas por la casa.

Pensé en entrar en la habitación de Connor y darle un poco de conversación, como Hank me había dicho, pero sabía que no era lo mejor. Seguro que estaba destrozado.

Todo esto era culpa mía. Soy yo la que tiene tantos traumas y la que intentó que Connor fuese como yo. Nunca debí haberlo hecho. Si hubiese aceptado desde el primer día que era una máquina, no tendría que haber sufrido todo esto.

Tras un tiempo de remordimientos y autoculparme de todo, decidí llamar por teléfono a mi madre.

—Hola, mamá.

— ¡Hola, cielo! Me alegro de oírte, aunque no te escucho muy animada. ¿Algo va mal?

—Sí. T-t-t-todo va mal.

—Vaya, que drástica. ¿Te ha pasado algo?

—Ya deberías saberlo. C-c-c-c-casi muero, ahora no sé ni hablar, t-t-t-t-tengo p-p-pesadillas a c-c-c-cada moment-t-t-to...

—Martha.

Connor salió de repente de su habitación y me miró con cara de lástima.

—Oh, ho-hola. Un moment-t-t-to, mamá —le susurré al teléfono y luego me dirigí a Connor—. ¿P-p-p-p-puedes esp-p-perar un segundo? Es-t-t-t-toy hablando c-c-con mi madre.

—No, no puedo esperar. Cuelga el teléfono.

— ¿Q-q-qu-q-qué? ¡Ni hablar!

—Vamos, ¿es que no te das cuenta? Tu madre está muerta y tú ya no vives aquí. Estás dormida en tu habitación. Creo que ya es hora de despertar, alguien te está llamando al teléfono.

En ese momento, miré al teléfono que casi se me cae de la mano. Di un respingo al sentir que se me caía, y desperté en mi habitación. Había vuelto allí, a mi solitario y cutre piso.

Pude comprobar lo que el Connor de mis sueños me decía: mi móvil sonaba sin parar. Aún sin ver con claridad, descubrí la palabra "Markus" en la pantalla de éste.

Ser inerte PARTE 2 (Connor DBH) [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora