Saihara se encontraba de camino a la casa de su mejor amigo, Kaito Momota, el tipo de idiota que todos queremos en nuestras vidas. Si no lo creen, pregúntenle a su pareja, Maki Harukawa. Viven juntos en un lindo apartamento con una necesaria bella vista al cielo nocturno, y allí es a donde va nuestro actual protagonista.
(...)
–¿Te atreves a mostrar tu cara tras dos años? ¿Quieres que te mate? -Esa fue su cálida bienvenida tras haber llegado.-
–P-perdona, Harukawa-san, por eso me aseguré de avisarles de mi regreso. -Eso, sin importar el tiempo, esa broma de su amiga siempre lo deja temblando.-
–Ya lo sé, solo estoy bromeando, pasa.
Tras entrar con un tímido agradecimiento, y antes de siquiera poder preguntar por su amigo, sintió cómo sus pies ya no tocaban el suelo. Y sí, en efecto era él.
–¡Shuichi! Tío, ¿Hace cuantos años no puedo aplastarte así? Sigues con tu cuerpo de niña preadolescente, ¿No seguiste entrenando cómo te pedí? Bueno, lo retomaremos luego, Maki Roll preparó de sus maravillosos platos en honor a tu visita, amigo~. ¿Uhm? ¿Por qué no contestas?
El chico estelar fue callado con el golpe de un periódico en su cabeza, haciéndolo soltar al pobre detective mareado.
–¿Cómo te va contestar si ni lo dejas conseguir aire? Vamos, muévete, la mesa no se coloca sola.
Como hay que ser muy estúpido para llevarle la contraria a la de ojos rojos carmesí, y por suerte Kaito solo es idiota, acató a la orden de su pareja.
–Pff, no te preocupes, me esperaba algo así tras un lapso de dos años. -Pero no es que permitiera adelgazar su amistad en todo ese tiempo, solo se mudó, pero mantuvieron muy frecuentemente el contacto.-
–Pensar así es lo que hará que acabes con un riñón menos. -A ojos del hábil detective, pudo notar cómo la ex-asesina no había cambiado, siendo como prueba de esto su sonrisa ligeramente gatuna.-
Sus miradas tranquilas se encontraron, no se dijeron nada, pero ambos mantenían una relación agradable a la par que discreta. Los dos lo recuerdan bien, se conocieron incluso antes de conocer a Momota. Maki Harukawa era una habilidosa asesina a sangre fría de trabajo limpio, fue cuestión de tiempo antes de que el apodado como Detective Definitivo tomará su caso.
La apodada Asesina Definitiva contra el Detective Definitivo, ambos eran los mejores en lo que hacían, y quizás pudo haberse prolongado más. Pero una noche, Saihara nunca se esperó recibirla en su casa, entregándose como si nada le importase ya. Shuichi fue su oportunidad de redención, y la tomó.
No se arrepiente de nada, ahora vive en una linda casa con su tontamente linda pareja, como si estuviesen casados.
Y dejando un poco los flashbacks, el pelimorado no tardó en cortar la conexión visual de ambos abrazando a su pareja, gruñéndole a su amigo como diciendo "Esta es mía, consígase la suya, shoo".
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El caso del "Líder Supremo" {Saiouma}
RandomNunca ha sido extraña la existencia criminal en la ciudad, sin embargo, el Líder Supremo no era solo un criminal más del montón. El Líder Supremo era un mentiroso, un estratega, un ladrón y un... ¿Asesino? Un criminal que no se ha podido capturar, p...