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Shuichi y Kokichi terminaron comprando los ingredientes para hacer tanto galletas como una tarta de moras, siendo el sabor una selección del cosplayado de Kirigiri.

Kokichi tuvo que retirarse varias prendas como la chaqueta, guantes y botas para no estorbar en la cocina. Aunque, pese hacer esto, todo fue un caos.

No paraba de pintarle la cara a Shuichi con las mezclas, con harina también, es una ocasión Saihara tuvo que irse al baño a remojar su cara. Esto último no fue por las mezclas en su cara, sino para calmar su temperatura corporal cuando a Ouma se le ocurrió limpiársela él mismo, a base de besos que no tocaron los labios del detective.

En fin. En resumen, estando las galletas en el horno y los preparativos de la tarta ya listos, el Hitler púrpura abrió la nevera en busca de alguna bebida. Se tuvo que aguantar una fuerte risa cuando vio en una pequeña esquina todas las Pantas de uva que le entregó a Shuichi para alterarlo un poco.

Una juguetona sonrisa se le asomó en el rostro.

–Un pequeño susto no vendría mal, un buen castigo por ignorar mis regalos. Nishishishi.~

(

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(...)

Saihara, a quien solo le quedaba un suave rubor en sus mejillas, quedó de piedra al ver lo que Kokichi hacía en su sofá.

–Oh, Shuichi-kun. Que bueno que saliste ya, las galletas estarán listas en breve.

La razón del malestar del más alto, y por mucho, era que Ouma estaba bebiendo despreocupadamente ya más de la mitad de esa Panta que, según Shuichi, a saber qué podría contener.

–¡Ouma-kun! ¡Suelta esa cosa de inmediato! -Pasada su sorpresa, se aventó con bastante pánico a quitarle la bebida de las manos.-

Sin embargo, Kokichi entre risas no parecía querer colaborar por algún motivo. Saihara intentaba dar alguna excusa creíble para que la suelte, puesto que no puede solo revelar datos de un caso por más pequeño que sea, pero estando tan alterado no se le ocurre nada que pueda engañar o por lo menos convencer a un mitómano como Kokichi.

–¡Wow! ¡Cuanta emoción, Shuichi-kun!

–¡Ouma-kun, esto es serio! ¡Por favor déjala!

–¿Ouma-kun? ¿Quién es ese? No conozco a nadie a quien le hables con esa formalidad innecesaria.~

Y sin previo aviso, dejando atónito incluso a alguien como Kokichi, la bebida cayó al piso derramando su contenido en este. Lo más relevante es la posición en la que quedaron para lograr esto, con el detective sosteniendo con cada mano las muñecas del dictador, encima de este con una mirada penetrante.

–¡Por favor, Kokichi-kun! No quiero que te hagan daño.

Ni siquiera lo pensó, lo nombró con toda la seguridad que no tenía, lo retenía con toda la fuerza que no conocía , y sobre todo lo mirada con todos los sentimientos que no entendía.

–... Ya no la tengo, Shuichi-kun.

Pese a que era preocupante esa expresión seria proveniente de Kokichi, no tenía su atención en esto ahora. Con un pequeño suspiro se levantó,

–Gracias. -Solo eso dijo, y es que ahora acaba de caer en cuenta de lo que hizo, intentando ocultar sus ojos con su flequillo por la vergüenza.-

Sin embargo, no obtuvo respuesta, no hasta luego de unos minutos.

–Shuichi-kun.

–¿S-sí? Dime.

– ... Las galletas se queman.

– ¿Eh?

– ¿Eh?

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El caso del &quot;Líder Supremo&quot; {Saiouma}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora