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–Bien, Kokichi-kun, solo hay una regla para que te quedes en mi casa mientras voy a trabajar, ¿De acuerdo? Solo una, no te exijo demasiado.

Pese a que pasar la mañana con Kokichi era algo que Shuichi amase, no puede solo faltar a su labor en momentos "de crisis". Aún así, solo puede pensar en horribles casos y escenarios posibles como resultado de dejar al mentiroso en su casa. No porque no confíe en él, es porque lo conoce demasiado bien.

–Ya quedó claro, capitán, dé las órdenes en su nave.

Así de fácil le quitó un poco de su nerviosismo a Saihara, con esa infantil pose de saludo militar que quedaba muy adorable con su actor.

–De acuerdo, lo único que no debes hacer es tocar las cosas de mi oficina. ¿Puedes hacer eso?

–¿Ese cuarto al lado de tu habitación que no tiene nada que envidiarle a una biblioteca? Pensé que solo era tu colección, eres muy intenso con tu trabajo, Shuichi-kun.

–Esa misma, todo lo qué hay ahí no puede ser de conocimiento público incluso si eres tú, menos aún con mi caso reciente ocupando casi todo el espacio.

–Sí, sí, lo entiendo. "No te metas en ese cuarto, chismoso" me quedó claro.

–¿Seguro que sí?

–Vamos, ¿No confías en mí?

–No responderé a eso, Kokichi-kun, tus sentimientos son algo que no quiero lastimar.

En respuesta a esa indirecta totalmente directa, Kokichi empezó a darle golpes flojitos mientras se quejaba como un niño. Acabado esto, con un puchero del más bajo, Saihara decidió darle el beneficio de la duda.

–Como me lo pides, lo haré, ¿Eso está bien? Confío en ti, Kokichi.

Esto último lo dijo dirigiéndose a la puerta principal, por lo que no pudo ver el sonrojo que provocó en Ouma al haber sido llamado por su nombre sin ningún honorífico.

–Nishishishi.~ Veo que estoy siendo una buena influencia en ti, Shuichi.~

Ignorando que convirtió al ajeno en una tetera hirviendo al devolverle su jugada, otra vez, lo detuvo de la manga cuando se estaba por marchar.

–Shuichi, ¿Acaso te estás marchando sin despedirte apropiadamente de tu esposa? Este matrimonio no funcionará si no recuerdas esas cosas.

Saihara río con suavidad, eso le causó mucha ternura. Por supuesto que se percató de que su ajeno quería un típico beso de despedida, sin embargo, Shuichi solo colocó su mano en una de sus mejillas para besar con afectó la otra. Notó que el ajeno se lo esperaba, por lo que pudo apreciar una sonrisa menos perversa con un ligero calor en sus mejillas.

–Nos vemos, trata de no quemar la casa.

–¿Por qué no? Así podría hacer que vivas conmigo.~

Tras esa última broma, el más alto se marchó, aunque cuando lo hizo fue cuando recién se preguntó algo evidente. ¿Kokichi no tiene que trabajar? Eso le hace cuestionarse cómo se gana la vida.

 ¿Kokichi no tiene que trabajar? Eso le hace cuestionarse cómo se gana la vida

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El caso del &quot;Líder Supremo&quot; {Saiouma}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora