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Tratando de mantener la compostura, Saihara se dio una ducha para poder colocarse su pijama, no sin antes de recibir piropos indecentes que por suerte suya solo quedaron como eso. El caso es que, ya más tranquilo, esperaba en su cuarto a que Kokichi terminase de ducharse.

Pero cómo siempre, a Ouma le gusta matarlo.

–¡Shuichi-kun, esto es muy cómodo! Podrías dármelo de recuerdo.~

El mencionado no tenía nada que decir, o más bien, no le salían las palabras. Estaba viendo cómo Kokichi usaba la parte superior de una sus pijamas de invierno, solo la parte superior. Ese pequeño desgraciado con igual de pequeña figura ni siquiera se molestó en usar pantalones.

–¡¿Acaso enloqueciste?! ¡Si la vas a usar por lo menos usa pantalones! ¡Fuera!

La tetera está hirviendo de nuevo, lanzándole almohadas a Kokichi quien se ahoga entre risas.

–¿Pero cuál es el problema? Me queda muy grande, incluso cubre la mitad de mis muslos.~

–¡Ese no es el problema! -Trataba de cubrir sus ojos con sus manos, pues se quedó sin municiones que aventarle.-

–¿Y cuál es, Shuichi-kun? ¿Acaso sientes que no podrás evitar tocarme? Eres un completo pervertido, y yo que vine con intenciones puras.~

–¡E-es muy obvio que es mentira, n-ni siquiera estás disimulando!

–Te gusta atraparme las mentiras que te convienen, ¿No?~

Vio a Kokichi apresurarse a subirse a la cama, más que nada porque de seguro ve venir una lampara muy dolorosa en su futuro. Y mientras intentaba pegarse en un abrazo, siendo solo detenido por los brazos de Shuichi, este último siente que va a ser una larga noche.

Una cosa debe tener siempre presente desde ahora, cada vez que Kokichi pise su casa, debe siempre esperar lo peor incluso en las cosas más simples.

Una cosa debe tener siempre presente desde ahora, cada vez que Kokichi pise su casa, debe siempre esperar lo peor incluso en las cosas más simples

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(...)

Tras una media hora de un forcejeo interesante, Kokichi salió victorioso, estando sentado sin ningún tipo de descaro en las piernas de Saihara, de paso también abrazándolo. Están pegaditos, pero aún así trata de evitar pegarse mucho a cierta zona que se puede cuál es.

Ouma es atrevido, y siente bastante atracción por este detective, pero la actividad sexual no le llama especialmente la atención y mucho menos de manera en la que ni siquiera son una pareja.

Mientras abrazada al medio muerto Shuichi, piensa en lo mucho que su plan se está yendo al traste, aunque es más que un juego que un plan en sí. La idea de convivir con el enemigo sin que sepa quién es era nueva, única y excitante.

O eso era hasta que Shuichi quiso ser su amigo, y más cuando los coqueteos comenzaron, aquí hay un tipo de química que lo está asustando, hace mucho que no siente tal cosa. El ajeno es lindo, es interesante, y ya para sincerar completamente le gusta bastante. Pero hay un problema, él mismo.

Es un criminal, y no dejará de serlo, y Saihara es su otro lado de la moneda. Esto es demasiado complicado pero no puede detenerlo, pese a intentarlo siempre acaba peor que antes.

–¿Kokichi-kun?

Ese llamado ajeno lo despertó, no se había percatado de que dejó de sonreír, probablemente el tierno de Shuichi se preocupó por él.

–Lo siento, creo que puedo ser muy molesto para ti, tal vez sí deba irme.~

Eso es.

Eso debe hacer.

Es un criminal, el Líder de toda esta ciudad, Shuichi solo es su diversión temporal, así que debe cortar todo esto antes de...

–Oh, no, y-yo lo siento.

Y en ese momento, la pequeña cintura del dictador fue rodeada con delicadeza, apegándola solo un poco con cierto temblor en su tacto.

–C-creo que solo me asusté demasiado, no estoy acostumbrado a estas cosas. Eres molesto, pero no en un mal sentido. -La pequeña uva acaba de recibir un beso en su frente, siendo él quien se ha sonrojado esta vez.-

–... Pff, no robes mi característica de personaje, los coqueteos son míos.

–¿Según quién?

–Según yo.

Lo siguiente qué pasó fue que ambos empezaron a reír, es como un ciclo entre ellos. Algo incómodo ocurre, no saben qué hacer, pero siempre acaba con un dulce ambiente.

Y en cuanto al pensamiento anterior de Kokichi... ya no importa, sabe que no, lo peor que pudo ocurrir ya pasó y no puede fingir que no es así.

Supone que esas son las consecuencias de ser un mitómano, incluso tus propios pensamientos contienen mentiras.

Supone que esas son las consecuencias de ser un mitómano, incluso tus propios pensamientos contienen mentiras

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El caso del &quot;Líder Supremo&quot; {Saiouma}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora