IX

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Carolina


Este fin de semana acaba de comenzar pero ya estoy disfrutando como hacía tiempo. Estamos en un lugar maravilloso, con una decoración navideña de ensueño, con gente increíble a la que adoramos y pudiendo estar tranquilos y felices, preocupados solamente de disfrutar los unos de los otros.

No le puedo pedir más a la vida en la actualidad.

—¿Y ezto? —escucho a Damica preguntarle por enésima vez al santo de mi marido.

Alex resopla y nos hace sonreír a toda la mesa.

—Salero, pequeñuela —le contesta.

—¿Y ezto?

—Bandeja.

—Baaaanjeeee...

—No —le corta—. Baaaaandeeeejaaaa...

—Jaaaaanbeeee...

—Baaaaandeeee...

—Jaaaaandeeee...

Las risas empiezan a escucharse más elevadas con cada intento de Damica por pronunciar bien aquella complicada palabra.

Tray, pequeñuela, tray —sentencia su padre en inglés, dejando a su hija perpleja y a todos con una carcajada en la garganta.

Todos los niños comienzan a repetir aquella palabra, haciendo variantes y mezclándola con otras que Damie ha estado intentando pronunciar durante toda la cena.

—Venga, todos a la cocina a por el postre —les dice Noelia poniéndose en pie, viendo que a su amigo le va a dar un colapso de un momento a otro—. Me debes una bien grande... —le susurra desde lejos.

Alex le agradece con exagerados gestos a Noe su propuesta y todos seguimos riendo mientras todos los niños de la mesa se levantan y siguen a nuestra amiga hasta la cocina. Sus voces se pierden a lo lejos y nos dejan a solas. Alex se echa encima de la mesa con alivio y nuestras risas continúan unos segundos más.

—Seelie era también... —empieza a decirle Laura, intentando aliviarle un poco a mi marido.

—Ni se te ocurra comparar —le corta al momento, levantando un brazo en el aire sin erguirse todavía del todo—. Seelie era una santa, toda educadita, calmadita...

—Salvo cuando se le ocurrían nuevas ideas para su book de fotos —recuerda ahora George—. Como aquella vez que quería hacerse fotos bajo la nieve en verano y decidió cambiar la ausencia de nieve por cinco kilos de harina.

A mitad de frase, la gente ya ha empezado a reírse.

—Pero compartió el momento con todos sus hermanos —añade Laura, aumentando las risas de todos—. Estuvimos una tarde entera sacando harina de todos ellos.

Alex parece que se siente un poco mejor. Mira a su mejor amigo, agradecido, y éste le sonríe, llevándose acto seguido la copa de agua a la boca.

—Mi nieta es creativa, Jorge, deja que se exprese —le dice ahora su suegro, Ángel, apretando la mano de su pareja, la madre precisamente de su yerno.

—En la próxima ocasión que quiera hacer un nuevo book, le digo que espere hasta que su abuelo llegue —le amenaza George con una adorable sonrisa que casi da miedo; es capaz de cumplir lo que dice.

Ángel ríe con ganas y besa a su pareja.

—En realidad creo que sale a ti, hijo —le dice ahora Julia—. Nos volviste locos a esa edad. No dejabas de preguntar cualquier cosa que veías.

Su padre ríe con aquello, más que el resto.

—¿Recuerdas cuando vio por primera vez a Theresa y también nos preguntó qué era eso? —comenta, riéndose.

—Ramón... —le reprende con cariño.

Todos se han quedado en silencio, sabiendo bien quién es Theresa. Alex sonríe, no sé si recordando o disimulando su malestar.

—Niño, ¿estás bien? —susurro cogiendo su mano.

—Hijo, lo siento, yo... —le dice su padre, pensando que su hijo puede estar mal por su culpa.

Alex hace un gesto con la mano para dar a entender que no le importa y sigue sonriendo, pero no abre la boca.

—¿Quién es...? —se escucha a Ernest decir en bajo a su mujer.

Marta le hace callar con cariño pero Alex lo ha escuchado.

—Fue mi primera pareja —le contesta Alex con una sonrisa. Agarra mi mano y deja que le apriete un instante antes de continuar—. La mataron hace ya años y yo me quedé hecho polvo, por eso todos se han quedado callados. Pero no importa, de verdad —y me mira—. Ya estoy mejor.

Le doy un breve beso mientras todos parecen respirar aliviados.

—Así que no sabías qué era Theresa —comento yo ahora, intentando que Ramón se sienta algo mejor por haber sacado el tema.

—Seguro que me llamó la atención lo guapa que era y como solamente había visto a mis hermanas, que no las veía guapas precisamente... —contesta él, sabiendo por lo que le hablo de esto en público.

—Pero tus hermanas son muy guapas —se queja Ramón.

—Son mis hermanas, papá, no son... guapas para mí. Theresa era diferente.

Su padre parece comprender y ríe con aquello.

—¿Habéis visto alguna foto de Theresa? —continúo diciéndoles—. Era increíblemente guapa.

—Alguna foto he visto... —comenta Marta algo cohibida todavía.

—Era hermosa, sí —dice ahora Laura con una gran sonrisa dirigida primero a Alex y luego a mí.

—Niño —le digo a mi marido—. ¿No tendrás en el móvil ese vídeo que te pasaron hace poco...?

—¡Sí! —exclama él con una alegría real. Y se dirige a todos—. Ya os enseñaré el vídeo que me pasaron hace días en el que salimos Theresa y yo de pequeños jugando en el parque. Ella haciendo de enfermera para unas hormigas y yo de su ayudante.

Todos comienzan a charlar más animadamente sobre ello, pidiéndole que se lo deje ver y que no se olvide, contando más anécdotas de ellos mismos y de sus hijos. Al cabo de un rato, Alex me mira fijamente a los ojos, con una sonrisa tan increíble que no puedo evitar besar.

Umbrella —le susurro.

Alex vuelve a besarme y repite otro umbrella con sus labios.

Trato de no estallar de felicidad constantemente, pero a veces me cuesta contenerme.

Suena un móvil, que me devuelve a la realidad. Es el de George. Parece conocer a la persona que le llama y le pide que le dé unos segundos para hablar. Se levanta de la mesa con el móvil en la mano, besa a su mujer y nos pide disculpas por la interrupción, saliendo del comedor en el que todavía estamos de sobremesa.

—No te preocupes, Alex —le dice Laura desde su sitio, apurando su vaso de agua en mitad de la frase—. Ahora vuelve tu mejor amigo.

La gente se ríe mientras Alex le hace burla de forma graciosa, cosa que ella no tiene inconveniente en contestarle de la misma manera.

Familia, amigos, trabajo...

Vida.


Resist (with love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora