VIII

84 75 74
                                    

Laura

—Pero no serían muchos cambios...

—Laura, de verdad, no te preocupes —me insiste Hèctor—. Con nosotros no vas a tener problema.

—¿Ves? —me dice Jorge—. No tenías de qué preocuparte.

Resoplo de alivio y tanto Irene como él se echan a reír.

—Además, me parece genial ese giro en la historia —añade Irene—. En cuanto me llegue el script, me pongo a ello cuanto antes.

—Habrá que quedar para practicar —le dice Hèctor, creo que con intenciones diferentes de las laborales.

Y ella no parece estar muy contenta con eso.

Vaya, qué raro...

—Si no os importa, voy a hacer una llamada —nos dice, levantándose al instante del sofá y saliendo de la sala, dejándonos a Hèctor, Jorge y a mí solos.

Me quedo mirando a Hèctor, haciéndole un gesto con los ojos para demostrar mi asombro y él se encoge de hombros.

—No tiene que ver contigo, tranquila —me dice—. Es... —parece querer contármelo pero se queda en silencio y se levanta también de su sitio—. Será mejor que intente hablar con ella. A ver si esta vez tengo suerte...

Sale de la sala con desgana mientras Jorge pasa su brazo por mis hombros, suspirando imagino que de alivio por volver a quedarnos solos. Besa mi sien y me atrae hacia su cuerpo, medio abrazándome. Me apoyo en su hombro y poso mi mano sobre su pecho, sintiendo cómo sube y baja por su respiración.

—No le des más vueltas —me pide—. Todo va a salir bien.

—Pero ellos parecían...

—Habrán tenido algún malentendido que seguro que arreglan antes del rodaje.

—Pero, ¿y si...?

Hace que le mire sin movernos de cómo estamos.

—¿Qué habíamos quedado con las frases que empezaban con y si?

Resoplo de nuevo y vuelvo a apoyarme en su hombro. Me concentro en sentir su respiración sobre mi propio cuerpo para ir tranquilizándome. Él sabe lo que estoy haciendo. Siempre lo hago y es lo que mejor me funciona, así que deja que le utilice un ratito más. Mientras tanto, acaricia mi pelo y me va diciendo lo bien que va a salir todo.

Sí, funciona.

—Oye, ¿tú ya estás menos preocupado?

Tarda unos segundos en contestar e incluso antes de incorporarme para mirarle a los ojos sé que eso significa que no.

Sigue preocupado por algo.

—Creo que no tuve que hacer venir a nadie a preparar la casa —confiesa.

—Pero estábamos fuera y... —intento calmarle ahora yo a él.

—Podría haber venido yo mismo.

Sonrío con sus pensamientos.

—No eres un marqués al uso.

Y ahora es él el que sonríe, mirándome a los ojos con cariño.

Besa mis labios un segundo antes de volver a hablar.

—Nunca lo fui —me recuerda—. Al menos, desde que te tengo a mi lado.

—Y de eso ya hace mucho tiempo —y alargo las dos últimas palabras, haciéndole reír.

—No tanto como querría —se queja mi escocés favorito.

—Pero nos queda mucho por estar juntos, ¿verdad? Eso es lo que cuenta.

Suspira y vuelve a besarme.

—Ni te imaginas la de tiempo que nos queda —contesta.

—Toda una vida.

—O más.

—¿Más de una? —le digo, riéndome.

Sigue sonriendo de forma enigmática.

—No hemos hablado de lo que sucedió en la habitación de aquel hospital —me recuerda.

—No tengo muchas ganas de recordar todo aquello —me quejo esta vez yo, con el alma encogida al pensar en que por poco pierdo al amor de mi vida.

Me regala un nuevo beso, esta vez más profundo.

—Después de este fin de semana y de la presentación, quiero que nos vayamos solos a alguna parte y hablemos.

—Ya estamos solos —le recuerdo.

Pero se limita a sonreír.

Nos interrumpe una acalorada Carol, que entra corriendo en la sala sin darse cuenta de que estábamos nosotros aquí.

—Ay, lo siento... —nos dice al vernos, quedándose paralizada al momento.

Alex parece que estaba persiguiendo a su mujer porque entra detrás de ella, también acalorado y riendo.

—Perdón —dice ahora Alex sin perder su sonrisa—. ¿Estabais haciendo algo indebido?

Jorge se echa a reír y se levanta, ofreciéndome la mano distraídamente para ayudarme a levantar.

En ese momento suena la puerta de entrada. Ya llegan los últimos invitados que faltaban, así que estamos todos listos para cenar juntos.

El fin de semana definitivamente acaba de comenzar.

Resist (with love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora