XI

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Alec


Mis padres parecen estar encantados en esta casa. Ríen y hablan con todos como si estuvieran en familia. Ángel y Clara parecen entenderse bien con ellos y creo que van a repetir a menudo viajes juntos. Dos semanas que llevan ya en Escocia y todavía están hablando de seguir unos días más por la zona. Me encanta ver lo bien que se llevan ahora con la familia de mi mejor amigo. Fue complicado al principio. Mi madre estaba entre dolida y aterrada pero comprendió poco a poco que no todos los Graham son iguales. Y ahora míralos, compartiendo viajes, cena, fines de semana y confidencias.

Los Sutton y los Graham por fin reconciliados.

Y eso me hace de alguna forma muy feliz.

—Nosotros también deberíamos hacer algún viaje por Escocia —les dice ahora Carol, metida de lleno en la conversación con todos—. Solamente conocemos los sitios principales y los que son de Lau y George.

Me mira para que dé mi opinión.

—Yo estuve hace tiempo por aquí —le cuento.

Ella sonríe y se atusa levemente el pelo.

—A veces se me olvida que hemos tenido otras vidas antes de estar juntos —me dice medio riéndose.

Beso sus labios para saborear esa felicidad que emana de ella cuando está en familia o con amigos que son como familia.

—No tengo muy buenos recuerdos de esa época, así que me encantaría volver como si fuera la primera vez —le aseguro.

Su sonrisa se agranda y ocupa todo mi ser.

—No os podéis perder Inverness —nos cuenta ahora mi padre—. ¡Qué maravilloso lugar!

—Y ese castillo que hay cerca... —le dice mi madre...

—Cawdor —le recuerda Clara—. Es muy bello.

—No tanto como los vuestros —presume Ángel con orgullo, mirando a su pareja.

Clara menea la cabeza, algo avergonzada.

—¿Cawdor? —pregunta Ernest—. Vaya, ¿el de Macbeth?

—Oh, dios mío, ¿en serio? —exclama con ilusión Marta—. Necesito ir a ese lugar...

—Si vais —les dice Ángel—, avisadnos antes para avisar a los dueños; son como de la familia.

Clara ríe por lo emocionado que está Ángel con aquello. Se hincha de orgullo al decirlo y besa a Clara en los labios, haciendo que ella pase de reír a sonreír con amor.

—Creo que vosotros les conocéis —nos dice Clara a Alec y a mí—. Son Idelle y Reed.

—Ah, sí, es una pareja fabulosa —responde Carol haciendo memoria.

—Podríamos acercarnos un día nosotros también —le dice Hèctor a Irene—. ¿Qué te parece? ¿Una ruta por los castillos de Escocia antes del rodaje?

Ella sonríe y asiente pero no le mira. Y siento curiosidad. ¿Qué ha pasado entre ambos en el tiempo que no les hemos visto? Hace pocos meses en realidad. Y hasta entonces, no habían formalizado su relación públicamente pero algo tenían, estoy seguro. No sé entonces qué habrá podido pasar para que se les vea tan tensos ahora.

Abre la puerta del comedor mi querida amiga Noe y viene directa hacia mí. Cojo la silla que ocupaba ella en la cena y la coloco a mi lado. Ella se sienta encantada conmigo, abrazando mi propio brazo y apretando tanto que pareciera que quisiera exprimirlo.

Resist (with love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora