Sabor A Belladona / CHANSOO // Adaptación

13. Monstruo

"¿Qué sabor tendrá esta flor?

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Ceremonia de ingreso. Escuela Primaria

La primavera recién estaba comenzando. Los cerezos se encontraban en flor, llenando de pétalos por todos lugares. Un lujoso automóvil negro se encontraba estacionado. La puerta trasera se encontraba abierta y junto a ella, un hombre joven esperando.

Su abuelo caminaba lentamente, apoyándose en su bastón, en dirección al automóvil, alejándose del gran y lujoso edificio a sus espadas. La expresión seria y un poco molesta. Era alto. Quizás, el ser más alto que conocía. Su rostro, huesudo por la edad, siempre le había causado algo de miedo. Su cabello era completamente blanco. Park YoungSoo seguía siendo uno de los miembros de la nobleza más temibles y poderosos de su raza.

Él lo seguía a cierta distancia, sin comprender bien que era lo que estaba ocurriendo. Caminaba con algo de temor, sintiéndose un poco ridículo e incómodo con su uniforme escolar, que consistía en un pantaloncillo de tela hasta las rodillas color azul marino con bordes blancos, la camisa blanca, una chaqueta, también azul y bordes blancos y un pequeño corbatín. Las calcetas altas y largas y los zapatos perfectamente lustrados.

Chanyeol observó el lugar con sus grandes ojos negros y una gran "o" en la boca que deja a la vista sus pequeñitos colmillos. El pelo gris se movía alocado junto con la suave y cálida brisa, mientras los pequeños pétalos de las flores de cerezo caían a su alrededor.

Aún podía escuchar las voces en la sala del directorio mientras esperaba sentado, con las delgadas y cortas piernas colgando del asiento, a su madre momentos atrás.

—"¿Por qué tenía que venir a esta escuela?"—. Una voz

—Sólo dejen que vaya a una escuela pública—. Otra voz

—La ley establece que ningún vampiro deberá ser tratado de manera diferente. Así que no tenemos ninguna razón para rechazarlo—. Una voz femenina que lo defendía.

—Aún cuando eso es cierto, tenemos varias familias cristianas aquí—. Otra voz. -—los sostenedores están haciendo mucho alboroto respecto a ese tema.

—El consejo no puede rechazarlo después de recibir grandes donaciones—. dijo su madre con voz dura. Y luego, silencio.

El pequeño vampiro continuo observando atentamente a los niños y sus padres que había en todas direcciones con curiosidad. Su abuelo ya se encontraba en el auto. Las flores de cerezo seguían repartiendo sus pétalos.

"Hay tantos..." pensó refiriéndose a los humanos. Fijo su vista en una pequeña niña castaña con un lindo sombrero que combinaba con su uniforme. Era pequeña. Ojos grandes y felices. Su madre, una mujer joven, vestía un vestido color celeste y usaba un collar de perlas, la llevaba de su mano. Caminaban su dirección.

"Ella es de mi edad..." sus ojos la vieron curioso, y cual niño, deseoso de poder acercase. La madre bajo la vista, ocultando su rostro bajo su propio sombrero. Y cambio a la pequeña de lado, justo cuando pasaba por el lado del pequeño ChanYeol, evitando que entraran en contacto. La niña le sonrió a la madre sin darse cuenta de nada. El niño la vio atentamente, confundido.

—Monstruo...—. Soltó la mujer cuando se alejaba.

El tiempo pareció detenerse en ese instante al igual que la lluvia de pétalos. ChanYeol se quedó en su lugar. Horrorizado por la despectiva palabra para referirse a él. Demasiado dolido, confundido, impresionado. Su rostro palideció. Sus ojos se agrandaron y quedaron fijos en las manos de madre e hija mientras lo dejaban atrás. No entendía que había hecho para merecer ser tratado así. El sólo era un pequeño niño. No era un monstruo ¿o sí?. Quizás, sólo quizás si no tuviera aquellos colmillos y si su piel no fuese tan pálida podría ser normal y tener amigos como cualquier otro niño.

—ChanYeol—. La temblorosa voz de su abuelo lo hizo reaccionar.

Se dio vuelta en su dirección. Estaba dentro del auto. Las huesudas y largas manos descansaban sobre la cabeza dorada de su bastón. Su rostro tenía una expresión seria y dura.

—Ese es el sonido que hacen las bestias—. Soltó. La voz lejana. —eres un vampiro de sangre pura. Deberías estar orgulloso de tu excepcional linaje—. Escuchó mientras la figura imponente de su abuelo se desvanecía al igual que todo lo que lo rodeaba y quedaba completamente solo, observando a la nada.

Abrió los ojos de golpe. Sentía un poco de angustia. Su respiración era agitada. Le costó un poco reaccionar y entender que ya no era un pequeño de primaria en su primer día de clases. Se quedó recostado en su cama unos momentos. El pequeño canario estaba de pie en su almohada, observándolo curioso.

El ave se acercó lo suficiente a su rostro, antes de comentar a cantar suavemente a su lado, en señal de cariño. ChanYeol lo observo molesto e hizo un gesto de hastío y desagrado.

—Ugh... Vete de aquí—. dijo mientras se sentaba en su cama y lo alejaba con una de sus manos.

Seguía sin sentirse bien. Aún estaba algo afectado. Flexionó sus largas piernas contra su cuerpo. Apoyó los codos sobre sus rodillas y cruzó las manos algo temblorosas en su cabeza, ocultándose en ellas.

—A estas alturas... ¿Por qué estoy teniendo este sueño otra vez?—. murmuró mientras sus manos cubrían su rostro acongojado.

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