La hija de Stark •2•

Dieciséis.

Steve Rogers.

La fiesta acaba a las cuatro de la mañana. Todos los invitados se van cansados y la mayoría un poco ebrios.

Pepper se marcha para descansara, Amanda también asegurando que chequearía a María antes de irse a su departamento. 

Sólo los Vengadores, Hill, Rhodes y Sharon permanecemos aún intactos disfrutando de las burlas y comentarios sobre la fiesta.

—"Solo el hombre digno recibirá el poder"—dice Barton queriendo imitar la voz de Thor teniendo en mano unas baquetas—. Que locura. Es ridículo—suelta una risa al igual que la mayoría de los presentes.

—Si quieres inténtalo—lo tienta el Dios con una sonrisa petulante.

—¿De verdad?—alza las cejas mostrando sorpresa.

—Adelante, vamos—contesta alentandolo.

«Ésto será divertido»

—Clint, fué una mala semana, nadie te juzgará si no lo haces—suelto una risa ante la burla de Stark.

Clint deja las baquetas y se aproxima hacia el tan afanado martillo.

—¿Dices que muchos han intentado hacerlo?—pregunta.

—Asi es.

Intenta levantarlo con una sola mano, pero fué un intento fallido que hace que todos riamos junto a él.

—Y sigo sin entender cómo lo haces.

—¿Sientes la humillación?

—Por favor, Tony queremos verte—extiende sus manos en su dirección otorgándole la oportunidad.

Stark se pone de pié desabrochando el botón de su traje con un aire de superioridad. Sólo observo la escena con una mueca de total burla en mi rostro.

—Yo nunca me retracto cuando me retan—dice colocándose en el mismo sitio en el que Clint estaba anteriormente—. Dices que si lo levanto, gobernaré Asgard—se dirije a Thor.

—Tecnicamente sí—sonríe abiertamente.

—Pues empezaré a gobernar como se debe.

Hace su primer intento y obtiene el mismo resultado que Clint.

—Ahora vuelvo—hace una pausa.

Stark trae parte de su armadura para ayudarlo pero tampoco lo logra. Ni siquiera cuando obtiene apoyo de Rhodes. Banner hizo un intento en el cuál imitó terriblemente una salida de Hulk.

—Deja el alcohol—le dije al doctor riendo.

—¡Vamos Steve! ¡Inténtalo!—Clint alienta.

Me levanté con una mueca en mis labios.

—Tú puedes Steve.

Arremango un poco más las mangas de la camisa y rodeo el mango del martillo con mis manos. Intento levantarlo con fuerza, logro un casi perceptible chillido del martillo contra la mesa de vidrio, pero al final no pude levantarlo.