Capitulo 10. Cinco años sin ellos

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Este es uno de esos días que al llegar el calendario a la fecha el día oscurece, las sonrisas se ven más difíciles de dibujar, las risas cambian para convertirse en lágrimas, este es un día que se celebra para no dejar la muerte de nuestros seres queridos de lado…Hoy es el aniversario de la muerte de Michelle y Edward. Hoy hace ya cinco años los padres de Annie y John dejaron el mundo para ir a un lugar mejor…O eso dicen los diarios de Eastlouder.

Los mellizos entraron en el instituto en total silencio, los estudiantes sin felicidad los miraban, muchos con lástima otros con tristeza. Annie toma la derecha y John la izquierda, cada uno se va por el pasillo opuesto. En el camino ninguno encontró a alguno de sus amigos, cosa que facilitaba la situación pero al entrar en el aula 57 de Química, el día de Annie toma otro curso. Kevin sentado en su puesto tiene una caja de chocolates  un pequeño oso de peluche con las palabras “I´m sorry” en un corazón rojo, una sonrisa se asomó en el rostro de la chica cuando él se levantó y fue hacia ella

—No sé qué hacer en días extremadamente tristes, pero pensé que esto te haría sentir mejor—Annie rio por lo bajo

—Bueno, eres el primero que me da chocolates y un tierno peluche cuando mis padres cumplen otro año de estar muertos— Kevin se ruborizó un poco—Y me encanta

— ¿Te gustó? — preguntó cómo niño pequeño

—Sí, pero ¿sabes con que me gustaría más?

—No, ¿Con qué? —preguntó confundido

—Con un abrazo— Kevin mostró sus blancos dientes y acogió a Annie en sus brazos —En estos días pocos me dan un abrazo…Y hoy es cuando más lo necesito

—Y es por eso que cuantos más necesites para mí mejor…—Annie no comprendió mucho lo que él acababa de decir pero sonrió como si una parte de su corazón si lo hiciera y su cerebro no. El timbre sonó y ellos aún no se separaban

—Señorita Johnson, señor McQueen ¿Podrían tomar asiento si son tan amables? —Dijo José entrando en el aula

—Discúlpame José, pero hoy no quiero ser amable si eso implica dejar de lado este abrazo—dijo Annie, escuchó como sus compañeros reían y sintió el pecho de Kevin vibrar por lo que se dio cuenta que él también lo estaba haciendo

—Bueno, entonces espero que el Doc. Jefferson no se oponga a eso— Annie se despegó un poco de Kevin

—Creo que él querrá darme un abrazo también

—Entonces vaya

—No lo dude ni un segundo—dijo cogiendo la mano de Kevin y entrelazando sus dedos sintiendo un cosquilleo como cada vez que lo hacía. Se disponían a salir del aula cuando ella se detuvo—Creo que no sabes qué día es hoy—dicho esto se marchó con Kevin a su lado, pasaron por los corredores del instituto hasta por fin dar con el despacho del director, Annie soltó a Kevin sintiendo un enorme vacío y tocó con sus nudillos la puerta, pudo escuchar un “Pasa” de Jerry, al entrar el hombre le sonrió pero en sus ojos vio preocupación, paso su mirada a Kevin e hizo el mismo gesto

—Oh, Annie! ¿Vienes por un abrazo?—Preguntó Jerry, Annie no esperaba eso de Jerry

—De hecho un abrazo la trajo aquí…Nos trajo aquí—dijo Kevin, Jerry rio un poco

—Déjame adivinar…Estabas en Química, este chico te dio un regalo y le pediste un abrazo sonó la campana y aún estaban así cuando llegó José pero no te querías separar de él y preferiste venir a parar aquí con tú querido director—Dijo Jerry, por más que querían disimular su asombro ni Annie ni Kevin lo lograron, el director volvió a reír —Los rumores corren rápido—Ahora los tres reían.

—Bueno, entonces los rumores son muy ciertos—dijo Annie, ella fue y aunque Kevin estuviera ahí abrazó a Jerry como si fuera el tío que siempre consideró

—No tienes que fingir hoy, cariño si tienes que llorar, llora— dijo Jerry devolviéndole el abrazo y como si fuera una orden Annie comenzó a llorar

En la tarde Annie y John se dirigieron al cementerio para dejar unas flores a sus padres, margaritas para su madre y tulipanes para su padre. Mientras acomodaban las flores Annie sentía una mirada fija en ella, no podía distinguir quien era por más que mirase en cada esquina del lugar, el bosque no le dejaba divisar el aparcamiento y encontrar a una persona entre tantos arboles no era fácil

—John—llamó Annie su hermano dirigió su mirada hacia ella— ¿Has escuchado eso? — Annie lo volvió a escuchar

—No— una vez más

— ¿No lo escuchas?

—Annie, es mejor que vayas de vuelta al auto, no tardo

—Pero...

—Estarás segura, te lo prometo—sacó las llaves y se las extendió —si vuelves a escuchar lo que has escuchado quiero que corras y entres en el auto lo más rápido posible

—Está bien— Annie tomó las llaves en sus manos y se adentró en el bosque, podía escuchar el cantar de las aves y su fuerte aleteo pero el sonido que hace rato escuchaba aún la seguía y ahora más cerca, Annie apresuró su paso y miró hacia todas partes pero no logró divisar nada, volvió su mira al frente y el sonido se hizo aún más claro, eran pasos, unos pasos tan apresurados como los suyos, Annie comenzó a correr pero justo cuando solo unos metros la separaban del auto alguien apareció frente a ella, cayó sobre el extraño pero el miedo le gano, se paró sin mirar el rostro del intruso y entró en el vehículo.

Su respiración estaba entre-cortada, la adrenalina estaba en todo su cuerpo y su corazón acelerado por el miedo…Pero lo que Annie no sabía era qué, todo lo que había sucedido en el bosque era una simple alucinación.

Secretos en familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora