Capitulo 21. Una ayudita de Emma

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Los meses pasaban demasiado rápido, sin respuestas, sin siquiera una mínima señal de que era lo que debía descubrir, a tan solo una semana del baile de invierno, los murmullos volverían loca a Annie quién paseaba por el instituto tranquilamente, las pláticas acerca del baile no era lo único que se escuchaba en los pasillos del instituto, corría el rumor de la ruptura de Annie y Kevin hace dos semanas atrás

- ¿Quién eres? -le preguntó Annie sentada en el sillón de cuero de la sala de música de su casa

-Soy yo, Annie ¿Quién más podría ser?

- ¡No mientas! -Gritó-Estoy cansada de tus mentiras, de que no te conozca en lo más mínimo, que no confíes en mi

- ¿Qué te hace pensar eso?

-Todo, yo...Yo no puedo confiar en alguien que no confía en mí

- ¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres dejarme?

-Más clara no pude haber sido

-Bien

-Bien

-Pero no pienses que me rendiré así de fácil-Dijo saliendo de la habitación

-No pretendas que no será difícil-Contestó ella fríamente mientras veía como Kevin se marchaba, lloró y lloró durante varios días, nunca dejó que nadie la viera llorar, sin embargo, lo hizo. Unas grandes y oscuras ojeras se posaban bajo los castaños ojos de Annie, su piel pálida y su mirada perdida decían que no estaba atravesando su mejor momento pero con maquillaje todo se arreglaba...Así sea un poco, aún irradiaba esa seguridad típica en ella, las peleas con Brittany no acababan e incluso se hizo más cercana a sus amigos, Kevin por su parte se veía realmente caído no solo físicamente sino también con su actitud y ánimos.

- ¡A la mierda el bendito baile! - Gritó cuando el quinto grupo de chicas pasaba por su lado hablando sobre los vestidos que usarían. Todos los presentes dirigieron su mirada hacia ella- ¿Qué miran? - Todos siguieron con lo que hacían, Annie bufó molesta, sacó su diario de su mochila y entro en el aula 36, la cual se encontraba totalmente vacía, agradeció a los cielos y tomó asiento en primera fila donde se dispuso a desahogarse con su preciado cuaderno

Querido diario:

Cada día se ha vuelto eterno, todos a mi alrededor irradian felicidad pero ¿Cómo se supone que deba hacer lo mismo cuando todo en lo que creía era una total mentira? Quizás algunas cosas hayan mejorado, quizás John dejó de autolesionarse, quizás todo volvía a ser lo mismo que hace cinco años pero ya no siento que pueda confiar en nadie, mis amigos, aunque sea ya hace meses, me dejaron de lado por no contarles mis secretos, mi novio me mentía, me ocultaba cosas e incluso mi hermano no era del todo honesto conmigo ¿Cómo se supone que puedes confiar en alguien? Es ahí cuando te das cuenta, que todo lo creías cierto era lo que tu mente quería creer, que la única persona que quizás nunca te defraudará eres tú misma y que si lo haces fue tu propio error, solía creer que era una chica fuerte ¿Pero de verdad lo soy? Quizás no haya caído con la muerte de mis padres, con la constante probabilidad de que un día de estos muera, quizás tampoco lo hice con la desaparición de mi hermano e incluso cuando mis amigos me hicieron a un lado ¿Eso es ser fuerte? O Quizás ¿Ya estaba acostumbrada a la decepción?

Sintió como alguien abrió la puerta del aula, Annie levantó la vista, frente a ella se encontraba Jerry mirándola con cariño, tomó asiento a su lado y la miró atentamente

- ¿Qué haces aquí? -preguntó ella

-Pensé que necesitabas a alguien que te haga compañía

-No lo necesito

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