Capitulo 8.La nueva jefe

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Los rayos del sol iluminaban el cuarto de los mellizos como solían hacerlo desde tempranas horas de la mañana, 6p.m, la alarma de Annie resonó por toda la habitación, ella que se encontraba cerca, como la chica educada que es, la tomó en su mano y se la tiró a su hermano que se encontraba felizmente dormido

— ¡John apaga esa infernal alarma!

—Annie ¿Por qué todos los días me tiras ese reloj? ¡Tú la pones a esta hora!

—Cállate y apágala—John malhumorado la apagó devolviéndole la paz a la habitación…Por unos segundos

— ¡Joder, Annie! ¿Por qué pones dos alarmas seguidas?

—Suelo tener un sueño muy pesado…—dijo parándose— Ahora apágala a no ser de que quieras disfrutar del hermoso sonido hasta que termine de bañarme

—Recuerda que hoy es la reunión con el “Can Mayor”

—Lo tengo presente.

El día pasó más rápido de lo que Annie había esperado, estaba ansiosa. Sus clases los viernes, al igual que las de John, eran más pocas, por lo tanto, una hora y media antes de la hora acordada con Lucas ya se encontraban camino a casa. Ya en su habitación Annie recibió un mensaje.

 

De Danielle:

Con Darren y Jenny vamos a cine ¿Te apuntas?

De Annie:

Hoy no puedo, tal vez la próxima

Annie guardó su celular y se quedó mirando ansiosa el techo, las pinturas que su madre había hecho, aún estaban intactas. Era un retrato de su hermano y ella en los juegos de casa de Darren, estaba de lado de la habitación de John, a su lado había un ángel, de alguna manera siempre se le hizo parecido a su padre un poco más joven, sin embargo, su madre le decía que no era él.

—Annie faltan 15 ¿Estás lista? —Ella solo asintió sin quitar la mirada del techo —Vamos.

Ambos bajaron a la planta principal pero John paró cuando se encontraba al lado de la puerta principal, cogió un cinturón y lo abrió, desde el punto en el que se encontraba Annie pudo distinguir algunas armas en él, John tomó una daga y la extendió a su hermana.

—Toma, escóndela en un lugar del cual la puedas sacar rápidamente—Annie lo vio confusa

—Pero… ¿Para qué necesito una daga?

—No sabemos si William está al tanto de que iremos, fue expulsado de la organización pero aún tiene sus contactos, necesitarás algo para defenderte aunque yo no te dejaré sola y no puedo darte un arma porque no sabes cómo usarla— ella tomó la daga en sus manos y distinguió tallada en ella la constelación de estrellas “Can mayor” supuso que sus padres o Lucas se la habían dado a John pero se mantuvo en silencio, vio como John salía de la casa y decidió seguirlo.

A una distancia razonable vio “Tortas y Pancakes” escrita de forma colorida en un letrero de un pequeño local, supuso que Lucas había reservado el lugar, nadie entraba y nadie salía solo había un hombre con lista en mano que miraba a su alrededor

—Es un guardia de seguridad de la organización, no dejará entrar a nadie que no esté en la lista Dijo John mientras abría la puerta de Annie.

Los mellizos se acercaron al hombre y le dieron sus nombres, sin siquiera mirar su lista les permitió la entrada al pequeño local. Todo ahí era bastante colorido y divertido. Unas esculturas de dulces, cupcakes y tortas de diferentes colores le daban alegría al lugar, las paredes estaban pintadas a rojo y blanco a juego de la caja en la que una adolecente dormía, detrás del ¿Lugar de descanso? De la chica había unas puertas verdes menta con un pequeño letrero de “Prohibida la entrada a personal no autorizado” sin quitar las coloridas letras rosas. En el centro del local se encontraban 20 sillas aproximadamente que parecían caramelos y en el centro de esta una mesa grande con el logotipo del lugar en centro y una silla un tanto más cómoda detrás de esta. Annie supuso que el lugar había sido arreglado la ocasión y que  el local debía pertenecerle a uno de los integrantes de la organización. El lugar en general fue del agrado de Annie y eso sin contar los dulces y Cupcakes que se encontraban llamándola sin cesar. Unas risas adultas se escucharon desde la entrada, los chicos viraron y se encontraron con Lucas y unos cuantos hombres y mujeres tras él, al verles todo sonrieron.

—Annie, John que bueno es verles en persona—dijo Lucas a modo de saludo, se acercó a Annie y le extendió su mano, ella lo tomó — Me presentaré oficialmente, soy Lucas pero por los Dioses dime Luke—Ella sonrió

—Supongo que ya conoces mi nombre completo Anabel pero lo detesto así que dime Annie —dijo y luego miró a los demás —Al igual que ustedes

—Bueno comencemos —dijo John y tomó asiento al igual que los demás, Luke tomó una silla igual a las demás y las colocó al lado de su sillón y le indicó a Annie que se sentara allí, ya todos sentados Luke comenzó a hablar

—Como todos saben, Ella es Annie la hija de Edward y Michelle y la que manejará la organización desde hoy—Luke miró a Annie y sacó unos papeles que traía en su maletín—Al ser ya mayor de edad y obtener la herencia de tus padres tendrás que firmar unos contratos que dejarán legalmente el “Can mayor” en tus manos —continuó sin quitar su mirada de la chica como los demás presentes— Pero antes de hacerlo tendrás que ser consciente de que el ser la presidenta de la organización te pondrás en gran peligro, pero no por cualquier civil ni cualquier persona, correrás peligro por…William —Ella tragó en seco pero no apartó la mirada de los papeles— Por esta razón también tendrás que elegir a quién en el caso de que…Algo te suceda dejarás a cargo

—Luke, no me pasará nada malo y William no me preocupa en mayor parte… ¿Morir? ¿Qué es la muerte en realidad? ¿Qué es la muerte si no hago lo que es mejor tanto para mí, mi familia y posiblemente el mundo? Estaría dispuesta a morir por esto, por mi familia y por las personas que amo porque la muerte no me aterra, no me da miedo dejar este mundo, no le tengo miedo porque algún día moriré al igual que todos y posiblemente cuando lo haga, podré morir tranquila de haber hecho algo para el bien que hacerlo arrepintiéndome por no haberme arriesgado. Porque a fin de cuentas no se puede ganar sin arriesgar y si no se arriesga se ha perdido ¿verdad?

Annie tomó la pluma que Luke le extendía y acercó los papeles un poco más, firmó cada uno de ellos con absoluta seguridad

—Entenderás que en el caso de que mueras alguien quedará a cargo y ese alguien lo escogerás tú

—Pero al escoger ese alguien que pienso necesitaré estar segura de que está vivo o muerto —todos la miraron sin comprender—Ese alguien es Jace—los rostros cambiaron a preocupación

—Me temo que nadie sabe qué le pasó— ella solo suspiró con nostalgia pero volvió a sonreír

—Entonces John, él quedará a cargo

—Tendrías que pensarlo mejor, es una decisión apresurada…

—Mis padres nos criaron a todos de la misma manera y aunque seamos totalmente diferentes aprendimos las mismas cosas de alguna manera u otra quién quiero que quede a cargo será alguno de mis hermanos. No se discutirá más del tema— todos callaron de repente— Los veré luego. Buenas tardes.

Secretos en familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora