Ryoko.
Una de las familias secundarias o menores, a esa rama del clan Hyuga pertenecía. A mis veinte años, ya había experimentado lo terrible que era sacrificar a alguien de tu familia por el bien de los principales. Nosotros solamente éramos como piezas que ellos podían usar a su antojo, aunque no era muy diferente a lo que somos, para la aldea, simples shinobi.
Pero, había un problema, yo estaba enamorada de uno de los hijos principales del clan.
—¿Ya te vas? Mi madre salió con sus amigas a las aguas termales, no llegará hasta la noche.—cubrí mi cuerpo con la sábana.
—Tengo una misión muy importante mañana, necesito descansar.—El se vestía tranquilamente.
Siempre ha sido así, desde que tenemos esta relación solo era acostarnos de vez en cuando y poder vernos a escondidas. Dos días antes de que el anunciara lo nuestro, concurrió ese incidente, desde entonces, no soy muy bien vista por nuestro clan.
—Yoichi, ¿Cuándo volverás?—me senté a orilla de la cama.
—Sinceramente, no lo sé, tengo que ir a Sunagakure no Sato por un encargo de mi padre.
—Entiendo, ten mucho cuidado.—enrollé la sábana en mi cuerpo y me acerqué a él.
—Lo tendré.—Intenté abrazarlo y darle un beso de despedida, pero me alejó.
—Podrías ser un poco más considerado conmigo, ¿no lo crees? Soy tu novia.
—Me voy.—anunció para salir de mi cuarto, segundo después escuché la puerta delantera de mi casa abrirse y cerrarse.
Pase una mano por mi cabello y soltando un suspiro largo.
—Siempre es lo mismo.
Retiré la sábana que me cubría dejándola sobre la cama. Tomé camino a la ducha, necesitaba limpiarme y relajarme, aproveché para hacer mi aseo bucal y sanitarias. Cuando terminé cepillé mi cabello y me cambié, hoy tenía mi día libre, así que usaría algo sencillo.
Salí de mi casa yendo directo al mercado, necesitaba comprar varias cosas para preparar la cena de hoy, si no mi madre me mataría.
Llevaba unas bolsas en mis manos, eran algo pesadas, pero no tanto como el cargar a un compañero en medio de una batalla.
—¡Ryoko-sensei!—escuché una voz llamándome.
Hace mucho que no escuchaba a alguien llamarme así, desde que dejé de enseñar a genin para poder enfocarme en las misiones.
—¡Kagami-kun!—saludé de vuelta. El venía junto a sus compañeros Danzo, Hiruzen y Tobirama-sama.
—Kagami, no rompas la formación.—lo reprendió el senju.
—Tobirama-sensei, no estamos en una misión ahora.—se aproximó a mi.—¿Cómo has estado? Hace mucho que no te veo.
—Muy bien, pequeño, ¿qué hay de ti?
—Me va excelente.—miró las bolsas en mis manos.—Déjeme ayudarle.—pensé que el las tomaría, pero no fue así.—Vengan.— les llamó a sus amigos y al ver su sensei de quedaba en su mismo lugar de brazos cruzados fue por el jalándolo de la mano.
—Kagami, se más respetuoso con Tobirama-sama.—regañé.—Discúlpelo, por favor.
—No se preocupe, sensei.—sonrió tomando las bolsa y dándole una a cada uno.—Tobirama-sama es muy buena gente a pesar de su cara de enojado.
—Kagami, tu...—El hermano del Hokage iba a darle un pequeño golpe en la cabeza al Uchiha, pero este lo detuvo dándole una de mis bolsas.
—Ayude con las cosas de una señorita, sensei.—le entregó también la que el traía en manos. Dejando a Danzo y Hiruzen con una bolsa, a Tobirama-sama con dos, Kagami solo se dedicó a tomar mi mano. Abrí mis ojos sorprendida ante el descaro de Kagami.
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Mi persona favorita. ~ Tobirama Senju ~
RomanceY es que sin querer, se convirtió en mi persona favorita. --------------------- Dale una oportunidad a la historia. Los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto, a excepción de la protagonista y los personajes que no aparecen en e...