Capítulo 8. "Primera cita."

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TOBIRAMA





Como era de costumbre siempre me levantaba a la misma hora, pero justo ahora mismo sentía una pesadez en mi cuerpo, por más que quería moverme no podía. Mi brazo parecía tener algo que lo aprisionaba contra el colchón.

Abrí mis ojos lentamente y miré lo que me impedía levantarme, era Ryoko. Ella tenía su cabeza sobre mi brazo, su brazo derecho abrazando mi torso y su pierna de mismo lado estaba entrelazada con las mías.

Sonreí por inercia, ella ayer por la noche me dijo que no podía dormir muy bien con alguien, ya que pateaba mucho, pero creo que ahora es todo lo contrario.

—Ryoko, despierta.—trate de mover suavemente su brazo.—Necesito ir a la oficina con Hashirama, si no, el se quedará dormido.—ella se removió un poco y apretó su agarre.

—Déjame dormir.—subió si cabeza a mi pecho restregándose en el.—Eres muy cómodo.

—Dime por favor que estas usando ropa ahora mismo.

—Solo las pantaletas y una blusa de tirantes.—alcé las sábanas para comprobar lo que ella decía.—Hizo mucha calor al principio, pero en la madrugada me dió frío.

—Y en vez de volverte a poner tu ropa decidiste abrazarme, ¿no?

—Sí.—jaló las sábanas para taparnos de nuevo.—Volvamos a dormir.

Suspire y cerré los ojos un momento, solo serían unos cinco minutos más, los cuales se volvieron dos horas. Hiruzen entró por la ventana y afortunadamente sentí su chakra cuando el había entrado a los terrenos de la casa.

Rápidamente envolví a Ryoko con las telas dejando su cabeza libre para que pudiera respirar, lo que me preocupaba era la cara que tenía mi pupilo al vernos en esta situación.

—¿No te he dicho que entres por la puerta como la gente normal? Y toques.

—Se-sensei.—su vista divagaba entre la mujer en mi cama que estaba despertándose de mala gana y yo.—Ryoko-sensei.

—Buenos días, Saru.—Saludo ella con una sonrisa para después regalarme una de enojo.—Me despertaste—recibí un golpe en el hombro.

—Pasaron la noche juntos.—comenzó a caminar rumbo a la ventana.—Ahora entiendo el porqué no llegó al entrenamiento, sensei. ¡Siempre nos regaña con la puntualidad y es el primero en romper las reglas! ¡Nos debe una comida por no llegar!

—No es lo que tu crees.—intenté tranquilizarlo pero salió de nuevo.—¿Ves lo que causas?

—¿yo? Te hubieras levantado.—Ella volvió a acostarse.—¿Qué hora es?

—Las nueve de la mañana.—miré los rayos del sol que entraban por la ventana.

—Me tengo que ir.—se quejó levantándose y dejándome verla con solo dos prendas puestas.—Me ducharé.

Asentí y esperé a que tomara su tiempo en la baño, durante ese momento le pedí al personal de la casa que preparara el desayuno, lo cual a muchas les causó gran sorpresa el verme ahí.

Ella salió del baño en una envuelta en una toalla excusándose de haber olvidado sus cosas en la silla frente a la cama.

—Espérame en el comedor cuando termines de cambiarte.

—De acuerdo, no tardes.

Fue lo último que escuché de su parte para después ducharme, y realizar mi aseo personal. Una vez que terminé salí y la vi sentada en la cama.

—¿Qué sucede?—ella levantó su cepillo dental dándome a entender que le faltaba su aseo bucal.

En lo que ella cepillaba sus dientes yo aproveché para colocarme mis calzoncillos y mi pantalón. Cuando ella salió, guardó sus cosas y me esperó a que terminara de cambiarme para poder salir juntos.

Mi persona favorita. ~ Tobirama Senju ~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora