Y es que sin querer, se convirtió en mi persona favorita.
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Dale una oportunidad a la historia.
Los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto, a excepción de la protagonista y los personajes que no aparecen en e...
Tanto esfuerzo y dedicación a mi carrera por fin dió resultados 💉🧬💊👩🏻⚕️♥️
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RYOKO
Desde la mañana no hemos parado de luchar, varios de mi equipo y yo resultamos bastante heridos. Sabíamos de antemano que íbamos a ser atacados, pude conocer la ubicación de nuestros enemigos gracias al byakugan, pero no contábamos con que el enemigo trajera refuerzos de otras unidades.
—¡Atención!—llamé la atención de mis compañeros.—Esto significa que los demás no tendrán muchos problemas en acabar con el enemigo restante.
—Ryoko, ¿Crees que ellos vengan?—uno de ellos me preguntó por los hermanos que parecen tener el chakra del Kyūbi.
—No lo sé.—lancé varios shuriken a los enemigos.—Por ahora preocúpate por proteger a los nuestros.
—De acuerdo.—se puso a mis espaldas para protegerme.
—Yo me ocuparé de los que están aquí, váyanse.
—Pero, Ryoko-sama.
¿Sama? ¿Por qué me llamó de esa forma?
—¡Váyanse y den el informe!—saqué varios papel bomba para lanzarlos al enemigo.—Cuando exploten, huyan.—Hice volar en pedazos a varios de ellos, dándole oportunidad a los demás de retirarse.
Gracias al byakugan me di cuenta que inmediatamente en el momento que los demás de fueron, me quedé completamente rodeada.
—Ríndete, Hyuga.—uno de ellos, al parecer el líder, me apuntó al mismo momento que sus hombres sacaron el arma.
—Señor, los ojos de esa niña serán un gran premio.
—Vengan y traten de atacarme, idiotas.
Fijé mi vista en los puntos de chakra exactos de la mayoría de ellos. En varios grupos fueron atracándome causándome daños superficiales. Al momento que golpeaba en el lugar exacto de los enemigos aprovechaba para matarlos de diferentes formas.
Pero cada poder empleado tiene un punto débil, y al parecer ellos encontraron el mío en el momento que me desasía de unos.
—¿Estás lista para morir?—Apreté fuertemente mi abdomen en donde había recibido el daño.—Te desangrarás rápidamente, no tienes a dónde irte.
—¿Y quién dijo que me iré?—me coloqué entre ellos, pisando una pequeña bolita.
Antes de ser atacados, mi equipo y yo habíamos colocado pequeñas minas debajo del suelo para acabar con las personas que quisieran acercarse, pero requería de el sacrificio de una o más personas para activarlas. Por eso les pedí que huyeran.
