Capítulo 21. "Nueva vida"

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RYOKO





He perdido la noción del tiempo, no sé cuantos días llevo caminando y ocultándome de los posibles enemigos. He estado comiendo adecuadamente, ya solo me queda poco así que sin importar qué deberé apresurarme.

Afortunadamente no he tenido ningún problema que se tenga que resolver peleando, he estado tratando de cuidarme junto al bebé que llevo dentro de mí.

Seguí el sendero en el que me habían indicado unos pobladores hasta llegar a un mar dónde podría abordar un pequeño barco. Ya estaba anocheciendo por lo que debía estar ahí en unos minutos.

—Ya le dije que es todo lo que tengo.—La voz de una jovencita llorando se escuchaba cerca.

—Dame todo lo que traigas encina o si no te mato.—al acercarme un poco me di cuenta que ella estaba siendo amenazada con un kunai.

"Debo ayudarla."

Me acerqué cautelosamente por detrás del hombre, activé mi byakugan. Alce mi mano para indicarle a la castaña que se agachara en cuanto diera la señal.

—¡Ahora!—ella se agachó, yo me encargué de patear la cara de sujeto.—¡Vámonos!—tomé su mano para correr al barco el cuál está a punto de zarpar.

—Mis cosas.—se regresó a buscarlas.—Ahora sí.—tomó mi mano de nuevo.

—No corramos tan rápido, estoy embarazada.—pedí.

—Oh, lo siento.—sonrió.—Gracias por salvarme.

—Estabas en peligro.—La observé bien.—¿Qué haces en un viaje así? Parece que tienes entre quince y diecisiete años.

—Tengo diecisiete, Mi nombre es Biwako.—ambas pagamos lo del viaje y abordamos.—¿Cuantos años tienes?

—Cumpliré veintiuno muy pronto, mi nombre es Ryoko.

Buscamos un asiento en el cual ir juntas, ambas íbamos al mismo lado sin alguien que nos esperara o recibiera. Estábamos solas.

—¿Entonces qué planeas hacer allá? —me preguntó.

—No sé, busco una vida mejor para mi hijo y para mí, ¿Qué hay de ti?

—Digamos que no tengo a nadie más.

Nadie dijo nada en lo que quedaba del camino, esperamos alrededor de dos horas de viaje hasta que bajamos en la tierra de las olas.

—Busquemos un lugar dónde dormir.—me jaló.

—¿Confías en mi?

—¿Por qué no? Me salvaste y estás embarazada, no creo que seas una mala persona.—se encogió de hombros.

—Gracias.

—A ti, Ryoko.

Nos costó mucho conseguir un lugar donde dormir, los costos eran excesivos. La primera noche tuvimos que dormir en un callejón con mucha ropa encima para pasar el frío.

Al siguiente día conseguimos un pequeño trabajo en un orfanato, necesitaban dos cocineras. Era perfecto para nosotras, Biwako mencionó que ama a los niños y yo podría entrenarme para cuando me convirtiera en madre.

—Nos irá muy bien, ya lo verás.

—Espero, Biwako-chan.





~~~ Seis meses después ~~~




Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, el tiempo no pasó en vano ya tenía ocho meses y dos semanas de embarazo. Parecía que tenía una pelota enorme en mi estómago, me encantaba.

Mi persona favorita. ~ Tobirama Senju ~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora