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Borja estaba sentado en uno de los taburetes de la cocina de su casa, su cabeza se hundía en sus brazos y a lado, el celular prendido mostrando un mensaje de su amigo Alex, quien le pedía de buena manera fuera a casa de Rubén para otra reunión hoy...

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Borja estaba sentado en uno de los taburetes de la cocina de su casa, su cabeza se hundía en sus brazos y a lado, el celular prendido mostrando un mensaje de su amigo Alex, quien le pedía de buena manera fuera a casa de Rubén para otra reunión hoy mismo.

Borja no quería ir por una simple y sencilla razón.

Raúl Álvarez.

Ese hombre lo tenía harto con su acoso y brusquedad, no estaba dispuesto a aguantarlo mucho más, ni si quiera por sus amigos. Su limite estaba a tope.

Cuando rompió su camisa, creía que solo había desabrochado los botones pero al
salir y ver que ya no estaban ninguno de ellos, tuvo que sujetarla como si se tratase de una chamarra e ir corriendo a una tienda de ropa para comprar otra camisa de inmediato. La vergüenza que sintió por todas las miradas que la gente le daba al ver su camisa rota será un recuerdo que no será capaz de olvidar.

Por eso, ahora mismo, quería hundirse en la tierra y que lo escupiera a un lugar donde le sería imposible de encontrar a sus amigos, con tal de no tener que ver a Raúl.

Mientras pensaba en ello, el timbre de su casa se escuchó, fue a la puerta pero no pudo abrir, temía que fuera Alex quien vino a llevarlo a la reunión porque sabe que por su cuenta, sería muy difícil que fuera.

-Ábreme mocoso.

Al oír esas para nada dulces palabras, supo que no tenía a nada que temer, solo de trataba de su querido hermanastro mayor, Samuel.

Le abrió la puerta, dejando ver a su alto y atractivo hermanastro. Usaba unos jeans rotos, tenis blancos y una camisa a rayas con cuello y botones color azul claro, y sus ojos eran cubiertos por unas Ray-Ban negras.

Simplemente fantástico.

-¿Qué haces aquí? ¿Y porque estás tan arreglado?- Cuestionó a su hermanastro.

-Hermanito, siempre luzco así -Respondió con aburrimiento, como si fuera obvio- ¿Y tu? Estas en casa y traes una camisa de diseñador- Acusó mirando la nada barata camisa de Borja.

-Lo aprendí de ti-Sonrío.

-Te enseñe bien.

Dicho esto, ambos entraron a la casa y fueron a la sala, sentándose cada uno en un sillón.

-Hermano, luces preocupado-Comentó Samuel.

-Por qué lo dices?-Preguntó, tratando de ocultar la preocupación que comenzó desde que llegó el mensaje de Alex, y cambiándola por una sonrisa que parecía una escalofriante mueca.

-No dejas de morder tu labio, y eso solo lo haces cuando te preocupa algo-Dijo y con su dedo índice señaló los labios rojizos de Borja.

-Lo siento-Dejó su labio libre-Uno de los amigos de Alex es Rubén y Rubén tiene un amigo que no ha dejado de acostarme, lo toleraba porque solo me miraba o hacía preguntas, nada incómodo-Recalcó para no preocupar a su hermano- pero, esta última vez que lo vi, quise escapar de sus preguntas en el cine, así que iba a ir al baño pero al irme- Suspiró-Trató de detenerme agarrando mi camisa y la rompió. -Explicó- La camisa quedó hecha trizas, tuve que ir a comprar otra con la vergüenza de que todos me veían al pasar y no lo he visto desde entonces.-Volvió a suspirar- Alex quiere que nos reunamos los amigos, eso significa que estará él, y no quiero verlo.

Samuel de mantuvo callado hasta el final del relato de su hermano. Y aún finalizado, se quedó pensando mientras acariciaba su barba con su mano.

-Te ayudaré a quitártelo de encima-Dijo.

-Qué?-Borja lo miró atónito.

- Es del que me contaste la última
vez, ¿No? Al que dejaron por una
modelo- Borja asintió- Está dolido
y busca a alguien que ocupe ese
lugar- Explicó y continuo-Obviamente
no ocupare ese lugar, pero- Sonrió
traviesamente -puedo darle un buen rato para que se anime y te deje en paz.

Los ojos de Borja brillaron.

-¿Harías eso por mi, Samu?

-Claro-Aseguró - Recuerdas cuando recién comenzamos a vivir juntos, íbamos a la escuela de la mano porque eras muy distraído y te quedabas viendo la flores - Una sonrisa sincera apareció
en ambas bocas- los niños de tu grado comenzaron a molestarte porque agarrabas mi mano, ¿Y qué hice yo?

-Los golpeaste y amenazaste para que
no volvieran a molestarme- Respondió sin quitar su sonrisa.

-Exacto, ¿y qué pasó después?

-Nadie volvió a molestarme.

-Y lo volveré a hacer Borja, si con eso
puedes estar tranquilo.

-Gracias Samu- Abrazó a su hermano- Eres el mejor hermanastro que pude tener.

-Estúpido- Le dio un sape bien fuerte- Soy tú hermano, mocoso.

Raúl Quedé EmbarazadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora