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Basto una sola noche para que ambos dejaran de lado sus diferencias y rencores.
Basto de unos cuantos síntomas paraligarlos de por vida.
Y basto con tres palabras para cambiar el restos de sus vidas:
- Raúl, Quedé Embarazado.
Bo...
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Tras la salida al bar, Borja se desapareció para sus amigos.
-No quiero hablar, no me busquen- Fue lo único que dijo a Alex y Sam, quienes lo llamaron cientos de veces, muy preocupados por Borja, pero el menor no les dio tiempo de preguntar, solo de escuchar.
Les basto la respuesta, por algunas semanas.
Esta era la quinta semana que Borja se la pasaba desaparecido, y Samuel no estaría tan preocupado por él, de no ser porque le informaron en el estudio fotográfico que no se había presentado a trabajar desde hace ya una semana.
Era normal que Borja se desapareciera, lo hizo muchas veces, el chico disfrutaba mucho de su soledad, pero hablar de su trabajo era totalmente diferente. Su pequeño hermano menor podía ser inmaduro, infantil, latoso y aveces insoportable, pero su faceta en el trabajo era totalmente diferente. En su empleo, Borja cumplía siempre en tiempo y forma, legaba puntual a los eventos contratados y tomaba cuantas fotos quisieran los clientes con tal de hacerlos felices, nunca faltaba, es más, hubo veces que llego tarde a las celebraciones familiares en los días festivos por atender sesiones de último minuto.
Es por ello que Sam estaba tan preocupado.
Mordía la punta de su pulgar mientras se dirigía rápidamente al apartamento de Borja. Necesitaba verlo y escucharlo para poder estar tranquilo, después de enterarse de su desaparición en el trabajo no pudo dejar de pensar en él y un mal presentimiento se plantó en su pecho.
Tocó el timbre varias veces sin descanso y tras unos segundos, tocó la puerta con sus nudillos.
Los segundos se tornaron agobiantes en la espera.
-Luzu, por favor ábreme- Pidió su hermano mayor-¡BORJA!
-Voy- Su voz era muy tenue, apenas audible.
Exhalo el aire de sus pulmones, la preocupación se marcho de su cuerpo.
La puerta se abrió.
La preocupación volvió como una ráfaga y mucho mas fuerte que la anterior.
Borja estaba en pijama y cubierto con una cobija color café, su piel era pálida casi traslúcida, de sus ojos colgaban unas ojeras enormes, inflamadas y negras, su cuerpo se notaba mucho mas delgado y sus labios ya no mostraban esa sonrisa burlona, ahora solo eran una linea temblorosa.
-Borja... - Lo nombró viéndolo de! pies a cabeza una y otra vez-¿Qué... Qué te paso? ¿Qué tienes?-Su voz tembló, nunca habia visto a su hermano en un estado tan deplorable, ni siquiera parecia Borja.
Borja abrió mas la puerta y Sam entró.
- No lo se- Respondió cerrando la puerta- Tengo dolor de cabeza cada dia, todo lo que trato de comer termino vomitándolo y me mareo con facilidad - Su cabeza señalo algo detrás de Sam- Tuve que cerrar las cortinas porque la altura me causaba mareos.
-Dios Luzu, luces mal- Frunció su boca- ¿Por qué no me llamaste? Pude venir a cuidarte.
- No quería molestar -Se encogió de hombros - Creí que con unos cuantos días de reposo mejoraría.
-¿Cuantos días llevas así?
Lo meditó unos segundos, tal vez un minuto completo.
- Semana y media -Respondió bajando la mirada.
Sam suspiró y pasó una mano por su cara.
-Quiero que te vistas y en este mismo momento nos vamos al hospital, no se te ocurra decir que no, porque no te estoy preguntando.
