Raúl Quedé Embarazado

34.

Era claro que después de enterarse de sus propios sentimientos, Borja buscara ayuda para saber cómo lidiar con la bola de sensaciones flotando en su interior. Entendió que debía ser alguien que estuviera enamorado, que supo confesar sus sentimientos a la persona amaba y por último y más importante, que su actitud sea similar a la suya.

Sólo conocía a una sola persona con todas las características solicitadas.

-¿Por qué quisiste acompañarme al trabajo hoy?- Preguntó Raúl estacionando el auto- La última vez lloraste antes de bajar y te encerraste en mi estudio todo el dia.

Borja lo miró inocentemente encogiendo los hombros.

-No me apetecía estar en casa hoy - Respondió y miró a la ventana.

El mayor decidió no preguntar más, pues desde que Borja esta en cinta, cualquier mal comentario o contradicción se volvía en verdad una batalla civil.

-Bien- Aceptó- Vamos.

Al igual que la última vez, entraron rápidamente tratando de no ser interceptados por la gente. Borja luchó por mantener el paso de Raúl entre el bulto de empleados rodeándolo, pero fue casi imposible mantenerse a su lado. La última vez no le había molestado, sin embargo, con un embarazo de casi nueve meses todo era muy distinto y lo fue aún más cuando uno de los tantos empleados lo empujó de la barriga causando que Borja perdiera el equilibrio por el peso y se fuera de espaldas contra el suelo. Raúl no permitió que el menor llegara a caer, en un movimiento brusco empujó a los empleados y logró agarrar los brazos de Borja jalando hacia si mismo para levantarlo.

-¿Estás bien? -Preguntó Raúl revisando a Borja.

-Si, creo, alguien empujo mi barriga y el peso me ganó- Explicó con sus ojos acuosos del miedo- pero no me duele el estomago, eso... eso es bueno, ¿Verdad Auronsito?

Al nombrado se le partióel corazón en dos, la imagen del pequeño Borja cubriendo su estomago con sus manos temblorosas y su mirada en busca de la suya para obtener seguridad y tranquilidad mientras esperaba la respuesta de Raúl.

-Esta todo bien, no te caiste, fue un empujón -Afirmó, para no preocupar al menor.

Borja se tranquilizo, en cambio, Raúl se tenso de furia.

-Escuchen bien- Dijo en voz altay volteo a mirar a los empleados- A quien se le ocurrió y se le ocurra volver a tocar a este hombre a mi lado, le juro que se arrepentirá toda su vida. ¿Caso no tienen ojos? Esta embarazado, bola de ineficientes. -La furia recorría todo su cuerpo, era inevitable insultar a sus subordinados.

Enseguida todos los empleados pidieron disculpas junto a una reverencia y silenciosamente se retiraron uno a uno. Sin emitir palabra, ambos se dirigieron al elevador y aún dentro del elevador continuaban demasiado conmocionados para hablar.

En el interior del estudio de Raúl, Borja se sentó en el sillón y Raúl se hincó quedando frente al embarazado.

-¡Seguro de qué estas bien? ¿Quieres ir al doctor? ¿Te duele algo?- Que Borja lo perdonara por su actitud, pero estaba demasiado preocupado, necesitaba estar completamente seguro de que el menor y su bebé estuvieran bien.