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Basto una sola noche para que ambos dejaran de lado sus diferencias y rencores.
Basto de unos cuantos síntomas paraligarlos de por vida.
Y basto con tres palabras para cambiar el restos de sus vidas:
- Raúl, Quedé Embarazado.
Bo...
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-Borja Luzuriaga, puede pasar con el doctor García -Avisó la secretaría.
Ambos jóvenes se levantaron y entraron al consultorio, un lugar pintado de blanco y decorado con un estante lleno de libros, una camilla, un escritorio con dos sillas enfrente, una báscula y un contenedor de rueditas con varios cajones.
El olor a desinfectante era dominante, Borja tuvo que controlar sus ganas de vomitar.
-Siéntense- Pidió amablemente el! doctor.
El doctor García era un hombre de cincuenta años, con pelo canoso y bien peinado, ojos color café y una sonrisa amigable que tranquilizaba a sus pacientes.
- Buenas tardes, soy el doctor García - Se presentó- Díganme como puedo ayudarles.
Sam dio un codazo a su hermano para que comenzara a hablar.
- Bien- Suspiró - Lo que paso es que hace una semana y media...
Borja explicó lo mismo que a Sam, pero a diferencia de su hermano que se vio más preocupado, el doctor mantenía sus ojos serios y una diminuta sonrisa en sus labios que parecía esconder algo.
- Ya veo- Dijo cuando Borja acabó su relato- Iré por unas herramientas, ahora vuelvo.
El doctor salió y volvió en unos cuantos minutos, sus manos cargaban un diminuto contenedor cilíndrico y en la otra una aguja.
- Necesito una muestra de sangre -Explicó. -Te pediré que te sientes en la camilla y deja al descubierto su brazo derecho.
Borja lo hizo, estaba demasiado débil como para protestar.
El doctor rápidamente sacó las muestras y volvió a irse, mientras tanto Sam le ayudo a Borja a incorporarse.
- En lo que me son entregados los resultados, necesito hacer un chequeo de rutina para tu expediente.- Informó el doctor al entrar de nuevo al consultorio.
- Bien.
El doctor chequeo el peso, la altura, los reflejos, la boca, oídos y escuchó el latido de su corazón con el estetoscopio.
- Todo luce bien, en cuanto a sus síntomas, le recetare vitaminas masticables y sugeriré que solo ingiera comida blanda, para que su estómago no la resienta.
El teléfono de mesa del doctor sonó y de inmediato alzo el auricular para responder a la llamada.
-¿Ah, si? Muy bien, gracias por apurar los resultados, eres un amor.- Colgó y miró a Borja-Tengo una buena noticia y una mala, joven Borja. ¿Cuál quiere escuchar primero?
-La buena, supongo- Respondió sin muchos ánimos.
Sam apretó su mano, cualquier cosa que le dijera no importaba, Sam lo apoyaría en todo y con ese toque se lo quería expresar a su hermano.
