NUESTRO SECRETO #1

18. Reencuentro

DEBBY

-Eres una muy mala amiga, no nos avisaste de que venías. Pero me alegra que estes aquí, así te podre dar la noticia yo misma- Me comenta Carol, confundida asiento incitándola a seguir contándome- Me voy a casar con Martín- Chilla mientras me enseña el anillo, las dos saltamos emocionadas y gritando como locas.

Media hora después estamos todos hablando y haciéndome preguntas sobre que ha sido de mi cuando decidí marcharme, les cuento la reacción de Mark. Allí es cuando John comenzó a contarme que ha sido de el.

-Cuando te marchaste todo fue un caos, dos días después Mark fue a tu casa, porque iba a decirle a tu hermano que estabais saliendo, porque el quería estar contigo. Allí tu hermano le contó que tu te fuiste a terminar tus estudios al extranjero. El perdió la cabeza, esas semanas fueron las peores, solo iba a bares de muerte y se emborrachaba y venía a mi casa preguntándome que si era una broma todo o cuando volverías, me sentía mal por el por lo cual yo siempre iba a por el a los bares para que no estuviera solo. Acabamos siendo amigos, finalmente después de un mes, aunque no te supero volvió a su vida, volvió a los estudios, empezó a salir de fiesta, enrollarse con tías y bueno volvió el Mark de antes pero mucho mas fuerte- Explica y yo estoy asombrada, no sabía que mi partida iba a afectarle tanto.

Me es inevitable pensar que si no me hubiese marchado ahora mismo estaríamos juntos. La culpa es de los dos.

Después de unas dos horas conversando decido irme a mi casa ya, mañana iré a una entrevista de trabajo a uno de los mejores centros hospitales de aquí. Es a las nueve de la mañana por lo cual debo dormir bien y guardar todo lo que necesito para mañana, mentiria si dijese que no estoy nerviosa.

Mente positiva ante todo. Mierda, esto es mas mentira, ¿Y si no lo consigo?

Ah, se me olvido. Mañana iré a ver un ático para mudarme, por las fotos que vi en la web pude apreciar lo hermoso que era, llevo ahorrando desde la universidad para comprarme el hogar de mis sueños. Lo que me cautivo de ese ático fue los grandes ventanales con los cuales puedes apreciar la belleza de toda la ciudad.

Antes de regresar a casa decido dar una vuelta para despejarme, miro las calles transitadas por los coches. La ciudad de New York es de todo menos tranquila, recuerdo que hace bastantes años me propuse buscar un lugar de esta ajetreada ciudad en la cual pudiese estar sola. Después de unos quince días deambulando encontre un mirador. Decido ir allí. Tomo un taxí y le indico la calle mas cercana al mirador, ya que este se encuentra a bastante distancia desde donde estoy.

Llevo una hora mirando los enormes edificios y carreteras, decido irme ya.

Me tumbo en la cama finalmente después de recoger las maletas, ducharme, cepillarme los dientes y organizar la ropa que usare mañana. Cierro los ojos y me dejo llevar por la oscuridad.

Bip bip bip

Son las ocho de la mañana cuando me levanto para asearme, vestirme y arreglar mi ropa. Estoy lista a las ocho y media. Subo al coche de mi hermano después de chantajearlo de que si no me lo dejaba subiría a las redes un video de el con uno de mis bikinis bailando la canción de Bob esponja.

Estaciono el auto en los parkings del hospital y bajo, reviso la hora en mi reloj, las ocho y cincuenta y cinco. Subo al ascensor y cuando estoy en la planta en la cual seré entrevistada son las nueve.

Justo a tiempo.

Una señora de unos cincuenta años me invita a pasar a la oficina, me indica que me siente a esperar al señor Gutiérrez. Me siento y me seco el sudor de las manos en el pantalón.

-Buenos días.- Escucho una voz un tanto gruesa, al levantar los ojos observo a un joven de unos treinta años bastante apuesto.

-Buenos días señor Gutiérrez- Contesto tratando de sonar profesional.

-Bueno señorita Adams, he leído su expediente y es bastante buenas, su promedio es bastante alto.- Me dice mirándome fijamente.- ¿Por qué usted cree que de las cincuenta personas que se han presentado usted merece el puesto?-Prosigue preguntándome.

-Pues... vera señor, tal vez no le pueda asegurar tener el mejor promedio de todas las personas que han pasado por su oficina, tampoco nunca he trabajado en un hospital, pero la medicina es mi pasión, es lo que me gusta, y es en lo que siempre he querido trabajar. Si llega a contratarme créame que no se arrepentirá- Me sorprendo a mi misma por lo segura de mi misma que he sonado.

-Eso no lo dudo.- Me sonríe- Bueno, esta tarde a las seis le hablaremos a la persona que ha sido contratada, este pendiente al telefono por si es usted.- Asiento y me acompaña a la puerta y me marcho hacia mi coche.

Quedan quince minutos para encontrarme con la asistente que me mostrara el piso por lo cual me dirijo a un Starbucks a una calle y pido un frappuccino y voy pitando a donde nos vamos a encontrar.

-Señorita Adams acompáñeme- Caminamos unos cinco minutos y lo que veo me deja impresionada es un edificio impresionante, enorme. Lleno de cristaleras y bastante lujoso, me lo muestra por adentro y decido que me quedo con el.

Me pasa las llaves y en la mesa del comedor relleno mis datos para que me lo cobren y cuando sale por la puerta comienzo a chillar como loca. Cuando salgo y cierro para ir a por todas mis cosas para mudarme, siento chocar contra un duro pecho. Al levantar la vista no veo nada mas ni menos al señor Gutiérrez.

Bravo, que buena suerte tengo.

-Perdone señor Gutiérrez no lo había visto.- Me disculpo educadamente.

-Yo igual iba distraído, llámame Andrés. No estamos en el hospital-Me sonríe y yo imito su gesto.- Así que serás mi nueva vecina.- Alza las cejas divertido.

-Supongo que sí.- Le digo igual de divertida por la situación.

-Se que queda una hora para llamar a la persona que ha conseguido el puesto pero ya que la tengo aquí, le felicito. El puesto es tuyo.-

-Gracias, no se arrepentirá- Le sonrío.

-Eso espero- Ríe divertido.

COMENZARE UNA NUEVA NOVELA.

TRATARA DE LA VIDA DEL HERMANO DE DEBBY Y SU ROMANCE.

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