28. Millones de ojos

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“Solo, cuando estoy solo, me quito la sonrisa
Pero tus palabras sin corazón me han dejado cicatrices.”

—Million Eyes, Loïc Nottet.

Hacía tanto tiempo que el cielo no le parecía una verdadera obra de arte. Pues eran muy pocas las veces en las que verdaderamente le nacía un buen motivo para admirarlas y dejarse llevar por lo alucinante de su belleza. Y aquella noche que Alex volvió a ella, siendo así su buen motivo, salió a su balcón para deslumbrarse con el cielo oscuro y la brillante luna.

Y es que de no haber sido por una persona sospechosa que se encontraron varias veces por el parque, se hubieran quedado más tiempo a la intemperie para gozar de la noche helada y estrellada. Pero Piper decidió no poner en riesgo la integridad de Alex, se haya tratado o no de un paparazzi o de quién sea.

Después de haber llegado a su departamento, poco más de la media noche, Piper salió a su balcón a meditar un poco mientras Alex se vestía con una de sus pijamas tras haber salido de la ducha. Piper le prometió que a partir de ese entonces, no la volvería a tratar con fines sexuales hasta que haya sentido haber remediado todo el daño que causó. Alex se sintió aliviada con esto, y agradecida, pues había demostrado una incomodidad al pensar en dormir otra vez a su lado.

No es que la aborreciera, pero aún no se merecía tanto de su confianza; prácticamente la había puesto a prueba para asegurarse de que no se tratase de un truco de su parte. La imaginación escandalosa que lamentablemente Alex tenía sobre ella. Aunque mirándola desde lo lejos que contemplaba el firmamento, le conmovió y fue hacia a Piper para cerciorarse de que se encontrase bien.

—Si todas las luces de la ciudad se apagasen, ¿crees que las estrellas nos iluminarían tanto? —soltó al verla llegar.

Alex se volvió a ella, curiosa, y después miró a su dirección.

—En Arizona, en los desiertos de hecho, se puede observar el mismo universo. —mencionó Alex—. Pero en el Gran Cañón de Arizona son cuatro mil kilómetros de vista hacia los cosmos.

Piper llevó su mirada a ella, sorprendida.

—¿Lo has visto tú? —preguntó.

—No. Aunque me gustaría visitarlo algún día. —se ruborizó—. Pero es solo lo que he leído y visto en libros. —repuso.

Piper guardó esa pequeña información en su interior. Pensó en que algún futuro le serviría de algo.

—Leer, y libros. —suspiró—. ¿Eres una nerd? —se burló.

—No. —Alex reprimió una amplia sonrisa jugando con sus labios—. Solo leo lo que me gusta.

—¿Y eso que abarca? —le sonrió traviesa.

Alex se encogió de hombros.

—Un poco de todo. Ciencia. Filosofía... Poemas. —resopló tiernamente al darse cuenta que sonaba con romanticismo.

—¿Poemas? —enarcó una ceja con seducción—. ¿Quién es tu poeta favorito?

Alex aspiró con profundidad, pensando. Rebuscó en su memoria y dió con algo que cabía en el momento.

—“Soy sarcástica, escéptica, y a veces dura porque me da miedo que me hieran. Y tengo en mi interior esa alma sumamente vulnerable de todo egoísta.” —entonó en prosa.

—¿Estás segura que lo que acabas de recitar, alguien lo escribió y no estás describiéndome a mí? —bromeó.

Alex negó con la cabeza, conteniendo una sonrisa de dientes.

Azul Insano|Vauseman|[AP#1]/(TERMINADO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora