CAPITULO 14

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La tarde paso lentamente. Estuve en mi habitación la mayor parte del tiempo. ¿Qué podía hacer? Lo que antes había pasado con Alan había sido intenso, y tengo que admitirlo, me había encantado. Pero, ¿Cómo estar con alguien que te a estado tratando siempre tan mal? ¿Cómo estar con Alan si en cualquier momento puede pensar que le voy a traicionar?

Me partía el corazón haberle rechazado. Siempre era yo la que quería estar con el, y ahora que el que quería era el, yo lo negaba. Pero me resultaba imposible estar con alguien, besar a alguien que no confiara plenamente en mi.

Estaba tumbada en la cama, mirando al techo. Cada vez todo iba peor. Mire mi pulsera de los recuerdos. Suspiré.

-Que feliz era mi vida en esos momentos.-Dije para nadie en particular, en voz alta.

Se que mi vida no había sido la más fácil del mundo, mis padres habían muerto cuando era pequeña, pero al menos tengo los suficientes recuerdos como para saber que les importaba y me querían, y para mi eso era un regalo muy grande, y algo muy importante. 

¿Qué podía hacer ahora? Estaba tan aburrida. Es mala idea Ela, no deberías hacerlo, es su privacidad. Pero tenía tantas ganas de verlo. Así que, visualicé a Alan.

Alan estaba en un salón muy grande y con una televisión enorme. Había varios sofás y unos cuantos sillones. Las paredes estaban pintadas de negro con combinaciones de gris. ¿Dónde estaba? No era el salón de nuestra casa, el nuestro estaba sin decorar. ¿O ya lo habría decorado Alan?

-¿Cuál es el problema?-Preguntó Alex.

Alan, Mario y el estaban sentados en los sofás y sillones distribuidos. 

-No lo se. 

Alan se pasaba las manos por la cabeza. Parecía triste, deprimido. Me partió el alma verlo tan mal. No era el Alan de siempre, el que tenia esa sonrisa ladeada de burla, el que siempre andaba fastidiándome. 

-¿Qué a salido mal?-Preguntó Mario.

¿De quien estaban hablando? ¿Hablaban de mi? 

-No lo se.-Volvió a responder Alan.

Mario y Alex se miraron entre si. Parecía que dudaban si preguntar algo más.

-¿Para que has venido a nuestra casa entonces?-Dijo al final Alex.

Alex le puso un mano en el hombro a su hermano. Por lo que pude ver, Alan agradeció el contacto. 

-Ella no quiere estar conmigo.-Dijo al fin.

-¿Ella?-Preguntó Alex extrañado. Luego al mirar otra vez el aspecto de su hermano lo comprendió.-¿Ela?

Alan asintió.

-¿Y te extraña?-Dijo Mario. Ahí fue cuando Alan levantó la cabeza y lo miro a los ojos.-La has tratado mal todo este tiempo, no has dejado de acusarla de cosas que no ha hecho y de que estoy seguro de que nunca va a hacer.-Dijo Mario enfadado.-Ella nunca va a traicionarte. Y en cambio tu, no haces más que tratarla mal desde el primer día que os conocisteis. 

Mario había acabado su discurso y parecía que Alan iba a responderle cuando sonó su móvil. ¿Por qué todos tenían móvil menos ella? No atisbó a ver el nombre de quien llamaba a Alan, pero lo supo no mucho después cuando Alan contestó.

-Hola Erica. 

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Estaba enfadada. Vaya que si estaba enfadada. Había cortado la visualización en cuanto había escuchado su nombre. Erica. Hasta su nombre sonaba a puta. Erica era una puta, y estaba segura de que Alan no la usaba mas que para pasar las noches con ella. ¡Pero joder! ¡Ya era más de lo que tenía Alan con ella! 

ANGEL=PROBLEMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora