ANGEL=PROBLEMS

CAPITULO 18

Cuando desperté estaba sudando. Hacía mucho calor. Los brazos de Alan me rodeaban y su pierna descansaba sobre la mía. Había sido el mejor día de mi vida, y me hubiera encantado estar rodeada por sus brazos toda la vida, pero tenía hambre. Mucha hambre. 

Alan y yo estábamos completamente desnudos. Pegados como unas lapas. Tan unidos que no podía diferenciar donde acababa el y donde comenzaba yo. Lo raro es que ningún tatuaje nos había salido como a Melisa y a Sam. ¿Dónde estaban nuestros tatuajes? ¿Quizá es que aún no confiábamos completamente el uno en el otro?

Alan había sido suave y delicado conmigo e intenso y duro en otros momentos. La experiencia que acababa de tener con Alan había sido indescriptible, mágica. Alan lo había sido todo. 

¡Por Dios acababa de tener mi primera vez!

Alan había hecho todo lo posible para que fuera lo menos dolorosa posible. Y tengo que admitirlo, al principio fue incomodo, puede que incluso doloroso, pero entre el dolor y el placer hay una linea muy fina, y Alan sabía como hacer para que eso estuviera a su favor. 

Me revolví bajo los brazos de Alan, y casi me muero de dolor. Ahora si que me dolía. 

-¿Te duele mucho?-Preguntó Alan.

Al final nos habíamos quedado cara a cara aunque el seguía abrazándome. 

-No, que va.-Le dijé ocultando mi molestía.

-Te duele.-Afirmo el.-Lo siento.

Alan empezó a hacerme pequeños circuitos con el dedo índice alrededor del ombligo y me atravesaron varios escalofríos.

-No lo sientas.-Le dije dándole un beso en el pecho.-A sido la mejor experiencia de mi vida.

El negó con la cabeza.

-Siento haber sido tan brusco.-Dijo el dándome un beso en la frente y abrazándome con más fuerza.

-Déjalo ya Alan. Se que para ti no habrá sido lo mismo. Se que soy nueva en esto. Pero te vuelvo a repetir que estoy bien. Que tu has estado perfecto.

Estaba molesta. Sabía que para mi no había sido lo mismo que para Alan. Alan llevaba siglos y siglos de practica. 

Alan sonrió y rodó para quedarse encima mía, mientras me sujetaba las muñecas por encima de la cabeza.

-No te equivoques Ela. Para mi también ha sido el mejor día de mi vida. Lo he disfrutado tanto o más que tu.-Dijo el avergonzado.-Nunca había había hecho el amor con alguien a quien de verdad quisiera.

Entonces fue cuando yo sonreí.

-¿Así que en cierto modo yo soy la primera?-Dije.

-Y la última.

Volvimos a besarnos.

****

Habíamos vuelto a hacer el amor. Y ahora yo descansaba con una mano apoyada en el pecho de Alan mientras el me acariciaba el pelo.

-Tengo hambre.-Dije haciendo pucheros y dándole besitos en el pecho.

-Yo también tengo hambre.-Dijo el.

Pero no solo de comida.

-¿Pero tu no te cansas nunca?-Le pregunté riéndome.-Mañana no podré ni andar.

Alan se rió y me beso la frente.

-Mejor. Así a cada paso que des te acordaras de mi.

Como si no le recordara ya lo suficiente. Quería levantarme para ir por algo de comer. Entre la canción que habíamos tocado y todo lo demás, no habíamos echo ni comer. Y ahora parecía una niña pequeña con sus berrinches. Tenia hambree.