Me desperté cuando oí mucho ruido en la sala. Otra vez la gente estaba entrando y ocupando sus puestos. ¿Había otro juicio? ¿Me iban a dar latigazos?
Era mi cumpleaños y era el peor día de mi vida. No era justo, nada de esto lo era. Cumplía 18 años y en ved de tener independencia tenía todo lo contrario. ¿Irónico cierto?
Sam entró el último con un chico agarrado por los brazos y muy golpeado. Lo tiró al suelo hasta que estuvo de rodillas.
-Saca tus alas traidor. Y veamos la verdad tras ellas.-Exigió Sam.
El se quitó la camiseta y de su espalda se abrieron dos incisiones de las que salieron dos alas enormes, tan negras como el carbón.
Sam extendió un brazo hacia la pared y con el otro toco el sitio de donde salían las alas. En la pared se empezaron a proyectar imágenes de más como el. Oscuros supuse. Creo que Sam controlaba las imágenes que se veían, ya que tenía los ojos en blanco y se movían como si estuviese viendo algo.
Una de las imagines paró en ved de pasar a la siguiente. Solté una exclamación ahogada.
En ella salía yo, pero no era yo del todo, era como un yo muy oscuro y malvado. Me estaba besando con un hombre guapo, pero a la vez asqueroso, tenía unos ojos negros como pozos.
El oscuro me miró y puso cara de asombro. Pero la disimuló rápidamente con una sonrisa burlona.
-¿Así que te atraparon eh?-Preguntó.
-¡Yo no soy ella!-Dije con las pocas fuerzas que me quedaban.- ¡Tu sabes que yo no soy ella!
-¡Callaos!- Dijo Melisa desde su trono.
Sam aparto la mano de la espalda del oscuro y lo levantó.
-Llevarlo al calabozo.-Dijo Sam.
Un hombre se levantó y arrastro al oscuro hasta la puerta donde desaparecieron. Después, Sam se volvió hacia mi.
-¿Con que no eras tu eh?-Preguntó.
No tenía ganas de volver a explicarles que esa no era yo. Que se habían equivocado.
-¿Por qué no me habéis llevado a mi a los calabozos y me habéis metido en su lugar en esta jaula?-Pregunté.
-Porque no hemos acabado contigo. Te quedan muchos latigazos por recibir. -Contesto Sam.
Max abrió mi jaula y me arrastro hacia el centro de la sala. Donde recibiría más latigazos que seguramente acabarían con mi vida. Estaban a punto de atarme con la cuerda como la pasada vez cuando un dolor terrible comenzó en mi espalda.
-¡Me duele!-Chillé.
Nadie me hizo caso. Me caí al suelo y empecé a temblar. Mi espalda se sentía peor de cuando me habían dado con látigos. Me ardía y era como si me rajaran por la mitad en dos brechas que empezaban desde mis hombros hasta el final de mi espalda haciendo una V.
Algo salió de mi espalda y me contraje por el dolor. ¡Era tan doloroso! ¡Tan horrible!. Miré hacia tras intentando ver lo que había salido de mi espalda, y me sorprendí tanto como los demás al ver dos alas enormes blancas y brillantes saliendo de mi espalda.
-¡No puede ser!-Dijo Sam.
Y me desmaye.
****
Sentí como mis alas volvían a mi espalda. Quería muchas explicaciones. Quería saber porque yo era un ángel, y también quería saber quien era Ariadna, esa chica tan parecida y tan diferente a mi.
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ANGEL=PROBLEMS
Storie d'amore¿Como te quedarías si de un momento a otro descubres que eres un angel y que tienes una gemela malvada? ¿Y si los demás piensan que eres esa gemela malvada? Esta es la historia de Estela, la chica a la que de un momento a otro la vida le da un vuel...