Entré en el salón esperando que Alan entrara tras de mi, cosa que efectivamente hizo.
Miré a mi guitarra negra apartada en una esquina. ¿Por qué no la había usado todavía? Me lo apunté mentalmente para hacerlo más tarde.
Alan me miró entretenido desde la puerta del salón, mientras yo pensaba en como hablar con el.
Lo primero, seria sentarnos.
-Sientaté.-Le dije a Alan haciendo un movimiento brusco con mi cabeza hacía uno de los sillones.
Alan me miró evaluándome, sin saber en que pensaba. <<¿Pues sabes que? Te jodes. Podrás leer mis sentimientos, pero mis pensamientos son una jodida tumba.>>. Al final, Alan optó por hacerme caso y se sentó en el sillón que le indicaba, como no, de la manera más seductora posible.
-Tienes que comprarme un móvil.
La cara que puso Alan no tenia precio. Era una mezcla entre duda, diversión y alivio. ¿Alivio de que?
-¿Eso es todo lo que quieres? ¿Un móvil?
Asentí decididamente y me senté en otro de los sofás.
-Esta bien. Te daré un móvil. ¿Contenta?-Preguntó Alan.
Volví a asentir mientras miraba la guitarra negra. Joder, tenía ganas de tocar esa maravilla de guitarra. Sentir como su preciosa música fluía tan solo de esas seis cuerdas. Acoplarme a su música.
-¿Por qué no tocas un rato?-Preguntó Alan de sopetón. Le miré sobresaltada.-Vamos, se que lo estás deseando. Tienes tantas ganas de tocar esa guitarra que hasta a mi me han dado ganas de tocarla.
Le miré levantando las cejas. Que lo intentara si quería, no se iba a acercar a mi guitarra a menos de un metro.
-No voy a tocar delante de ti.-Le dije.
No es que fuera tímida. En realidad, me gustaba que los demás pudieran escucharme tocar algo que me apasionaba. Pero no quería que Alan me viera, todos menos Alan. No sabía porque me sentía así con el, pero era como si no pudiera ser yo completamente por miedo de lo que el pensara. ¿Podría ser vergüenza?
-Vamos Estela, toca para mi.-Dijo el casi suplicando. Me había llamado por mi nombre completo, no sabía que significaba eso.-Por favor.
Ese por favor lo jodió todo. ¿Cómo podía negarme a un bombón como el si encima me lo pedía por favor? ¡Pues claro que tocaría para el! Pero ya de paso, ¿Por qué no ganar algo a cambio?
-Con una condición.-Le regateé.
Alan me miró sin entender, y después se encogió de hombros y me miró con suficiencía.
-Lo que quiera mi princesa.
Ohhh era tan adorable. ¡Su princesa!
-Controla tus pensamientos cuando estés cerca de mi.-Le pedí.
El negó con la cabeza.
-Sabes que no puedo. No puedo ocultarlos.-Después el me miró decepcionado.-Siento no poder darte eso.
Alan apoyó los codos en sus rodillas y me miró atentamente.
-No quiero que los ocultes Alan.-Dije yo consternada por el. ¿Por qué a veces era amable y otras veces un gilipollas? -Simplemente te digo que controles lo que pienses cuando estés a mi lado. No puedo soportar algunos de tus pensamientos.-Después lo pensé mejor.-La mayoría de ellos.
Alan asintió y después sonrió.
-¿Por qué no los puedes escuchar Ela?-Dijo el en tono de burla.- ¿Es porque te desagradan? ¿O es que te gusta lo que oyes?

ESTÁS LEYENDO
ANGEL=PROBLEMS
Romance¿Como te quedarías si de un momento a otro descubres que eres un angel y que tienes una gemela malvada? ¿Y si los demás piensan que eres esa gemela malvada? Esta es la historia de Estela, la chica a la que de un momento a otro la vida le da un vuel...