El día paso rápido. Intenté no pensar mucho en el sueño que había tenido e intente relajarme con las clases, algo que me fue imposible. Después del instituto cuando Alan se fue para hacer unos recados, yo me tumbé en mi cama y llame a Melisa.
-¡Ela!-Saludó alegre Melisa.-¡Alan me dijo que te había comprado un móvil! ¡Me alegro tanto de poder hablar contigo por fin!
Sonreí al teléfono. Estaba muy contenta de hablar con Melisa.
-Gracias por la guitarra.-Le dije de primeras.
-¿Eso? Bah, no fue nada.
Estuvimos horas y horas hablando por teléfono. Y cuando me di cuenta de que no había llamado por nada, cambie de tema, y el ambiente se volvió frió.
-Mel, nunca me explicaste que fue de tu hija.-Le dije tranquilamente.-Se que no quieres hablar de ello, y se que no es de mi incumbencia, pero cuando estés preparada.-Le dije intentando aportarle confianza.-Me encantaría escucharte.
Melisa suspiró al otro lado de la linea.
-Te lo contaré ahora.-Dijo ella con decisión.- Hace años que pasó y ya va siendo hora de superarlo.
Melisa empezó la historia de su hija.
-Desde que Izeya nació, ella fue la más alegre en el refugió. No había nadie que no la adorara y le diera todos sus caprichos, por eso, no fue extraño que intentaran utilizarla en nuestra contra.-Melisa ahogo un suspiro.-Un día cuando Izeya tenía ocho años y estábamos jugando en el refugio con los demás niños, la pelota con la que jugaban se escapó, e Izeya se fue corriendo a buscarla. No volvimos a verla con vida. Varios días después encontramos sus huesos cerca del refugio. La habían descuartizado.
Sollocé, que final tan terrible para una niña tan pequeña. ¿Cómo había monstruos que hacían cosas tan terribles?
-Hace poco hicieron diez años desde su desaparición.
Melisa estaba al borde de las lágrimas, incluso yo podía notar eso.
-¿Ya tendría dieciocho sabes? Ya se habría vuelto un ángel.
Melisa se sonó la nariz al otro lado de la linea.
-Pero bueno.-Dijo.-Ya hace mucho de eso.
Hablamos poco más hasta que escuche la puerta cuando Alan volvió. Era la hora de cenar, y no tenía hambre. Esta vez, Alan era quien hacía la cena, ¿Cómo no iba a cenar cuando el era tan buen gourmet?
****
Bajé a cenar y me senté en la mesa con Alan enfrente. No quería comer, aunque me hubiera hecho una cena digna de una reina, mi estomago estaba cerrado y se negaba a ingerir la comida. La conversación con Mel me había trastornado lo suficiente como para que Alan se diera cuenta. Intenté ocultarlo, para que la cena transcurriera normal y Alan no se preocupara, pero no fue suficiente.
Al fin, Alan tragó el bocado de carne que estaba masticando y me miró directamente a los ojos.
-¿Me vas a contar lo que te esta pasando?-Me preguntó.
Negué con la cabeza.
-No es nada.
Alan negó con la cabeza y después dijo en voz triste.
-Deberías contármelo, ¿para eso estoy sabes?. Una pareja esta para lo bueno y lo malo. Siempre.
Bebí de mi baso de agua y empecé a recoger los platos ya vacíos. Los coloqué todos en la fregadera mientras Alan no me apartaba la vista de encima. Cuando había terminado e iba a darme la vuelta, choqué contra algo solido y caliente. Alan.

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ANGEL=PROBLEMS
Romance¿Como te quedarías si de un momento a otro descubres que eres un angel y que tienes una gemela malvada? ¿Y si los demás piensan que eres esa gemela malvada? Esta es la historia de Estela, la chica a la que de un momento a otro la vida le da un vuel...