Han pasado varios años desde que derrotamos al Exterminatore y salvamos el mundo. Un día recibí la visita de mi amiga Manuela y salimos a comer. Sin embargo, al terminar la comida, fuimos interceptados por unos extraños individuos. Pero eso no fue l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me retiré volando hasta la mansión de mi familia que estaba alejada de Londres. Ingresé en esta y todos estaban muy felices de verme viva. Fue fácil convencerlos de que había logrado escapar de Manuela cuando uno de los alienígenas del Exterminatore nos atacó. Mi hermano vino a mí y me abrazó. Su abrazo y su amor por mí, aunque no lo crean, era genuino, en verdad me quería. Y yo también amaba a mí hermano.
No nos podíamos quedar en nuestro hogar por mucho tiempo, debido a la amenaza del Exterminatore, el cual se había encargado personalmente de matar no solo a la Familia Real, sino también a varios de nuestros familiares y aliados. Era bastante claro que nosotros éramos uno de sus objetivos, aparentemente por nuestro control sobre los gobiernos mundiales, también por nuestro armamento, así como que éramos unos de los pocos que lo conocían y sabíamos algunas de sus debilidades.
Así que, empacamos nuestras cosas y nos fuimos a un refugió varios kilómetros bajo tierra en medio de Inglaterra. En el camino me invadió un gran pesar. A pesar de que nosotros consideráramos a todos los que no fueran familiares o aliados nuestros como simples peones o, en el caso de Mew y Abelardo, enemigos y de que el nacionalismo es un ideal absurdo, yo me consideraba y me sigo considerando británica, una británica judía.
Me dolió bastante ver a mi país, a mi gente ser asesinadas a montones por el Exterminatore y sus fuerzas. Como británica, sentí la obligación de defender mi país y de defender mi gente. Pero tenía que ocultar ese sentimiento, así solo me ponía una máscara de pensativa en como eliminar al Exterminatore.
Al llegar al refugió y ya estar a salvo, hicimos una conferencia virtual con los miembros más altos de la Familia Rothschild, los líderes de diversas sectas masónicas, miembros de las familias más poderosas del mundo y otras personas sin importancia.
Todos estaban discutiendo sobre los efectos del ataque del Exterminatore en el mundo, el cual provocó una reacción de pánico fuera de lo previsto y no había manera de engañar a la población mundial de que el ataque no era genuino.
Aunque en el 2005 el mundo había sufrido el ataque de los Black Arms, este no había sido tan devastador en su primer día ni tampoco provocaron tantas muertes. Asimismo, a diferencia de los Black Arms, los cuales fueron rápidamente reducidos, por lo que los restantes hicieron un desesperado pero efectivo ataque a Washington D.C., el ejército del Exterminatore poseía tecnología avanzada y se desconocía su número, así como que el propio Exterminatore podía encargarse de cualquier ejercito del mundo el solo.
Su mayor preocupación era de que si el Exterminatore continuaba atacando ciudades, nuestros planes de generar una Tercera Guerra Mundial se arruinarían por sumir a la humanidad a un estado de penuria y caos más terrible de lo que necesitábamos. Yo en cambio estaba más preocupada por las víctimas que el Exterminatore podría ocasionar.
Así que, después de que los adultos hablaran, yo tomé la palabra. Yo era una de las Rothschild más respetadas. Mis conocimientos y habilidades le habían dado más prestigio a nuestro apellido y habían desarrollado nuestra tecnología hasta un nivel impensable, así como que mis planes tenían un éxito asegurado. Mi primer y única derrota fue contra Mew y Manuela, y aún así me felicitaron. Tenía a mis familiares comiendo de mi mano.
Les convencí de usar a la I.A. (Inteligencia Artificial) de los Patriots para que esta mandara tropas a encargarse de entretener al Exterminatore mientras nuestra gente abandonara, en caso de que aún no lo habían hecho, las ciudades que el Exterminatore atacará.
Esto me lo aprobaron y me lo aplaudieron. Lo siguiente no fue tan sencillo de hacer, que fue convencerlos de que necesitábamos que Mew, Abelardo, Manuela y sus amigos se enfrentaran al Exterminatore. Aunque en un inició me preguntaron porque se me había ocurrido usarlos a ellos, les dije que porque si enviábamos demasiadas de nuestras fuerzas, estas podrían llamar la atención, así como que había posibilidades de que los aliados de Mew murieran, por lo que me lo aprobaron.
Finalizada la sesión, me retiré a mi cuarto temporal a ver las noticias y los daños estimados por el ataque del Exterminatore, dando la terrible cantidad de 4.5 millones de muertes estimadas, es decir, media Londres había sido asesinada en alrededor de una hora.
