Capítulo 16: Trato

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-¿De qué rayos me estás hablando?- le grité.

-Te propongo una batalla uno a uno, tu contra mí, solo que tu no utilizaras tu avanzado traje de batalla- dijo el Exterminatore.

-¿¡QUÉ!? ¿¡Y porque carajos Abelardo tendría que aceptar un trato como ese!?- grito Manuela molesta.

-Me alegra ver que tu mujer se preocupa por ti- dijo el Exterminatore con una risilla molesta.

-Manuela y yo solo somos amigos ¿y porque habría de aceptar tu trato? Con mi traje a duras penas te logro dar batalla y sin él no te puedo hacer nada - le dije.

-Muy cierto, pero aquí la parte interesante: mientras tú y yo peleemos, mis tropas recibirán la orden de solo atacar a los militares y a tus insignificantes amigos. La población civil podrá evacuar la ciudad sin preocuparse de que mis tropas los aniquilen. Sin embargo, si tú te quedas en el suelo un tiempo considerable, me veré en la penosa necesidad de decirle a mi gente que habrá fuego de manera indiscriminada. Te prometo que no te matare, pero si tu quieres puedes intentar asesinarme, solo que si Mew, alguno de tus amigos o tu novia aquí presente osan interferir en nuestra batalla no sin antes haber eliminado a todo mi ejército, le ordenaré a este atacar la ciudad. ¿Qué dices, héroe?- dijo el Exterminatore.

No lo pensé 2 veces. Aunque sabía que no tenía oportunidad contra el Exterminatore, el mismo me dijo que no me mataría y tenía fundadas pruebas de que su intención nunca fue asesinarme. Por otra parte, tenía fe en que las fuerzas militares y mis amigos podrían acabar con el Exterminatore y sobre todo de que ellos podrían facilitar la evacuación de los civiles. Si mi sufrimiento significaba salvar las vidas de personas inocentes, entonces, por más que me desagradaba la idea, estaba dispuesto a hacerlo resignadamente.

Mew se quedó callado. Sabía las intenciones del Exterminatore y cual sería mi respuesta.

-Muy bien, solo espero que mantengas tu palabra- dije mientras bajaba lentamente al suelo.

Al aterrizar, salí de mi traje, dándole instrucción de ayudarme solo cuando las fuerzas del Exterminatore fueran eliminadas. Sentí rápidamente el intenso calor, el olor a pólvora, escombro, sangre y carne quemada. Era bastante desagradable. Manuela, quien estaba polvorienta y tenía toda su ropa desgastada y manchada con un poco de sangre, llegó corriendo hasta mí. Pude ver en sus hermosos ojos azules una gran preocupación.

-¿¡Te has vuelto loco o que!? ¡El Exterminatore te va a hacer añicos!- me dijo Manuela muy preocupada por mí.

-Lo sé- le dije con resignación.

-No lo hagas, hallaremos la forma de detenerlo y...- me dijo Manuela.

-No Manuela- la interrumpí- esta es la mejor opción para ayudar a esta pobre gente a salir viva de aquí. Sé que ustedes, sobre todo tu, podrán acabar con el ejército del Exterminatore antes de que yo no pueda continuar-

Los Vengadores de la Justicia: Regreso de EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora