Han pasado varios años desde que derrotamos al Exterminatore y salvamos el mundo. Un día recibí la visita de mi amiga Manuela y salimos a comer. Sin embargo, al terminar la comida, fuimos interceptados por unos extraños individuos. Pero eso no fue l...
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Salí del edificio y vi como había un rayo azul que salía de la maquina hecha por los soldados del Exterminatore y que este habría un portal. El portal daba a un lugar de nubes rojizas y oscuras y empezaron a salir de este varias naves y alienígenas que empezaron a disparar a todo y a todos.
-¿Mew, estás viendo esto?- pregunté.
-Sí, lo veo, tenemos que apagar el portal- dijo.
-Bien, tu encárgate de eso, yo voy a atacar a los alienígenas- dije volando hacia el portal.
Le empecé a disparar a la naves alienígenas conforme me acercaba al portal. Derribé una, dos, tres, cuatro... luego las naves contraatacaron, pero mi escudo lograba protegerme, aunque me desviaban un poco sus ataques. Sin embargo, por más que los atacaba, había unos que lograba alejarse.
-¡Misiles!- grité.
El traje soltó todos los misiles que le quedaban y atacó a los alienígenas que se habían alejado. Sin embargo, muchos más comenzaron a llegar y me empezaron a atacar. Yo los atacaba, destruía sus naves, pero habían más. Sus disparos chocaban con mis escudos y me hacían perder cada vez más el equilibrio, hasta que empecé a caer en picada.
Me lograba recuperar pero recibía otro ataque que me volvía a tumbar. Pensé que iba a estrellarme contra el suelo cuando me detuvo una telaraña.
-¿Pero qué...?- dije saliendo de la telaraña.
-Oh, hola, que tal- dijo una voz familiar.
-¡Hombre Araña!- dije emocionado.
-Estaba por aquí patrullando las calles cuando de la nada vi que ese portal se abrió y dije "Holy shit!" y te vi peleando contra esos alienígenas y pensé que tendría que ayudarte. ¿Ellos son del ejercito del Exterminatore?- dijo el Hombre Araña, quien estaba vistiendo su traje de rojo y azul.
-Muchas gracias y si, son del ejército del Exterminatore- dije.
-Este...¿es el fin?- me preguntó el Hombre Araña mientras veíamos a más soldados, naves y hasta tanques de alienígenas saliendo del portal.
-No si peleamos- dije.
Súbitamente los alienígenas comenzaron a bajar a nuestra posición, atacando a todo y a todos con pistolas de rayos laser. La gente corrió despavorida mientras que los policías abrían fuego contra los invasores, aunque fueron rápidamente superados. Yo les empecé a disparar a los alienígenas mientras que el Hombre Araña se encargaba de quitarles a los alienígenas sus armas con sus telaraña. Peleamos así por varios minutos, pero los alienígenas no dejaban de llegar y por más que me nos esforzábamos, los invasores seguían llegando.
