Había pasado como una hora desde que Meloetta y yo nos unimos a Manuela para enfrentarnos al ejército del Exterminatore. Pero parecía que nuestros esfuerzos eran inútiles. Por más alienígenas que matábamos, por más tanques y mechas que destruíamos, por más naves que nuestros aliados destruían, más de esas cosas seguían apareciendo. Y por la información que Manuela obtenía parecía que Mew y el Exterminatore continuaban parejos. En el cielo el portal ya cubría más de la mitad de la Ciudad de Nueva York y había 30 naves grandes de las fuerzas del Exterminatore en el aire.
Por más submarinos, tanques, aviones, barcos de guerra, soldados que llegaban de todas las naciones, por más héroes y villanos que llegaban o hasta nuestros propias fuerzas, para hacer retroceder o mínimo contener el avance de las fuerzas del Exterminatore, estos seguían avanzando. Parecía que ya no había esperanza para la Tierra y que estaba condenada a ser destruida por el Exterminatore y sus tropas.
Sentía que ya había llegado mi hora, mi momento de morir. Y que mejor manera de morir que luchando por la Tierra, en vez de morir muerta de hambre en una base cualquiera. Pero sabía que, como guerrera valiente o cobarde egoísta, mi destino era el mismo: el infierno.
No había manera de limpiar mis pecados. Hice cosas imperdonables en mi vida y el infierno era en donde merecía estar. Solo que yo no me daría por vencida. Tenía que seguir luchando hasta mi último aliento.
Manuela, Meloetta y yo estábamos luchando contra unas tropas alienígenas que estaban usando tanques. Manuela eliminaba a los alienígenas como si de aplastar hormigas se tratase. En cambio, Meloetta y a mí nos costaba más trabajo.
Meloetta se encargaba de elevar a los alienígenas a los aires con sus poderes psíquicos mientras yo los acababa con rayos de energía. Sin embargo, unos alienígenas atacaron por sorpresa a Meloetta, protegiéndose esta con un escudo de energía. Yo fui y con unas mini torretas acabé con los alienígenas.
Pero estos me atacaron a mí con un tanque y me hicieron que me estrellara en un edificio. Mi traje y mis escudos resistieron el ataque, pero estaba algo aturdida por el brusco sacudimiento. No sabía si sobreviviría a otro disparo del tanque.
Pero entonces otro tanque se estrelló con el que me disparó. Otros tanques me iban a disparar pero una fuerza psíquica azul, es decir Meloetta, las lanzó lejos. Manuela se acercó a mí y me extendió su mano derecha. Me sorprendía que estaba dispuesta a brindarme su mano a mí, su antigua enemiga.
-¿Lista para la siguiente ronda?- me preguntó.
Yo tomé su mano para impulsarme y ponerme de pie.
-¿Por qué, ya te cansaste?- le dije al momento de ponerme de pie.
-¿Estas bien Kathleen?- me preguntó Meloetta.
-Si, solo un poco aturdida- le dije.
-¿Crees que Abelardo ya le haya ganado a tu hermano?- me preguntó Meloetta.
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Los Vengadores de la Justicia: Regreso de E
AdventureHan pasado varios años desde que derrotamos al Exterminatore y salvamos el mundo. Un día recibí la visita de mi amiga Manuela y salimos a comer. Sin embargo, al terminar la comida, fuimos interceptados por unos extraños individuos. Pero eso no fue l...