Tardamos varias horas en llegar a Korea del Norte. Había poca información, ya que el gobierno de Korea del Norte no hizo algún comunicado salvo el que estaban siendo invadidos por las fuerzas del Exterminatore. La poca que había informaba que los alienígenas no causaron tanta destrucción a su paso, sino que se enfocaron en dirigirse rápidamente hacia Pyongyang, la capital de Korea del Norte.
Tardamos como una hora en llegar a Pyongyang, la cual, como cualquier otra ciudad por donde pasaba el Exterminatore, estaba en llamas, con sus edificios destruidos, con las calles llena de cadáveres de civiles y militares, con una gran cantidad de tanques, carros, helicópteros y demás vehículos militares destruidos.
Obviamente al ingresar las fuerzas del Exterminatore se dieron cuenta de nuestra presencia y nos empezaron a atacar. Mew cargó sus esferas y las lanzó contra las fuerzas del Exterminatore. Yo les empecé a lanzar rayos de energía para destruir sus naves. Estas caían como moscas, pero siempre había otras más que las reemplazarán.
-¿¡Donde rayos está el Exterminatore!? ¿Acaso deje de importarle y por eso no me dio la bienvenida?- le pregunté a Mew.
-No lo sé, tendremos que buscarlo a la antigua- dijo Mew.
-Bien, bajemos a la ciudad, puede que podamos encontrarlo más fácil si descendemos- dije.
Descendimos rápidamente a las calles de Pyongyang, tratando de encontrar al Exterminatore mientras atacábamos a los alienígenas que nos atacaban. Por más que buscábamos, no lo encontrábamos.
-¿Pero en donde esta ese infeliz?- dije mientras me volteaba y le disparaba rayos a los alienígenas que estaban detrás de mí.
-¡Abelardo, Mew, suban, tengo una idea!- dijo Manuela.
-Muy bien- dijimos.
Empezamos a subir a gran velocidad, siendo perseguidos por las fuerzas del Exterminatore. Entonces Manuela se atravesó las manos con su katana y lanzó litros y litros de sangre que a los pocos segundos se transformaron en una llamarada de fuego que atrapó a todos los infelices que estaban detrás de nosotros. Cientos de naves empezaron a caer en picada.
-¡Bien hecho Manuela!- dije.
-Eso nos dará un poco de calma. Cierra esas heridas, tienes que estar en forma para enfrentar al Exterminatore- dijo Mew.
-Si- dijo Manuela dejando de lanzar sangre, recuperándose sus manos a los pocos segundos.
Volamos a gran velocidad, buscando al Exterminatore por todas parte, finalmente encontrándolo en una plaza con las estatuas de Kim Jong-un y su padre. Ahí estaba el Exterminatore con Kim Jong-un, quien se encontraba muerto de miedo. En el suelo de la plaza estaban varios cuerpos, algunos mutilados, otros con hoyos y otros más cortados, de soldados y altos cuerpos militares.
Aterrizamos a unos cuantos metros de ellos.
-Mew, Vengadores de la Justicia, que molesta sorpresa, me toman en un momento en el que estoy algo ocupado saben...- dijo el Exterminatore cuando súbitamente se escucharon explosiones y disparos a lo lejos –veo que sus amigos también han llegado-
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Los Vengadores de la Justicia: Regreso de E
AdventureHan pasado varios años desde que derrotamos al Exterminatore y salvamos el mundo. Un día recibí la visita de mi amiga Manuela y salimos a comer. Sin embargo, al terminar la comida, fuimos interceptados por unos extraños individuos. Pero eso no fue l...