Capítulo 13: Desesperación

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Ya había pasado un día desde que no supimos nada del Exterminatore, salvo que había derrotado a todo un batallón de lo mejorcito de los Patriots

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Ya había pasado un día desde que no supimos nada del Exterminatore, salvo que había derrotado a todo un batallón de lo mejorcito de los Patriots. Para mí era evidente que Kathleen hizo su mejor esfuerzo en tratar de retener al Exterminatore.

En cuanto a este último, se me hacía difícil pensar en su siguiente jugada. Había estudiado sus formas de ataque recopilando los datos de las especies de la CPUP que habían sobrevivido sus ataques. Pero aquí el mondus operandi era bastante distinto. Era como si por primera vez el Exterminatore estuviera actuando conforme una guerra y no un acto de Exterminio.

Pensar en que si el Exterminatore se encontraba atacando una ciudad, matando alguien o haciendo no sé qué me tenía bastante preocupado y no me dejó dormir bien. Me sentía agotado, pero aun así me levante, hice mis necesidades y me puse ropa limpia.

Al salir del baño vi a Manuela y Amatista viendo la televisión.

-¿Alguna novedad?- pregunté.

-No, salvó que estamos sobrevolando Turquía- dijo Manuela.

Suspiré decepcionado.

-Tranquilo Abelardo, te aseguro que lo detendremos- dijo Amatista.

-Eso lo sé, solo espero que no lo detengamos demasiado tarde- dije mientras me dirigía a la puerta.

-¿Adónde vas?- me preguntó Manuela.

-A caminar un rato, puede que me ayudé a perder un poco de tensión- le dije.

Manuela no contestó nada y salí. Comprendía que necesitaba estar un poco a tiempo a solas con mis pensamientos, ordenarlos un poco, calmarme. Caminé por varios minutos, pensando en mil y un maneras en que el Exterminatore podría reanudar su ataque.

Eran tantas las posibilidades que se me hacía imposible prevenirlas todas. Y aunque lo hiciéramos, ¿Qué posibilidades teníamos de ganar? Lo enfrenté solo y estábamos a la par. O más bien mi traje soportaba sus ataques. Él nos superaba de manera abrumadora en fuerza y era prácticamente imposible de matar. Creo que era hasta era más fuerte que Mew, pero la fuerza no lo es todo.

Seguí caminando y de casualidad me encontré la cafetería. Era un lugar enorme llenó de bancas y mesas pegadas al suelo. Todas las mesas tenían el logo de S.H.I.E.L.D. y la comida era gratis, estilo bufete. Como iba a estar caminando, tomé solo unos panes dulces y un jugo de naranja, aunque sabía un poco desagradable el jugo después de haber comido algo dulce.

No me importó. Comer y caminar me ayudaba a relajarme. Era lo que siempre hacía en los recreos. Me terminé la comida en pocos minutos, por lo que, después de caminar un poco, decidí ir por más. Sin embargo, como no conocía el camino de regreso, me perdí. En eso vi un cuarto de entrenamientos del cual se estaba escuchando un gran estruendo.

Lleno de curiosidad, me asomé y vi a Naomi entrenando junto a su padre. Los 2 estaban haciendo ataques de energía oscura. La cámara de Naomi estaba en el fondo, probablemente grabando el entrenamiento. Kirito notó mi presencia y dejo de entrenar, al igual que Naomi.

Los Vengadores de la Justicia: Regreso de EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora