LETIZIA*****
Sentía que alguien me movía, así que con mucha pereza me desperté, poco a poco fui abriendo los ojos ya que no quería que la luz me los dañara, ya me había sucedido unas cuentas veces y siempre terminaba con dolores insoportables en los ojos, al abrir los ojos pude ver a la persona que me despertó. Si no hubiera sido ella de seguro que hubiera explotado del enojo por haberme despertado de mi hermoso sueño. ¡Okey que dramática!
-Buenos días, alteza- fruncí el ceño
-Carla ya te dije que no me llamaras así - me dio una sonrisa, eso es extraño, creo que sigo soñando.
-Let, es mi despedida a una honorable princesa y recuerda no te olvides de visitarnos, así que alístate que todos te están esperando para que puedas partir -no se de que habla.
-¿Despedida? y alistarme ¿para qué? -realmente estaba perdida y no me di cuenta hasta que Carla me se señaló con el dedo índice la mesita de noche que estaba a mi lado, como si con ese gesto me daría la respuesta, pero no quise rechinar y tranquilamente gire la cabeza a esa dirección.
-Oh, vaya - susurre, se me había olvidado.
"Cómo pudiste olvidarte..." me reclamo mi subconsciente.
Seguí observando el anillo de bodas, que por cierto era muy bonito, de oro y con un diseño muy sencillo que me gusta mucho, pero volví a la realidad cómo pude olvidar que estaba casada y sobre todo ¡tenía que marcharme ya!, vaya, sí que soy sorprendente.Reaccione y me pare de un salto de la cama.
-No puedo creer que se te haya olvidado -mi querida amiga empezó reír.-Vamos Car, ayúdame a bajar las maletas, no quiero retrasarme más de lo que estoy -dije entrando a la ducha, terminé y me aliste, como un rayo, salí corriendo de mi habitación mientras intentaba que la falda no se alzará demás. Llevaba puesto un vestido lila claro, con un tacón blanco con plataforma y una cartera de lado color blanco, mientras que mi maquillaje es suave y natural, me gustaba mucho así, además de que la mascara cubría todo.
Al llegar a la puerta del castillo ya estaban todos, si que llegue tarde.
-Disculpen la tardanza -me acerque a ellos -sus majestades -salude a los reyes -alteza -hice otra reverencia para el príncipe, a la cual ellos me devolvieron el saludo.
-Ya que estamos todos es hora de partir -habló el rey de Yeil -me informaron desde el aeropuerto que el avión ya está listo para despegar, sólo nos esperan a nosotros.
Todos asentimos ante lo dicho, empecé a despedirme de mis padres, los voy a extrañar mucho, con el poco tiempo que habíamos vuelto a encontrarnos, me hubiera gustado que también esté mi hermano y su esposa pero por lo de mi matrimonio habían cancelado su luna de miel hasta después de mi boda así que ayer en la noche recién partieron a su viaje.
-Subimos -me extendió la mano el príncipe amablemente.
Con la ayuda de Antonio subí al coche, los reyes de Yeil se fueron en otro coche y estaríamos rodeados por cuatro coches llenos de guardaespaldas, junto con algunos policías de mi país en motocicletas. Dentro del coche mire de reojo al príncipe que estaba a mi lado, con lo que me dejaba ver mi máscara de color blanco, es guapo, no lo podía negar.
-Ven dame tu mano -ya llegamos al aeropuerto.
-Gracias -le agradecí al príncipe por su amabilidad, agarre su mano para luego impulsarse para salir del coche.
Cómo sospechaba no había reporteros, camarógrafos ni nada, claro, ¿Qué esperaba? era todo un secreto, bueno hasta un cierto tiempo.
Me hubiera gustado despedirme de mi pueblo, sólo habían pasado unos meses desde que supieron que existía, aunque no podían ver mi rostro. Seguí caminando, subí al avión, como todos y me senté en mi asiento, abroche el cinturón de seguridad, para luego sacar de mi bolso el celular, conectar el auricular y bajar el volumen de la música que escuchaba hasta mínimo, no quería afectar mis oídos, es algo importante para mí.
El príncipe al haber subido al avión no se sentó junto a mí, por lo que agradezco que me haya dejado mi espacio y se haya sentado un asiento adelante al mío, pero a esto no pudo faltar la mirada reprobatoria de la reina, al rey no pareció molestarle. El viaje iba a ser un poco largo, a pesar de ser países vecinos ocupan grandes territorios, por lo tanto el viaje duraría un día entero o más. Pero sé que con este avioncito ¡uy!, mire hacia la ventana, mala idea me marie un poco, viaja muy rápido el avión o ¿qué?, dije a mis adentros.
Ya llegamos a la capital del país de Yeil, al bajar del avión tampoco había nadie, pero a excepción del mío, el pueblo de él si estaba informado que su querido príncipe había contraído matrimonio, lo que no sabían era con quién.
ESTÁS LEYENDO
La princesa de la máscara
Teen FictionDos reinos se unen en una alianza, pero para esto debe haber un matrimonio. Él, el príncipe heredero del país de Yeil, más que guapo y codiciado por todas las señoritas. Ella la princesa de Temrres no mostró su rostro, ni se presentó ante la gente d...