Capítulo 8

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Todo mi cuerpo se sentía pesado, cansado y los ojos estaban muy pesados no los quería abrir, pero si quería saber que me sucedió tenía que hacerlo. 

Con cuidado fui abriendo los ojos para luego tenerlos muy abiertos parece búho.

-¿Qué?, ¿Dónde estoy?, este no es mi cuarto -dije en mi mente -como rayos llegue aquí.

"Es la enfermería del instituto genia", dijo mi subconsciente, mire a mi alrededor y sip, si era la enfermería.

- Ya te encuentras, bien -preguntó la mujer, creo que es la enfermera.

-Sí, solo tengo un poco de hambre -es cierto cada vez que despierto de un sueño tengo mucha hambre, la enfermera rió.

-Toma -me extendió una manzana, a la que recibí gustosa, con un gracias.

Di una mordida a mi manzana y me di cuenta que estaba con la bata que me había cambiado antes de desmayarme.

-¿Quien me trajo? - pregunte para dar otra mordida a la manzana, esperando por su respuesta.

-Tus amigos, no te preocupes ahora llamo a sus altezas para que entren -salió de la enfermería para luego entrar, "mis amigos", bueno al menos una lo es, el otro...

-Te encuentras bien Let -pregunto una muy preocupada América asentí con la cabeza mientras daba otro mordisco a mi manzana.

Mer me dio un cálido abrazo, al que respondí con otro.

-Descuida, estoy bien -dije para calmarla -pero como me trajiste aquí.

-Cuando entre a tu cuarto para ver si estabas ahí, te encontré muy mal y te desmayaste, llame a mi hermano porque no sabia que hacer y él te trajo aquí -mire a An, agradeciéndole con la mirada.

-Gracias -el asintió con la cabeza serio

-América quiero que nos dejes solos un momento -Mer aunque quería reclamar par quedarse, salió sin decir nada al ver la mirada de su hermano.

No se porque esto me sabe mal, siento que está molesto por algo y me voy haciendo la idea de que es.

-¿Qué pasa Antonio? 

-La enfermera me informo que te sentiste mal porque te envenenaron - fue directo al grano -pero no era un veneno que mataría al instante, sino con el transcurrir de las horas y si pasa mas de ese tiempo sin recibir atención seria mortal -finalizó con ese semblante frio y serio, que me esta empezando a no gustar, espera ¿Cuándo a mi me gusto sus expresiones?.

-Pero no pasó a más -quise terminar con este tema .

-¿Qué fue lo que pasó para que terminaras envenenada? -di un último mordisco a mi manzana y lo puse en la bandeja de al lado.

Como le cuento la verdad sin que se altere, esto va a ser un desafío.

-Al parecer comí una barrita de chocolate, que siempre llevo por precaución o emergencia a todos lados -dije inocente, como sino hubiera roto un plato, pero ¡uy! cuántos habré roto en mi vida.

-Esa barrita estaba envenenada -lo hubiera tomado como pregunta pero sonó más a afirmación.

-Se me olvidó por completo que traje una cajita de esos al instituto -empecé a reír un poco recordando lo que sucedió.

-¿De qué ríes? -hablo serio An.

-Me había olvidado por completo que esa barrita estaba envenenada -me encogí en mi sitio ya que "mi querido príncipe" me dio una mirada de enojo.

 Cómo pude olvidarlo. 

Vaya yo si que era sorprendente, lo que el hambre te lleva a hacer.

-Lleve una hoy al comedor y resultó que al salir tenía todavía hambre, así que en el camino la saque y me la comí -en la parte final hable tan rápido para que no lo entendiera, pero por su mirada sí lo entendió.

-Trajiste una caja de barras de chocolates envenenadas al instituto -dijo tratando de no gritar -y para colmo te haces método de prueba -seguía enojado.

-No fue mi intención solo que se me olvidó por completo -quise defenderme.

-¡¿Qué pasaba si América también se lo comía?!, Letizia quiero que me lo entregues lo voy a mandar a quemar -dijo firme.

-¡NO!, no es tuyo es mío, me lo regaló mi hermano.

-¿Qué? -ups creo que metí la pata, con resignación le tenía que contar la verdad.

-Me lo regaló mi hermano, me llegó unos días antes de que viniéramos al instituto, fue como una disculpa por no despedirse de mí cuando partimos de mi reino, en la carta que me envió mi hermano también decía que podía utilizarlo como quisiera,...  aunque si se entera de lo que pasó no me va a querer dar otro y se va a enojar -lo ultimo lo dije un susurro para mi misma y no quiero que eso pase.

-Igual me lo vas a tener que dar es peligroso y lo sabes muy bien -bueno no tanto así si tienes el antídoto, pero no se lo voy a decir.

-Vamos las acompañare hasta el edificio de sus habitaciones -habló dirigiéndose a la puerta de salida, al parecer no tendría la oportunidad de salvar mis dulces.

-¡EY!, espera -se detuvo -mis sandalias no puedo ir descalza -bufo, no se porque pero me encanto esa actitud.

Se sacó la casaca que traía, se acercó y me lo puso en mis hombros.

Su aroma que emanaba del saco me encanto.

De repente se agachó de espaldas a mi.

-Sube - me ordeno, yo toda obediente me subí encima de su espalda de An, es tan cómodo que me podría dormir en su encima.

Al salir de la enfermería América nos vio y nos dio una sonrisa con picardía, sin darme cuenta escondí mi rostro en el cuello de An, ¡oh por Dios! siento mis mejillas quemar.

A todo esto dónde se fue la enfermera.

Al salir del edificio donde se encuentra la enfermería me di cuenta que ya era de noche, con razón la enfermera no estaba, de seguro fue a preparase para su turno de noche.

El viento gélido de la noche tocó mi rostro y me acurruque mas en la espalda de An, este no se molesto así que me quede así. después de un rato llegamos al edificio donde duermen las mujeres.

-América podrías ir a traer la sandalia de Letizia, por favor.

-Ah, claro ahora vuelvo -Mer salió corriendo hacia el interior del edificio, para luego de un rato regresar con sandalias en mano, con cuidado me baje de la espalda de An para colocarme las sandalias.

-Muchas gracias Mer -me voltee hacia Antonio -gracias a ti también An -este me miraba con cara de "te estoy esperando".

-Ahora vuelvo -ingrese, para salir con mi querida caja de barritas de chocolate, se las extendí el la agarro y se las llevo.

-¿Por qué le diste eso? -pregunto curiosa Mer.

-Me las confisco para siempre -me gire entrando al edificio, estaba muy cansada, cuando me di cuenta que me había llevado su casaca, mañana tendré que entregarlo, sin más que hacer me fui directo a dormir, ya que mañana empiezan mis clases.







Hi, chicos aquí les traigo un nuevo cap., que suerte que llegó América a tiempo, porque sino ya sabemos lo que le hubiera pasado a Let. Leyeron lo mismo que yo, nuestra querida Letizia se sonrojo por An.

¿Surgirá algo?, entre Antonio y Letizia, yo que sé, con el tiempo lo sabremos. ¿Cómo será su primer día de clases de Letizia?, eso lo sabremos en el próximo capitulo, bye.

Con cariño de:

                       La escritora 2A .

Un pequeño susurro: Antonio también sintió algo con ese contacto cálido que tuvo con Let. jijijj...😊





La princesa de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora