Capítulo 4

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Al llegar al castillo me llevaron directo a mi habitación, vaya que es muy bonito, bien ingresas puedes ver la grande cama "Queen" que estaba en el centro de la gran habitación al lado izquierdo había una mini sala, con un televisor de pantalla plana muy grande, en ese lado también había una puerta, la abrí con cuidado y era el baño y vaya que también era grande. Después de cerrar la puerta del baño, dirigí mi vista al lado derecho , atravesé caminando la mini sala, la cama, en este lado había un escritorio del mismo color que las paredes, blanco, todo el cuarto contrastaba bien en los colores, desde colores como blanco, negro a colores como dorado y rojo vino, que de este último color es el sillón y eso no era todo de la habitación en ese mismo lado había dos puertas abrí la de la derecha y me di con la sorpresa que era el clóset del príncipe.

Abrí la segunda puerta, wooh!.. era mi clóset, lleno de vestidos, tacones, faldas, blusas, bolsos, carteras, todas de diseñador, un tocador de maquillaje y mucho almacenamiento para mis cosas, entre ellas mis máscaras, para mí sorpresa también había polos, pantalones y tenis, entre otras cosas más, sí que me gustó mucho.

Ya había terminado de acomodar todas mis cosas que había traído conmigo en mi maleta que no era mucho, así que estaba tirada en la cama descansando, cuando tocaron la puerta.

-Adelante -me pare para recibir a la persona que había tocado la puerta, al pasar me di cuenta que no era uno, sino tres personas.

-Alteza mucho gusto en conocerla, me presento -habló el señor asiendo una reverencia como saludo -soy el mayordomo real del príncipe Antonio y traigo a dos jovencitas para que sean sus ayudantes -señaló a las dos chicas que estaban paradas tras de él -ella es Eva -la chica nombrada hizo la reverencia, al levantarse pude ver el color de sus ojos, eran de color marrón claro, y pelo castaño, el cual tenía recogido en un moño bajo -y ella Lucía -hizo la reverencia, ella era más alta que Eva, su cabello era del mismo color que el mío, un negro pero no era tan intenso como el mío y vaya coincidencia éramos de la misma estatura -con eso me retiro alteza,... ah se me olvidaba me informaron que no bajó al almuerzo me gustaría que nos avise si va a bajar a la cena y si no para mandar a traer su cena a su habitación -como el viaje había durado un día y medio, llegamos a eso del mediodía y yo ya había comido en el avión, además me había dado pereza bajar al comedor.

-No hace falta, mandaré a una doncella que me lo traiga, gracias -asintió y se fue.

Al darme cuenta mis doncellas seguían paradas en el mismo lugar desde que entraron , así que aquí vamos.

-Hola, mi nombre es Letizia, soy la princesa Letizia de Temrres, pero eso ustedes saben que deben mantenerlo en secreto -ellas asintieron -ustedes ya están al tanto de todo no? -mas lo dije como afirmación que como pregunta, volvieron a asentir -entonces me ahorro las explicaciones, muy bien quiero que me lleven a conocer todo el castillo, no quiero perderme -puse una cara de que de verdad no pienso perderme.

-Si su alteza -dijeron ellas mientras salía de la habitación, me voltee desde la puerta.

-Un dato, no me llamen alteza ni nada que tenga que ver con un estatus social mientras están conmigo, llámenme "Let" o "Letizia" y no me den la contra que me enojare -asintieron -bien, vamos -como prometieron me guiaron por todo el castillo y vaya era igual de grande que el de mi país, aunque aceptándolo de ellos era más grande, pero se que no se compara al nuestro, ya que el de mi país tiene muchos pasadizos secretos.

Al terminar el recorrido ya era tarde, así que me fui a mi habitación a descansar.

-Señ... Disculpa, Let aquí le traemos su cena -dijo Lucía, mientras Eva me acerca la comida.

-Gracias chicas.

Ya después de haber cenado, les pedí que me dejaran sola, que no era necesario que me alistaran, por algo tenía manos ¿no?, asique a regañadientes se fueron. Llevaba puesta mi bata de dormir que consiste en en short y una blusa tirantes de seda color rosa oscuro o lacre, un conjunto que me gustaba ya que me mantenía fresca, salí del cambiador y me dirige a la mesita de noche que estaba al lado de la cama, era de color blanco con patas color dorado, ahora solo me faltaba...

ANTONIO*****

Realmente estaba muy cansado, con eso del matrimonio me había ausentado casi tres días y ya se había acumulado muchos de mis deberes como príncipe heredero, cansado me estoy dirigiendo a la habitación que compartiremos la princesa Letizia y yo, por eso pedí a mis acompañantes que se fueran a descansar, porque mañana va a ser otro día fatigante, abrí la puerta.

La persona que estaba adentro de inmediato se dio la vuelta, piel cálida, cabello más oscuro que la noche, esos ojos que si no no hubiera sido por la luz las hubiera confundido por un color negro, pero no, eran de un hermoso color morado oscuro especial, sin poder contenerme la inspección de arriba a abajo, parecía toda una modelo, muy hermosa en realidad, al darme cuenta de lo que había hecho, lleve mi mirada hacia su rostro y la pude ver un poco incomoda, así que me atreví a preguntar para confirmar mi sospecha.

-¿Quién eres? - le pregunté serio, mirándole a los ojos.

-Yo soy... -agarró una máscara que no me había dado cuenta que estaba tirada en el piso, seguro al entrar se asustó que la tiró, la levantó y la colocó en su rostro, con la mano derecha, para luego bajarla, si era ella, mi esposa.

-Alteza, -hizo la reverencia, para luego pararse firme como una dama de la realeza debe hacerlo -mucho gusto en conocerlo en persona, sin máscaras, yo soy la princesa Letizia Isabel Abriu Creck del Levi de Temrres -para luego decir -me puedes decir "Letizia" o "Let", preferible Let -finalizó con una sonrisa de labios.

Por respeto, yo también me incline haciendo la reverencia correspondiente, para levantarme y responder.

-Mucho gusto princesa, yo soy el príncipe heredero Antonio Baez Castro del Alcón de Yeil, me puede decir Antonio o ... -iba decirle como ella quisiese pero me corto.

-Te puedo decir An -me miró con una cara, que no pude negarme, así que le dije si, no se por que con ella se me había olvidado por completo que estaba cansado, pero luego me disculpe para irme a cambiar y dormir, cada uno durmió en cada esquina de la cama, ya que era muy incómodo dormir en la misma cama, con una persona que no conoces o no as convivido antes.







La princesa de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora