Capítulo 33

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Después de una sobrecarga de dulces la noche de ayer, hoy no nos quisimos acercar a ningún postre del comedor, hasta yo que soy fan de los dulces, con solo mirar ya estaba asqueada, asique Mer y yo evitamos a toda costa el postre.

-Chicas quieren un bocado -Rau nos quería dar un pedazo de su postre.

-No gracias -Mer y yo hicimos caras de asco.

Raúl y Sofía se empezaron a reír, que malvados les habíamos contado lo de ayer en la noche, claro evitando contar sobre lo que pasó con Ian.

-Ya dejen de molestar -hablo Mer.

-No lo haremos -dijo Sofí -eso les pasó por no invitarnos.

Iba a hablar cuando veía como Oliver se acercaba a nosotros.

-Chicos me voy tengo cosas que hacer -dije levantándome -nos vemos después.

Deje la bandeja en su lugar y empecé a caminar en lugar contrario a Oliver, no me gustaba que siempre esté detrás de mí. Cuando me faltaba poco para salir del comedor una mano me sujetó de mi brazo.

Gire encontrándome con Oliver, me había seguido.

-¿Por qué te escapas? -dijo levantando las cejas en forma de burla.

-Suéltame -grité sin querer.

Casi la mayoría de los que estaban en el comer se fijaron en nosotros, mire hacia los lados, encontrándome con la mesa de los chicos donde Antonio nos miraba expectante, por como estaba podía ver que estaba enojado, su vista estaba fija en un punto de mi cuerpo, mire a mi brazo, lo escondí detrás de mi cuerpo.

-Sígueme -le dije

No deje que respondiera, le tome de la mano y lo jale fuera del comedor, lo lleve a un lugar donde no haya muchos estudiantes y le mire enojada cruzándome de brazos para que empiece a hablar.

-Uuy que enojona -Oliver empezó a molestar.

-Por tu culpa, todos me miraron.

-Yo no fui él que grito.

Grite de frustración, este me saca de quicio. Inhale, exhale, para tranquilizarme.

-¿Para qué me buscas? -finalmente me calmé.

-Nada solo quería pasar tiempo contigo -dijo tranquilo.

-Oliver -suspire -no tengo tiempo para desperdiciarlo.

Empecé a caminar con dirección a mi salón para ir a recoger mi mochila, cuando me detuvo lo que dijo.

-Sal conmigo -gritó.

Gire y en sus ojos se veía que lo decía en serio.

-Oliver lo siento, pero tus sentimientos no son correspondidos.

No quería dar falsas esperanzas así que fui directa.

-Lo siento -dije.

-Dame tiempo, no me rindo fácil, te conquistare -salió corriendo.

Si que era necio, sabía que no se rendiría era casi como un rompecorazones que no se rinde hasta que la chica caiga a sus pies, por lo poco que lo conozco se que es así.

Salí de ahí, recojo mi mochila, para ir a mi habitación a cambiarme, porque quería salir a correr a la cancha.

Después de un largo rato de correr, me senté a tomar un poco de agua mientras descansaba.

-Cansada -dijo una persona mientras se sentaba a mi lado.

-Sí, solo quería relajarme un rato -apoye mi cabeza en su hombro.

La princesa de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora