Capítulo 11: El principio del fin

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Aspros y Sofía yacían en la cama sólo cubiertos por una fina sábana. Había pasado medio año desde que estuvieron juntos por primera vez en la isla.

En el Santuario ya no era un secreto que estaban juntos, pero aún así habían comprado la isla con una pequeña parte de la herencia de Sofía, para poder tener intimidad sin ser molestados.

Habían estado discutiendo sobre que nombre poner a la isla, ya que tenían que registrarla como propiedad. Aspros quería ponerle el nombre de Sophia y ella se negaba. Pero sus discusiones siempre acababan en el olvido cuando sus cuerpos se fundían en uno solo.

Él acariciaba la espalda de ella, mientras la acercaba más a él. Le gustaba sentir el tacto de su suave piel contra la suya.

Un resplandor en mitad de la noche seguido de un estallido les sobresaltó. Se vistieron rápidamente y salieron fuera de la casa.

Lo que vieron les dejó en shock. Se veía a lo lejos unas llamaradas alzarse donde antes estaba el puerto. Podían oír los gritos de la gente desde esa distancia y más estallidos. Aspros agarró con fuerza a Sofía y abrió un portal.

Lo que vieron al aparecer era devastador. La mitad del muelle había desaparecido, los almacenes cercanos ardían. Sofía llamó a su armadura, la cual apareció de la nada y la vistió. Sin esperar a Aspros corrió hacía los almacenes devorados por el fuego. Los gritos eran más fuertes cuanto más cerca estaba.

Dando una patada derribó la puerta del almacén. Un hombre estaba tirado muerto en el suelo, sangrando, le faltaba la mitad del rostro. Dos niños de unos diez años gritaban asustados. Sofía corrió hacia ellos. Una bola de energía la lanzó contra unas columnas de madera que atravesó hasta caer al suelo.

Se levantó y miró hacia donde había venido el ataque. Un espectro luciendo una armadura negra salió de entre las llamas. -Sofía se lanzó contra él usando su ataque Puño Meteoro. El espectro saltó por los aires. Sofía le remató con Destello de la Garra del Águila. Cogió a los niños y salió corriendo mientras el almacén se derrumbaba a sus espaldas.

A lo lejos vio luchar a Aspros y Deuteros con cuatro espectros. Dejó a los niños en el suelo y les ordenó que corrieran sin detenerse al Santuario. Cogió impulso para saltar y abalanzarse sobre uno de los espectros. Los cuales manejaban espadas y cuchillos. «Maldita escoria» Uno de ellos iba a atacar por la espalda a Aspros, el cual iba con sus ropas normales, sólo había una armadura de Géminis y la llevaba Deuteros. Rápidamente le rompió el cuello al espectro sobre el que había saltado y lanzando su Puño Meteoro atacó al espectro. Éste al verse sorprendido se giró para clavarle la espada pero Aspros uso la técnica Otra Dimensión y lo hizo desaparecer.

Los tres revisaron el puerto en busca de más espectros y víctimas. Cuando estuvieron seguros de que ya no quedaba nadie. Usaron un portal y llegaron rápidamente al Santuario.

El resto de caballeros ya estaban ahí. Se mostraban preocupados. Sísifo en cuanto vio a Sofía corrió a abrazarla. -¿Estás bien? -Ella sonrió con pesar. -Sí, está sangre no es mía. -Todavía estaba en shock, aparte de la Lamia de Londres no había matado nunca a nadie y esos espectros antes eran personas con una vida y familias.

Todos los caballeros empezaron a hablar al mismo tiempo. El Patriarca apareció y mando guardar silencio. He hablado con Dohko que guarda la Torre donde fueron sellados los 108 espectros y dice que ahí todo sigue igual.

Hakurei apareció detrás de su hermano portando la armadura de Altar. -No son espectros de Hades. - Aquella afirmación dejó a todos mudos.

Sage organizó patrullas para vigilar el Santuario, Rodorio y alrededores. Sofía había sido asignada bajo el mando de Albafica. La cual se apresuró a coger su arco y flechas, puesto que al ser la sucesora de Sagitario, tenía permiso para ello.

Más allá del tiempo [Saint Seiya: TLC] [FINALIZADO] #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora