Capítulo Final

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Sofía despertó en la cama entre los brazos de Aspros, ahora poseído por Seth. Sus ojos jade estaban teñidos de rojo y su cabello antes azul se había oscurecido al negro.

Acarició el rostro del hombre que había amado en el pasado mientras su corazón se rompía. Aspros que la había amado y protegido contra viento y marea ahora era el recipiente del Dios del Mal. Se preguntaba si todavía quedaba algo de Aspros en su interior. Rogaba a los dioses que Seth no lo hubiera destruido del todo, con que quedase un mínimo atisbo de él, podría recuperarlo. Necesitaba volver al Santuario y conseguir la Niké de Atenea, con su báculo podría expulsar a Seth del cuerpo del caballero.

Se levantó en silencio llorando y maldiciendo el mundo en el que vivía. Se preguntó si realmente merecía la pena ser salvado. Isis, Horus y Atenea creían que sí.

Lo que más deseaba en ese momento era poder volver a hablar con Aspros. Deseaba ver sus ojos jade y su sonrisa burlona cada vez que se metía con ella.

Un movimiento tras ella la hizo tensarse y aguantar la respiración. Seth la abrazó por detrás y le susurró al oído lo mucho que la amaba. Sofía sabía que él mentía, que intentaba manipularla.

Intentó soltarse pero Seth la apretó más fuerte contra él. Su aliento en la nuca le erizó la piel. Una de sus manos empezó a acariciarle la parte interna del muslo. -Este recipiente te ansía con desesperación. Puedo sentir el deseo por ti correr por sus venas. Ha sido interesante ahondar en los recuerdos que vivisteis juntos.-

Sofía trató de quitar la mano de Seth de su muslo. Él rió lanzándola contra una columna. -¡Oh! No, no y no. No me obligues a lastimarte, aunque es divertido. Cada vez que te golpeo él intenta salir.- Sofía miró fijamente a Seth mientras se limpiaba la sangre que goteaba de su nariz. «Aspros sigue ahí». Suspiró aliviada. Debía darse prisa antes de que no quedase nada que salvar. Pero tenía que averiguar qué era lo que deseaba Seth de ella.

Seth la levantó del suelo y la empujó contra la pared apretando su cuerpo contra el de ella. -No te imaginas lo mucho que le excita tenerte así. -Seth sonrió y la miró con malicia. Sofía por fin entendió lo que pretendía el dios, quería doblegarla y que lo amase, quería que luchase a su lado y matase a todos los que se interpusieran entre él y el mundo.

Sofía relajó sus músculos y se acopló al cuerpo de Aspros. Pasó sus brazos alrededor de su cuello y miró fijamente esos ojos rojos que la devoraban. Le besó con furia. -Seth, soy tuya. Te amaré por siempre. -Sofía cruzó los dedos detrás de la nuca de Seth y rogó porque la creyese sincera. «Aspros si sigues ahí, por favor, sígueme la corriente».

*El Santuario, Grecia*

Alana se paseaba de arriba abajo con Egan en brazos. Deuteros la miraba con el ceño fruncido. La armadura de Géminis había regresado pero sin rastro de Aspros. Registró todas las islas y no lo encontró por ninguna parte.

Sísifo había regresado con el Harpé y se disponía a ir a por Seth en cuanto supiese dónde encontrarlo. Deuteros le había contado que Aspros no había regresado pero su estrella de Géminis continuaba en el firmamento.

Sísifo cogió a Egan en brazos e intentó calmar a Alana abrazándola. Sabía perfectamente cómo se sentía ella. Él no dejaba de preguntarse si Sofía estaba bien.

Un estallido en lo alto del Santuario los hizo salir a ver qué sucedía. El Templo de Atenea había sido destruido y la cabeza de la gran estatua cayó rodando aplastando lo que encontraba a su paso. El Cid para impedir que unos jóvenes fuesen alcanzados empleó su Excalibur y la cabeza de Atenea se pulverizó.

Sísifo le entregó Egan a Alana e invocó su armadura, lo mismo hizo Deuteros. El Caballero de Géminis abrió un portal dimensional y ordenó a Alana que lo cruzase. Dicho portal llevaba a Isla Sophia, ahí estarían a salvo por el momento.

Más allá del tiempo [Saint Seiya: TLC] [FINALIZADO] #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora