Capítulo 2: Nuevo Inicio

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Santuario de Atenea, Grecia

Sísifo miraba el horizonte desde el templo de Atenea. Habían pasado 4 meses desde que todos los caballeros dorados caídos en la Guerra Santa habían aparecido en el templo de Atenea. Todos, excepto Tenma y Sasha.

Shion le había explicado que estaba terminando unos asuntos del patriarcado cuando las armaduras doradas empezaron a resonar. Una brillante luz anaranjada envolvió el santuario, y un dolor intenso lo atravesó. Cuando volvió en sí, se sintió más ligero, como si los años no hubiesen pasado por su cuerpo. Corrió a la sala de las armaduras y cayó de rodillas al ver los rostros de sus amigos después de cincuenta años.

El Santuario hacía un par de años que se había terminado de reconstruir. Shion puso al día a Sage y a los demás de todo lo acontecido hasta entonces. Dohko de Libra abandonó, por unos días, su lugar en los Cinco Picos para ver con sus propios ojos, que sus amigos habían regresado de la muerte.

Después de unos días de confusión, la vida al santuario regresó como si nada hubiera pasado. Cada caballero ocupó su casa, aunque en la casa de Tauro hubo una pequeña sorpresa.

Aldebaran se había encontrado con su joven alumno Teneo, el cual también había rejuvenecido al ser envuelto en la luz anaranjada, convertido en el Caballero de Tauro. Con lágrimas de felicidad, maestro y alumno se abrazaron. Aldebaran no pudo ocultar lo orgulloso que se sentía de Teneo. Se decidió que Teneo vistiera la armadura de Tauro y juntos cuidarían la casa de Tauro.

Algo parecido sucedió en la casa de Géminis. Aspros y Deuteros se abrazaron al volver a encontrarse. Sobraban las palabras. Los dos jóvenes portarían la armadura de Géminis. Deuteros se ofreció a regresar a la Isla de Kanon como el demonio de la isla, pero Sage y los demás se negaron. Un demonio/hombre capaz de sacrificar su vida por su Diosa y los hombres, merecía estar en la Luz y no en las sombras.

Hakurei de Altar junto con su hermano Gemelo Sage, habían recuperado la apariencia de jóvenes guerreros como en tiempos de la Guerra Santa del Siglo XVI. Abrazó a Sage y junto con Shion partió hacia Jamir. Iban a comprobar cómo estaba el lugar después de cincuenta años. Shion se sentía feliz de haber traspasado su estatus de Patriarca a Sage y poder ser el caballero de Aries como antes. Se sentía joven de nuevo y lleno de vida. Dijo que regresaría pronto al Santuario.

Degel de Acuario y Kardia de Escorpio partieron a tierras nórdicas en busca de algún rastro de Atenea y Pegaso. Lo mismo hicieron Albafica de Piscis y Manigoldo de Cáncer, decidieron ir al Nuevo Continente a ver qué podían averiguar. Los gemelos Aspros y Deuteros de Géminis partieron rumbo a Europa Central. Regulus y Asmita se dirigieron a Oriente. Aldebaran se marchó a Italia con el joven Teneo y El Cid se puso rumbo al Continente africano.

Solo Sage y Sísifo permanecieron en el Santuario a la espera de recibir noticias de sus compañeros.

***

Sísifo se levantó de la columna en la que estaba recostado y alzó la vista hacia la enorme estatua de Atenea. «¿Volveré a verte? ¿Es posible que no hayas regresado con nosotros? Mi querida Sasha, te extraño, mi corazón está vacío sin ti...» Sin darse cuenta las lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

A lo lejos se oían unos gritos, se asomó y vio a un joven gritando a los guardias que necesitaba pasar, traía un mensaje importante para el señor Sísifo.

Sísifo salió del templo y fue hasta el joven. - Yo soy Sísifo de Sagitario, ¿Qué mensaje importante es el que me traes? - El joven le entregó un sobre lacrado con un sello que Sísifo no supo identificar.

En cuanto el joven se fue, Sísifo se apresuró a ir a su casa para poder ver el contenido del sobre sin que nadie le molestase. El sobre no traía remitente, sólo ese sello con un ave fénix dentro de un escudo.

Con mucho cuidado para no romper el sello, abrió el sobre. En él había una hoja escrita por el puño y letra de Aldebaran de Tauro. Intrigado por lo que su querido amigo había escrito, se sentó en el pórtico con la luz del atardecer acariciando su rostro.

La carta no iba dirigida sólo a él, sino a todos los caballeros dorados. Dónde les informaba que no había conseguido averiguar nada sobre el paradero de Atenea ni Pegaso, pero que había conocido a una hermosa mujer con la cual iba a desposarse. Les pedía que acudiesen a Italia para asistir a la boda.

Sísifo sonrió muy feliz por su amigo. Al menos uno de los dos había encontrado un amor correspondido. Pasó las casas que le separaban de la Casa del Patriarca y le mostró la carta de Aldebaran. El Patriarca se apenó de que el caballero no hubiese tenido suerte en su misión, pero muy feliz de que hubiese encontrado el amor.

El Patriarca llamó a todos sus caballeros, las misiones podían esperar, no todos los días uno de ellos se casaba...

En cuanto estuviesen todos en el Santuario, se les informaría de la boda de Aldebaran y partirían a Italia.

**Las imágenes multimedia aquí publicadas no me pertenecen. Créditos a sus respectivos autores. **

Más allá del tiempo [Saint Seiya: TLC] [FINALIZADO] #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora