Capítulo 22: El Destino

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-¡Tienes que salvarla!- Kagaho con lágrimas de sangre resbalando por su rostro miró a la mujer ensangrentada tendida en el suelo, en mitad del jardín de rosas. -Es demasiado tarde.-

Dohko de Libra despertó de repente, debió quedarse dormido. Miró la torre donde los espectros estaban sellados y decidió que por unos días no iban a moverse de ahí.

Colocándose la armadura de Libra miró hacia el horizonte. -Kagaho de Bennu, en el pasado me ayudaste, aunque nuestras metas eran distintas. Ahora me toca a mí ayudarte a tí.

Echando un último vistazo a la Torre de los Espectros, partió rumbo al Santuario.

*Palacete Benelli, Sur de Italia*

Aitana daba vueltas con Egan en brazos, en el jardín de su madre. Su hermoso sobrino no para de reír. Ella feliz se sentó a descansar, su enorme vientre no le dejaba ya casi moverse.

Aldebaran sonreía a su bella esposa. Se alegraba mucho de que Sísifo y Sofía hubiera ido a verles con su hijo. No habían podido asistir a la boda de Aspros y Alana por el avanzado estado de gestación de Aitana.

Las dos hermanas charlaban animadamente mientras Sísifo y Aldebaran entraban en la casa. -Ellos estarán bien.- Aldebaran sonrió a su amigo. Sísifo asintió preocupado. Aprovechando la visita alejaba a su familia del Santuario. Hacía unos días, habían detenido un barco procedente de Egipto, decían ser comerciantes, pero aquello puso en alerta al Santuario.

El Patriarca y los Caballeros de Oro habían decidido que era el momento de ocultar a la semidiosa y al bebe. Acordaron no decirle nada a Sofía y Sísifo con la excusa del embarazo de la hermana de ésta, se fueron rápidamente a Italia.

Aspros insistió en ir con ellos pero Sísifo se negó, eso sólo levantaría sospechas. Sísifo sabía que Aspros había prometido a Sofía proteger al niño y que lo quería como si fuese su hijo, pero no podía permitirle acompañarlos.

Aldebaran de Tauro puesto sobre aviso había doblado la guardia del Palacete, la cual ya había sido reforzada después del ataque sufrido la vez anterior. Los dos vigilaban la villa cuidando de que Sofía no se percatase de ello.

Sísifo se sentía culpable por meter a su amigo y a su esposa en ésto. Si les pasaba algo no se lo perdonaría jamás. Aldebaran le había dicho que no se preocupase por ello. Aunque Teneo había asumido ya todas las responsabilidades de Tauro, él seguía siendo un Caballero y su deber era proteger a Sofía y a Egan. Además, aunque no tuviese la obligación, lo habría hecho igualmente porque eran su familia.

*Reino de las Tinieblas*

Amir temblaba esperando a que su señor apareciese. Sabía que lo que iba a contarle a su señor no iba a ser del todo de su agrado.

Seth apareció y se sentó en el trono de oro. -¿Qué es aquello tan importante que tienes que contarme? Espero que lo sea, sino sufrirás el fuego de la condena por toda la eternidad.- Amir no se atrevió a levantar la cabeza. -Mi señor Seth, los cuatro orbes fueron destruidos y la Reina tuvo un hijo con un mortal.- Seth se levantó entusiasmado de su trono. - ¡Muy bien! Hazlos pasar. - La voz atronadora de Seth hizo que Amir se encogiese más. -Mi señor, no están aquí. No sabemos dónde se encuentran.- Seth sin decir nada, se acercó a Amir y lo descuartizó con sus garras entre los alaridos de dolor del demonio.

Seth invocó a su Ejército de las Tinieblas y los mandó ir a destruir el Santuario. Mientras él se dirigiría a recuperar a su Reina y a su bebe.

*Palacete Benelli, Italia*

Sofía no podía dormir. Había vuelto a tener la misma pesadilla del campo de rosas ensangrentadas. Miró a Sísifo que dormía desnudo al otro lado de la cama. Se acercó a la cuna, Egan estaba despierto haciendo gorgoritos.

Más allá del tiempo [Saint Seiya: TLC] [FINALIZADO] #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora