Capítulo 3: El Gran Día

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Palacete Benelli, Italia

El día había amanecido despejado y soleado, menos mal. No quería que nada estropeará mi gran día. No podía dejar de preocuparme porque todo estuviese perfecto. Hacía horas que no veía a Aldebaran. Él se había levantado temprano para estar con sus amigos antes de la ceremonia. Los caballeros dorados habían llegado desde Grecia entrada la noche y no había podido recibirlos debidamente.

Me pregunto donde estara mi hermana. Estaba asustada, esperaba que para la ocasión me hubiese hecho caso y se vistiera como una dama. Sabía que era pedir demasiado, que mi rebelde hermana dejase sus pantalones ceñidos y botas de caña alta por una falda y unos zapatos. Pero rezaba porque lo hiciese. La noche anterior con lágrimas en los ojos se lo había rogado y por la mirada furiosa que me lanzó antes de cerrarle la puerta de su habitación en las narices, sabía que lo haría.

Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que no oí que llamaban a la puerta. Los golpes fueron más fuertes y con un sobresalto abrí la puerta. Me quedé muda ante lo que vi. Ahí plantada con los brazos en jarra y un hermoso vestido color cereza de escote pronunciado estaba mi hermana. - ¡Te ODIO! - Aitana hizo una mueca. - ¿Cómo has podido? ¡¿No había un vestido más ceñido y escotado en tu guardarropa?! - Sofía se paseaba furiosa de un lado a otro de la habitación haciendo crujir el cancán del vestido.

- No he salido mucho de fiesta en los últimos cinco años, cómo para tener mi armario a la moda, Sofía. - Sofía se paró en seco y abrazó a su hermana.
- Lo siento muchísimo. No quiero que te angusties justo hoy. Ven, te ayudaré a peinarte. - Sofía se regañó a si misma por haberle montado una escena a su amada hermana. Pero todavía seguía alterada por lo que había sucedido momentos antes mientras se dirigía al cuarto de su hermana.

***En el pasillo, instantes antes...***

-Uffffff este vestido enseña demasiado y los zapatos me aprietan. Menos mal que me he dejado el pelo suelto, al menos podré disimular este escote con mi cabello. - Sabía que se le había hecho tarde, así que empezó a correr por el pasillo, si es que ese era el pasillo que llevaba al cuarto de su hermana. Se golpeó la frente con la mano, como podía ser tan desastre.

No vio con qué se había golpeado pero cayó de culo al suelo. - ¡¿Qué demonios?! - Levantó la mirada y lo que vio le cortó la respiración o era el corsé...

El joven se inclinó hacia ella y le tendió la mano. Ella aceptó, sabía que iba a ser complicado con aquel corpiño levantarse con elegancia. Así que dejó que aquel hombre la alzase con una facilidad pasmosa.

- ¿Se encuentra bien, señorita? - el joven le sonrío con una leve inclinación de cabeza. - ¿Señorita? - No podía dejar de mirar esos hermosos ojos del azul más profundo de los océanos. Sabía que tenía que responder algo, pero no conseguía articular palabra. - Sí, gracias... - Es lo único que conseguí decir.

- ¡Sísifo! Deja de perder el tiempo con las criadas y vamos. Aldebaran nos espera. - El joven miró contrariado al que acababa de aparecer. Se giró hacia mí - Te pido disculpas por las necias palabras de mi amigo. - Con voz irritada caminando hacia su amigo - Ya, Aspros. ¿Tenías que ser tan grosero con la dama?- Aspros, se giró de nuevo a mirarme. - Quizás más tarde sea más amable con la dama. - guiñandome un ojo.

Cuando reaccioné, los dos jóvenes habían desaparecido ya de mi vista. Estaba segura que en ese momento mi cara estaba del mismo color que mi vestido. Sin poder quitarme esos oscuros ojos azules de la mente corrí hacia el cuarto de mi hermana.

***

- Sofía.... SOFÍA, tenemos que irnos ya, la ceremonia va a empezar y Aldebaran debe estar impacientándose - Dejé a un lado mis pensamientos y dejé los cepillos en el tocador. - Ya está. Estás preciosa. Eres la novia más hermosa de toda la Tierra. - Realmente estaba muy hermosa. Había escogido para la ocasión un hermoso vestido color marfil con un collar de perlas, herencia de nuestra madre. Sus hermosos rizos rubios caían en cascada por la espalda hasta su cintura. Le había colocado la tiara con la que nuestra madre se había casado.

Más allá del tiempo [Saint Seiya: TLC] [FINALIZADO] #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora