Se encontraba en un campo de rosas y el Caballero de Piscis ensangrentado se acercaba a ella con expresión amenazante. Le gritaba que como había podido traicionarlos, ellos que la habían amado y cuidado. A sus pies estaban los cuerpos de Aspros y Sísifo. Piscis con odio le lanzaba una rosa sangrienta que se clavaba en su corazón.Unos brazos la sacaron del sueño. Albafica le susurraba que todo estaba bien, que sólo había sido una pesadilla. Preocupado, la abrazó con fuerza. Se había despertado sobresaltado al oírla gritar su nombre. Corrió a su cuarto creyendo que estaba en peligro, pero era otra de sus pesadillas. Desde que todo empezó, las pesadillas de Sofía habían aumentado.
Ninguno de los dos pudo volver a dormir y abrazados contemplaron el amanecer.
Habían pasado dos semanas desde que Teneo se había ido en misión al sur de Italia. Sofía estaba preocupada de no tener noticias de él ni de Aldebaran. Un estremecimiento le recorrió la espalda. Albafica al notarlo la acercó más a su cuerpo.
-Albafica, necesito ir a ver qué ha pasado. - Él la miró con ojos cansados. -Ya hemos hablado de eso. Tu obligación es proteger el Santuario.- Ella se giró para mirarle de frente con rabia. -No puedes retenerme eternamente aquí. En algún momento tendré que salir y luchar. -Albafica se levantó y la miró severamente. -Limítate a cumplir mis órdenes.- Salió de su habitación dando un portazo.
Sofía enfadada se levantó, se puso su armadura y salió del cuarto. Albafica también vestido con la armadura se encaró a ella. -¿A dónde crees que vas?- Ella trató de pasar a su lado pero Albafica le cortó el paso. Sofía gruñó. -Voy a ver a Sísifo.-Albafica se apartó y la dejó pasar, suspirando asintió con la cabeza.
Sofía corrió escaleras abajo. Entró sin llamar a la Casa de Sagitario. Sísifo levantó la mirada de los papeles, al verla entrar en la habitación.
Ella se dejó caer en la silla enfrente de su escritorio. -Sísifo, tienes que hablar con Albafica.- Quiero que me cambies de legión. Necesito que me mandes a Italia.- Sísifo se levantó de la silla y dándole la espalda se acercó al ventanal. -De acuerdo. «Suspiró» Te llevaré a hablar con el Patriarca. - Sofía había ido cada mañana a pedirle lo mismo. No podía estar negándose por siempre. Sofía se levantó rápidamente de la silla y se acercó emocionada a él, fue a darle un abrazo. Pero paró en seco, al recordar que no podía tocarlo. Sísifo sonrió tristemente.
Sísifo no podía evitar maravillarse en la mujer que se había convertido Sofía. Hacía más de un año que sus vidas se cruzaron en aquel palacete italiano. Ella ahora era una guerrera fuerte, la sangre de Albafica dentro de ella había hecho que su cosmo aumentase. Su rostro antes dulce e inocente, ahora lucía serio y decidido.
Había tantas cosas que quería decirle, pero no encontraba las palabras ni el momento. Se colocó la armadura y salió con Sofía rumbo a la Casa del Patriarca.
Aspros y Asmita se encontraban con el Patriarca cuando ellos entraron en la sala. Los tres se giraron al verlos. -Su ilustrísimo, la Santo de Águila desea hablar con usted. - Sísifo me indicó con la cabeza que me acercase al Patriarca.
-Su Santidad, me gustaría pedirle que me mande a Italia para averiguar qué ha sido de mis tutores.- Sage miró fijamente a la joven que tenía ante él. Sabía que no podía retenerla más tiempo en el Santuario, tenía que dejar que ella se encontrase con su destino. Desde el día que ella llegó al Santuario, el firmamento cambió y nunca volvió a su ser. Era el momento de averiguar porqué.
-Permiso concedido. Partirás mañana. - Los tres caballeros presentes empezaron a protestar. Sísifo apretó la mandíbula. -Patriarca, no puede... ¡mandarla a la batalla!-Asmita puso una mano sobre el hombro de Sísifo. -Sísifo, es su destino.- Sofía asintió y decidida abandonó la sala.
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Más allá del tiempo [Saint Seiya: TLC] [FINALIZADO] #FL2020
Fanfiction50 años después de la Guerra Santa... Los caballeros de oro del S. XVIII han resucitado, desconocen el motivo, pero no pararan en su empeño de defender y proteger a la humanidad tal y como Atenea siempre ha deseado. Sofía intentará por todos los med...