" Dios es aquel que mata indiscriminadamente y nosotros también. Porque ninguna criatura de Dios es como nosotros ninguna se parece tanto a ÉL como nosotros" ( Entrevista con el Vampiro, 1994)
- Historia totalmente mía, no aceptare copias o adaptaci...
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Inglaterra - Londres / 1861 - Sep 28
El mayor admiraba como el menor dormía plácidamente en su cama al lado suyo, sonreía con ternura al ver tanta paz en un rostro como el de él, suspiro por lo bajo y se levantó de allí para escribir una pequeña nota al menor cuando despertara en unas cuantas horas, él debía irse ahora mismo eran las 3:20 am y no podía demorarse mucho en salir junto a su hermano, el amanecer aunque fuese rápido estarían en lo preciso para llegar y tomar posada en la casa de un amigo de su Tía Alice.
Al terminar de redactar aquello se levantó y admiro nuevamente su rostro y beso su frente con cariño, sonrió y tomo su maleta que estaba en uno de los sillones, dispuesto a tomarla rápidamente y salir de su habitación, claro sin antes no tomar la carta y canasta que el menor le había regalado, cerró la puerta con suma delicadeza y miro a Seokjin que lo miraba extrañado.
— No sabía que Jungkook estaba aquí.
— Vino a dejarme un pequeño regalo y a desearnos un buen viaje. — sonrió.
— Oh que educado y lindo de su parte.
— Eso me temo — rió — iré a hablar con el mayordomo Kim y Jung para que lo atiendan bien cuando despierte.
— Te estaré esperando en el carruaje, no tardes mucho — susurro y se retiró de allí.
Taehyung a paso largo camino a donde se encontraban sus mayordomos limpiando algunos adornos, y con una sonrisa se dirigió a Namjoon y Hoseok dándoles a entender que tenían una tarea o algo que seguir
— Es hora de irme — sonrió — tengo que pedirles un favor.
— ¿Cuál es ?
— Como saben el caballero Jeon Jungkook está en mi habitación, por favor atiéndelo bien y denle de comer algo exquisito — sonrió — denle el gusto en todo lo que quiera, cuídenlo mientras no está ni la presencia mía ni la de Jin.
— Claro que lo cuidaremos bien Señor Taehyung, puede confiar en nosotros dos.
— Muchas gracias por su ayuda, sin más que decir me despido — les brindo una sonrisa y se retiró de allí para ir afuera con su hermano que lo esperaba un tanto impaciente.
— Has tardado demasiado.
— Fue poco no exageres — le brindo una sonrisa y le extendió la canasta donde venían aquellas frutas.
— El viaje no será tan largo solo son unas horas.
— Lo es pero sé cuánto apetito te cargas, así que disfrutemos de un poco lo que el caballero Jeon trajo.
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